Cemex niega daños a reserva del Chagres

Actualizado
  • 23/12/2014 01:00
Creado
  • 23/12/2014 01:00
Aunque la cementera dice que tiene los permisos requeridos y que están fuera de los límites del parque

Cemex negó estar causando daños ecológicos al Parque Nacional Chagres, luego de que la semana pasada grupos activistas y moradores denunciaran públicamente la situación.

‘Las operaciones de Cemento Bayano se encuentran totalmente fuera de los límites del Parque Nacional Chagres’, escribió por correo electrónico Neftalí Geneteau, vocero de la empresa. ‘Todas nuestras operaciones cumplen de manera estricta la normativa relativa a la zona de amortiguamiento al parque y conforme a los contratos de concesión’, afirmó la fuente, quien agrega que el ‘proceso de producción es seco, no utiliza agua, por lo tanto no se generan descargas de agua en los ríos tanto superficiales como subterráneos’.

Sin embargo, Samuel Valdés, director de Evaluación y Ordenamiento Ambiental, de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), dijo que a pesar de que la empresa cumplió con los trámites requeridos para funcionar, el problema está en que los EIA (de categoría II) y los permisos de concesión fueron aprobados sobre una zona de amortiguamiento que tiene un compromiso internacional de protección desde 2004.

‘El proyecto no está dentro del parque, pero sí en una zona de amortiguamiento que tiene una característica especial. Y es que forma parte de un convenio de canje de deuda por naturaleza que formó la ANAM con el Gobierno de Estados Unidos. Esto significa que Panamá se comprometió a proteger esa zona de bosque, pero aparentemente alguien de la administración anterior obvió ese tema. Y es una situación que se está revisando porque no podemos perder ese beneficio’, manifestó.

Valdés reconoce que hay aspectos dudosos en la obtención de los EIA, porque el proyecto se analizó como cuatro fracciones diferentes cuando en su lugar pudo haberse analizado como uno solo, ya que los polígonos son adyacentes.

‘Posiblemente si hubieran presentado el proyecto como uno solo le hubieran dicho que debería ser de categoría III’, dijo Valdés, argumentando que existe un sesgo que podría llevar a cualquiera a pensar que lo hicieron para lograr un EIA categoría II en vez de uno III y así librarse del proceso que conlleva un estudio de esa categoría.

Definitivamente, ‘esto impacta porque los cuatro EIA se solicitaron de manera separada y las personas que lo aprobaron en ese entonces (2011 y 2012) no contemplaron el impacto que todos juntos podrían ocasionar’, recalcó Valdés, quien señala que, de comprobarse daños ambientales, las sanciones podrían ser desde económicas hasta cierre parcial de las actividades de la empresa en el área, pero para ello primero tiene que comprobarse, en caso tal, que la empresa no está cumpliendo con los compromisos de mitigación del Plan de Manejo Ambiental, para lo cual se les otorgó dos años desde que se emitieron los EIA.

En cuanto a las investigaciones, dijo que hace dos semanas, la Dirección de Protección a la Calidad Ambiental inspeccionó el sitio y los proyectos que están ubicados en esa zona, por lo que en las próximas semanas se estará emitiendo el informe.

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