Una gula colectiva de latinos en Japón

Actualizado
  • 03/10/2019 07:00
Creado
  • 03/10/2019 07:00
Un grupo de 25 jóvenes latinoamericanos compartieron un viaje de nueve días a tierras japonesas, donde se deleitaron con los platillos más populares como el sushi, el ramen y el Kanisuki (una olla de cangrejo al estilo 'hot pot' o caldero mongol)

¡Juntos! es un programa en el que 25 jóvenes latinoamericanos combinamos el aprendizaje, la cultura y el ocio en un viaje de nueve días a tierras niponas. Recorrimos diferentes distritos de Tokio y otras ciudades en la provincia de Hokkaido, en los cuales descubrimos platillos desde los más consumidos y populares como el sushi y el ramen hasta comidas locales como el Kanisuki, una olla de cangrejo al estilo hotpot o caldero mongol.

La comida japonesa se destaca por la variedad de sabores incomparables, poco habituales para un paladar latino. La presentación de sus platillos y las reglas que rigen a la hora de comer son también factores a considerar. En una de esas noches gastronómicas empezamos por lo primordial: el agradecimiento a los alimentos; al inicio de la comida, dijimos al unísono un alegre y sonoro 'itadakimasu' (¡buen provecho!) y se finaliza con un 'gochisousama deshita', que significa 'he comido bien' para expresar gratitud nuevamente. Una norma curiosa en la mesa se basa en no clavar los palillos dentro del bowl de arroz ya que se asocia con la muerte, tampoco raspar los palillos desechables o lamerlos.

Servir las bebidas es otro acto de cortesía, ya que hay que estar pendientes del vaso de los demás para rellenarlos, en lugar de servirnos a nosotros mismos. Las bebidas que más atraen a los japoneses son el té verde (sin azúcar y sin leche), debido a que conservan la famosa ceremonia del té llamada Cha-no-yu, que significa 'agua caliente para el té'. Esta es celebrada en cualquier momento y a cualquier hora del día, incluso como acompañamiento en las comidas. Por otro lado tenemos el sake, que es una bebida alcohólica a base de agua y arroz fermentado.

Pasando a las comidas, por lo general, un menú típico japonés consiste de diferentes guarniciones servidos en platillos pequeños en busca de una armonía y una presentación impecable. Los principales ingredientes que desfilan en las vitrinas de los restaurantes son el arroz blanco, sopa miso, mariscos, pescado hervido, pescado a la plancha y verduras cocinadas a fuego lento. Cada plato varía dependiendo de la región de Japón en la que nos encontremos, ya que cada lugar tiene su platillo local.

En la ciudad de Tokio degustamos desayunos que incluían arroz japonés, natto (soja fermentada con un sabor, textura y olor algo peculiar, pero de alto nivel nutritivo), sopa miso (a base de caldo dashi, alga wakame disecada), pasta de miso blanco, tofu blando y cebollas tiernas.

Otro indispensable en la cocina japonesa es la tortilla tamagoyaki, que es huevo con dashi, azúcar y salsa de soja, tiene un sabor único ya que no imaginaríamos comer huevo dulce, es muy sencillo de hacer y queda delicioso.

Los almuerzos que destacaron fueron los ichiju-sansai, que significa “una sopa y tres platillos secundarios”, consiste en una sopa de verduras y alguna carne, arroz blanco, mariscos en tempura y algún tipo de vegetales fermentados.

Para la cena, pasamos a los platillos más populares, una noche podía ser de sushi de atún, salmón, y huevo, hasta una famosa barbeque japonés, en los restaurantes de este tipo de comida tienen de atractivo: una parrilla en medio de la mesa para ir asando todos los distintos cortes de carne a escoger, perfecta para compartir.

Fuera de la capital

La segunda provincia que visitamos fue Hokkaido. Allí disfrutamos de otros sabores exóticos de la región como el Kanisuki, una olla de cangrejo con champiñones, tofu, vegetales y repollo chino, acompañado por fideos udon o arroz blanco. En la tercera ciudad , Sapporo, nos esperaba un restaurante especialista en curry. Este platillo consiste en verduras y carne a escoger, junto con arroz blanco y camarón en tempura, tiene un sabor fuerte y picante.

Al finalizar nuestro recorrido tuvimos la oportunidad de probar uno de los más famosos Ramen, una sopa con fideos de trigo, carne a elegir, algas, huevo duro y el toque especial del chef, maíz dulce y mantequilla, toda una exquisitez que se desintegra en la boca y te empaña los lentes.

Por ultimo, abordamos la comida callejera, estuvimos en un matsuri o festival de verano en el que se encontraban diferentes puestos de comida. Acá encontramos uno de mis favoritos, takoyaki, bolas hechas de harina de trigo y rellenas de cebolla verde, jengibre, alga y un trozo de pulpo, suele acompañarse por una salsa especial, ya que en este reside todo el sabor. En este mismo lugar probamos el okonomiyaki que incluye repollo, jengibre rojo encurtido, tenkasu , gambas, tocineta y cebolla.

Los postres japoneses son muy distintos a los que estamos acostumbrados, ya que no son tan dulces como esperaríamos, los más comunes de encontrar son los taiyaki (besugo asado) es un pastel con forma de pez rellenados, ya sea con frijoles dulces, chocolate o crema pastelera. En los helados encontramos sabores únicos como el matcha, el de sakura y el de frijol dulce, los dorayaki que son pasteles rellenos de frijol dulce muy famosos por el anime Doraemon.

A pesar de que la comida japonesa es saludable y deliciosa, descubrimos que en el regreso a nuestros países traíamos unos kilos de más y no en el equipaje, pero siempre he tenido la convicción de que la comida es de las pocas cosas que te traes y que nadie te quita. La cultura culinaria de Japón queda marcada en los paladares como una experiencia inolvidable, con ganas de seguir explorándola.

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