Concesionaria Madden Colón llevó a cabo un simulacro de accidente sobre la autopista como fase final del Curso de Formación de Brigadas de Emergencias,...
Fundadora de Doctor Yaso: 'Los niños son lo más importante en este mundo, debemos asegurarles su salud física, emocional y mental'
- 12/10/2021 00:00
- 12/10/2021 00:00
Ianna Borrell (Caracas, 1967) es publicista de profesión, pero hace muchos años decidió dedicar esfuerzos para ayudar a los niños: suturar sus emociones, alimentar su espíritu. Su misión: que los chiquillos, cuando están enfermos, afronten los momentos duros con más fuerza. Y es que hay un tratamiento que no tiene efectos secundarios ni necesita receta, tampoco prescribe. La risa es esa terapia que cura el alma y, por ende, el cuerpo. Por ello, al migrar a Panamá, fundó Doctor Yaso Panamá-Payasos humanitarios, una organización sin fines de lucro que nació en Venezuela, pero que ha sido “tanta la aceptación” que ya es una franquicia (la tercera del mundo). “De niña siempre quise ayudar a los demás”, cuenta.
Con más de 30 años haciendo labor social, Ianna guía a más de 300 voluntarios que con una enorme nariz roja y una bata blanca cubren algunas necesidades a las que el equipo de médicos y enfermeras en ocasiones no puede llegar. No hace mucho, en 2016, recibió el premio Héroes por Panamá que ensalza el trabajo de las personas que con sus buenas acciones aportan y transforman vidas.
Ianna es carisma, chispa y sensibilidad. Defiende el voluntariado como la manera de hacer mundo y ha venido a demostrar –más en tiempos duros y raros– que desatender la salud mental y emocional no es una opción, sino una necesidad y, bien dirigida, es el trampolín para el bienestar. Su defensa a los niños es apasionada, genuina, lo denota en sus palabras, en sus acciones; y pese a que atravesaba momentos personales muy difíciles, concedió esta entrevista como si se tratara de un homenaje a su labor: hoy su oenegé cumple ocho años logrando: “Que una sonrisa sea tu medicina”, tal como reza el lema de la fundación.
Jugar a reír y sanar a nuestros pequeños: esa es la premisa. Y, aún más, en tiempos de incertidumbre, miedos y ansiedad: la sonrisa es cura, incluso cuando la escondemos tras una mascarilla por seguridad.
Desde muy pequeña sentía el llamado a ayudar a las personas, sobre todo a los más vulnerables. Desde que tengo recuerdos siempre estoy ayudando a alguien. Con los años lo sentía más bien como una necesidad, así que a lo largo de mi vida he apoyado a muchas personas y varias organizaciones sin fines de lucro.
Tenemos ya ocho años desde nuestra primera visita al Hospital del Niño el 12 de octubre de 2013. Hemos realizado más de 1,000 visitas a hospitales, centros de salud, albergues, jornadas especiales con otras organizaciones, fundaciones y comunidades, beneficiando a más de 90 mil niños y adolescentes, y adultos mayores. Llevamos esperanza y alegría a personas en situación de salud y en situaciones vulnerables; transformamos los espacios.
La sonrisa es una actitud. La alegría es un estado del ser. Los beneficios de la sonrisa son muchos. Reduce los niveles de dolor y estrés. Mejora la oxigenación, mejora el sistema inmunológico ayuda a eliminar pensamientos y emociones negativas. Estimula la liberación de endorfinas.
Hay visitas muy alegres y otras muy complejas. En ocasiones hemos acompañando al niño y a sus padres en los momentos de su partida. Una visita increíble fue ver un niño de dos años levantarse de su cama y agarrarse de las barandas de su cuna a bailar, cantar y a reír con los payasos humanitarios, y luego ver la cara de la mamá y de la enfermera quien nos dijo q no se movía desde hacía un mes por una operación de cerebro y que no lograban que se incorporara.
Nuestra labor es integral, beneficia a los niños, a sus padres, a sus cuidadores, al personal médico, al personal de aseo, administrativo. Cuando dejamos el hospital, todos quedan con una sonrisa dibujada en la cara y el corazón alegre. Por eso aportamos a la humanización hospitalaria.
Visitamos todas las áreas del hospital, menos las que están restringidas. El payaso humanitario juega con el niño, no con su enfermedad, no preguntamos nunca lo que tiene. Somos muy cautelosos y respetuosos en todo momento, atentos a la situación de salud, pero nunca preguntamos cuál es.
Nosotros desde nuestras dinámicas de juegos, alegría, risas, llevamos un mensaje de esperanza y de que todo saldrá bien.
Sí procuramos ir a estos hospitales, buscamos siempre patrocinadores que nos apoyen con los traslados a los lugares de difícil acceso. También apoyamos en jornadas especiales de otras organizaciones y visitamos las comunidades.
Los niños son lo más importante en este mundo, debemos cuidarlos, protegerlos, asegurarles su educación y sobre todo su salud, tanto física como emocional y mental.
Definitivamente en su salud mental y emocional.
Que se mejore la calidad de atención en los hospitales. Además, sufrimos mucho con el tema del papeleo para concretar las visitas. Hay mucha burocracia. Cuando tenemos las primeras reuniones con los directores siempre son muy receptivos, pero tardan mucho en concretar los permisos. Es importante entender que nuestra labor es crucial para los niños.
Se crearon aún más protocolos para visitar los hospitales. Es comprensible, sin embargo, ahora más que nunca se necesita a los payasos humanitarios, ya sabemos que la salud mental también es muy importante. Todos los voluntarios de Doctor Yaso Panamá - Payasos humanitarios están altamente calificados para manejarse en el ambiente hospitalario. Reciben una formación de 20 horas de capacitación para ello.
Definitivamente se divierten, la mayor recompensa es la sonrisa que recibimos.
Ahora mismo somos unos 300 voluntarios, pero siempre necesitamos más porque siempre hay mucho por hacer. Nos gustaría que los hospitales nos dieran más acceso para realizar nuestras visitas y poder asistir a los hospitales en el interior del país.
La persona debe ser mayor de edad, tener conciencia social y dedicar parte de su tiempo. Nosotros le damos una capacitación para ser payaso del género humanitario, ya que somos diferentes de los que lo hacen de forma recreativa. Nosotros trabajamos más cerca de la ternura y la comprensión de lo que está sucediendo en ese momento, que de la risa. La risa es el resultado de todas nuestras dinámicas, acompañamos a la gente en un momento de vulnerabilidad, desde un profundo amor y respeto.
¡Adelante!
Que tengamos tantos niños en estado de extrema pobreza.
Con paz y justicia.
Sueño con un país donde haya igualdad y sensibilidad social. Donde la gente se preocupe y se ocupe del otro, sea quien sea. No es necesario tener una fundación, como parte de una sociedad. Debo ver en qué contribuyo para un mundo mejor. Sueño con una ciudad donde haya inclusión, donde no exista el egoísmo. Un lugar donde las personas sean conscientes, que puedan hacer algo ambiental, animal o humanitario.