Shalima Murillo: 'No hay que estigmatizar porque seas de un barrio o de un color'

Actualizado
  • 24/01/2023 00:00
Creado
  • 24/01/2023 00:00
Para convertirse en líder, emprendedora y exitosa, tuvo que creer en ella, estar atenta a las oportunidades y no dejarlas pasar; estudió y aplicó los consejos que le dio su madre antes de morir. En esta entrevista, Shalima Murillo cuenta su historia
Shalima Murillo, empresaria panameña

Shalima Murillo ha roto todas las barreras que se le han presentado en la vida. Desde niña supo lo que quería lograr y sobre todo lo que no quería: “Ser una persona fracasada”; ese fue el motor que la llevó a convertirse en una mujer exitosa, emprendedora. Un ejemplo de la mujer panameña, trabajadora, resiliente y decidida.

Desde hace más de tres años está a cargo de la Secretaría Nacional de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme). Es emprendedora; junto con su pareja fundó la tienda 'Mi tierra santeña'. Es licenciada en finanzas, egresada de la Universidad Católica Santa María la Antigua (Usma), tiene un postgrado en alta gerencia y una maestría en mercadeo. También es somelier profesional.

Mientras conversa con La Estrella de Panamá, recuerda una anécdota de su infancia. “Cuando tenía como seis años, un hombre desconocido y de rasgos indígenas tocó a la puerta de la casa para pedir comida; mi mamá le dio lo único que teníamos para comer, nos quedamos sin cena. Aprendí que la bondad es desprenderse para compartir con otras personas lo que tenemos”.

Su infancia estuvo marcada por la pérdida de su madre, quien falleció cuando Murillo tenía 13 años. Es la mayor de seis hijas, con un padre ausente, quedaron a cargo de su abuela. La figura de su abuela jugó un papel muy importante, asegura, porque era una mujer de mucho carácter.

Afirma que su madre le inculcó el respeto a sus mayores y la puntualidad. Le decía que la única herencia que le podía dejar era los estudios “porque somos personas de escasos recursos”. Así, Murillo mantuvo presente que debía educarse. “También me decía que tenía que velar por mí, porque tal vez algún día ella podía faltar, sin saber que iba a morir, pues me enseñó a ser fuerte”.

Shalima Murillo es bocatoreña, nació en Changuinola pero creció en Almirante. Se define como una persona visionaria, persistente, con carácter, puntual, honesta y respetuosa. Mediante una videollamada, la emprendedora charló con este diario para revelar su historia de vida.

Ha ocupado posiciones de liderazgo, ¿cuál ha sido la fórmula para lograrlo?

A veces yo misma me sorprendo al ver hasta dónde he llegado. Una persona que viene de un lugar de escasos recursos, huérfana, afrodescendiente, mujer, y el hecho de llegar a ser jefe. Lo primero fue lo que mi mamá me enseñó cuando me dijo: estudia. Entonces, me enfoque mucho en los estudios.

A los 17 años me fui a estudiar a Chiriquí. Vendía dulces de casa en casa en los tiempos que no iba al colegio. Al finalizar el sexto año, como ya no podía pagar el hospedaje donde me quedaba, trabajé también en una estación despachando gasolina. Después de eso, fui a Colón donde tenía una tía, me levantaba a las 3:00 de la mañana a ayudar a una señora que preparaba comida y la repartía en la Zona Libre. Posteriormente vine a la ciudad de Panamá, cuidaba a la hija de una amiga de Chiriquí mientras estudiaba economía. Unas amigas con las que vivía enviaron mi hoja de vida a un local de comida rápida y me contrataron.

A los tres meses me llamaron de Felipe Rodríguez, fui recepcionista, y después comencé a trabajar más labores de oficina. Pedí un préstamo en el Ifarhu y cumplí mi sueño de ser financista, me gradué con altos honores en la Usma. Mientras trabajaba en TVN como asistente de mercadeo, el país atravesó por una crisis económica y me despidieron. Agarré mi liquidación, que fueron $900, mis ahorros, mi visa y me fui a Nueva York. Allá viví seis meses y al llegar a Panamá apliqué y entré en la escuela de gerentes de Grupo Rey. De 300 personas solo seleccionaron a 15 y ahí estaba yo.

El proyecto 'Mi tierra santeña', ¿cómo nace?

Se me metió el ADN de los supermercados trabajando 15 años ahí. Es algo que todavía me apasiona muchísimo, siempre dije que quería tener una tienda, algún día. Además, el estar en Ampyme como secretaria general, motivada por los emprendedores que se atrevían. Conocí a mi novio, quien es mi socio, y gracias a él pude cumplir mi sueño. Tenía una casa que estaba desocupada, la vendí, con la ganancia y un préstamo personal que solicité, le dije a mi novio: voy a poner el 50% de las acciones y quiero que tú seas mi socio. Tenemos una sección para degustaciones entre amigos y una pequeña cata de vinos.

¿Cómo ha superado los retos que se le han presentado en el camino?

La muerte de mi madre fue un golpe muy duro a los 13 años, fue muy difícil superar esa etapa y quedarme relativamente sola. Me tocó estar muy enfocada en lo que quería para mí, sabía perfectamente que no quería ser una persona fracasada. Siempre quise ser alguien que triunfara en la vida. Tenía los objetivos claros desde que era una niña.

Sobre el tema del racismo... hice mi práctica profesional en un banco, pero no me contrataron porque en esos años no era común ver a personas negras trabajando en los bancos. No hay que estigmatizar que porque seas de un lugar, eres de un barrio o de un color...; no puedes permitir que eso ocurra.

Cito una frase suya de 2016: “Mi propósito en la vida es ayudar a otras personas a realizar sus sueños”. ¿Lo que hace hoy sigue alineado con ese propósito? ¿Ha cambiado algo?

El hecho de estar como secretaria general de Ampyme es una gran oportunidad, nunca en mi vida tuve aspiraciones de trabajar en el gobierno y creo que es una oportunidad de estar al servicio de otras personas, para ayudar a otros. Esto me sensibiliza, quisiera tener más recursos, más dinero para poder ayudar a la gente en las comunidades.

Comparta un mensaje para las mujeres que puedan estar necesitando motivación.

Las mujeres debemos ser visibles, no permitas nunca volverte invisible como mujer; que nadie te diga que no lo puedes hacer; si yo pude, cualquier mujer lo puede hacer. Busca ayuda, siempre van a aparecer personas que te van a extender esa mano. No dejes pasar ninguna oportunidad y jamás te dejes menospreciar. Sigue hacia adelante, mujer, hay que seguir adelante.

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