Crisis en la biodiversidad centroamericana

LA HABANA, CUBA. Poner el tema ambiental como eje transversal de las políticas de desarrollo en la región centroamericana y el Caribe, demandó Grethel Aguilar, directora regional para Mesoamérica de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés), durante una conferencia en la Convención Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo que se celebra en La Habana, Cuba durante esta semana.

La directora regional de este organismo internacional pidió construir una “visión renovada de la gestión pública”, como medida esencial para enfrentar el cambio climático, que aseguró “influirá en todos los sectores de desarrollo”.

La funcionaria internacional hizo una exposición magistral sobre “Los retos sociales ante los cambios climáticos” y esbozó una hoja de ruta para Centroamérica y el Caribe en cuanto a los esfuerzos que se deben hacer para enfrentar el cambio climático.

En su exposición dijo que en teoría existe una relación entre los factores económicos, sociales y ambientales y que la tendencia es que el primero de ellos tenga más peso sobre los otros, con un saldo de inequidad, alto nivel de vulnerabilidad social y una débil institucionalidad para atender estos problemas.

Además hizo un panorama sobre los efectos del cambio climático en la región; afirmó que uno de ellos es la pérdida de las especies y resaltó que la devastación a causa de los eventos climatológicos ha aumentado en los últimos años, lo que hace a Centroamérica una zona de “multiamenazas”.

Aguilar también enumeró los motivos de la vulnerabilidad y pidió una mayor presencia de la visión ambiental en los problemas. Factores como una política energética desarticulada, patrones de consumo insostenibles, uso de fuentes energéticas de alto costo, alta dependencia de recursos naturales, limitada capacidad de reacción y adaptación, altos índices de pobreza y eventos climáticos extremos, agudizan esa vulnerabilidad.

Frente a estos indicadores, Aguilar pidió una gestión que atienda el fortalecimiento de la gobernanza forestal; recurrir a fuentes innovadoras de financiamiento; promover el conocimiento científico y rescate del conocimiento tradicional; incorporar la gestión de riesgo climático actual y futuro en los programas de educación ambiental, son algunas de las acciones que pueden crear una gestión eficiente frente al cambio climático.