Científicos evalúan en Medellín la biodiversidad

Medellín alberga el 25% de aves del país, el 19% de los mamíferos, el 10% de las plantas vasculares y el 4% de anfibios

Ayer culminó la Sexta Plenaria de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes), que por primera vez reunirá en América a científicos de todo el mundo, para discutir sobre el estado de la biodiversidad mundial, indicó en un comunicado el Medellín Convention & Visitors Bureau, Colombia.

La reunión, que inició el 17 de diciembre, convocó a cerca de 500 actores estratégicos de los países pertenecientes a la plataforma los que evaluaron el estado de la biodiversidad y las herramientas para proteger y utilizar de manera sostenible los recursos naturales.

PLENARIA DE ECOSISTEMAS

Analizarán el estado actual del mundo

500 científicos de diversas partes del mundo se reunieron en Medellín, Colombia.

16% de la biodiversidad colombiana se encuentra en el Alto de San Miguel, al sur del Valle de Aburrá, a 30 kilómetros de la ciudad de Medellín.

Los organizadores consideran que la plenaria sobre biodiversidad sirvió de vitrina para que Medellín muestre las diversas acciones que viene realizando el departamento de Antioquia (noroeste), para la conservación del medioambiente y los recursos naturales.

Entre esas acciones está ser la primera ciudad colombiana en tener una política pública de biodiversidad, en la cual se le da prioridad a la protección de los recursos naturales para la supervivencia de la vida en el planeta.

Además, tiene importantes espacios naturales protegidos como el Parque Arví, único parque natural de Colombia certificado en sostenibilidad, y el Alto de San Miguel, donde se encuentra el 16% de la biodiversidad de Colombia.

Medellín alberga el 25% de aves del país, el 19% de los mamíferos, el 10% de las plantas vasculares y el 4% de anfibios, según informes del Instituto Humboldt citados por el Bureau.

La ciudad también tiene cerca de 2,500 hectáreas de bosques protectores naturales o restaurados en cuencas abastecedoras de acueductos rurales que se han convertido en resguardos para la biodiversidad.

Dichos espacios ayudan a la ciudad en la regulación del agua y del clima, a la captura de partículas del aire y en la mitigación del ruido, además de servir de espacios para el ocio, la recreación, la educación ambiental y la investigación.

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