Nueva generación de mineros y ambientalistas defienden Cerro Quema

Actualizado
  • 14/04/2018 14:50
Creado
  • 14/04/2018 14:50
El representante de los trabajadores de Minera Cerro Quema, José Cárdenas, dijo que la actividad económica generada por la firma "ha mejorado mucho la calidad de vida" integral de las familias

Me siento ofendido, que alguien de afuera venga a hablar mal sin conocer el proyecto", enfatizó a Efe el especialista en hidrosiembra de la minera Cerro Quema, Eduardo Bultrón, en el campamento de la compañía canadiense en la península panameña de Azuero.

Es consciente de la imagen negativa que la extracción de minerales tiene en el mundo, a lo que no es ajeno el proyecto de la canadiense Orla en las montañas de su país, gran parte de ellas deforestadas para la agricultura y ganadería intensiva sin control, y es claro al sostener que, si esta inversión fracasa, toca emigrar.

"¡Cómo no voy a cuidar lo que hacemos, si soy parte de esta comunidad, mi esposa es de aquí, quién me va a pagar aquí lo que gano en Cerro Quema, es lo que quisiera preguntarle a los que se oponen sin saber que estamos recuperando y preservando áreas que fueron deforestadas antes, y vamos a seguir haciéndolo", enfatizó.

Graduado en la Universidad Tecnológica de Panamá, Bultrón es uno de los dos panameños de su generación que optó por desarrollar en el terreno los estudios de conservación ambiental que recibió para su licenciatura.

Comenzó a hacer desde los 21 años, hace cinco ya, en las montañas de un área rica en oro, a no más de 150 metros de profundidad y disperso en partículas microscópicas.

Bultrón recalcó que ha venido a Cerro Quema "a hacer un trabajo bien, para eso he estudiado, no para ocultar nada".

"El método que se usará para extraer el oro no causa riesgos de lluvia ácida, ni tampoco de contaminación de los acuíferos de la zona, que están a más de 250 metros de profundidad", según los estudios de prospección efectuados, acotó.

Mediante la técnica de hidrosiembra se han recuperado alrededor de 200 hectáreas, muchas empinadas pendientes, que fueron arrasadas antes y provocaban sedimentación en la zona donde se ubica la mina, terrenos privados que compró la firma canadiense a sus antiguos dueños.

"Es posible armonizar explotación minera y conservación, lo que hay que hacer es dar más divulgación, más educación, el tema minero es nuevo en Panamá, la gente está ignorante, se necesita más inducción en el tema ambiental y minero", apostilló.

Los distritos de Tonosí y Macaracas son los más cercanos al área minera, y prácticamente el 95 por ciento de los 105 trabajadores que hay en la actualidad provienen de esas poblaciones, que han visto mejoras a sus hospitales, a las actividades deportivas, religiosas y festivas por iniciativa de la empresa.

El representante de los trabajadores de Minera Cerro Quema, José Cárdenas, dijo a Acan-Efe que la actividad económica generada por la firma "ha mejorado mucho la calidad de vida" integral de las familias.

Especificó que los trabajadores están organizados en una asociación, no en un sindicato, y su principal "preocupación" es que la firma cierre, lo que sucederá si no se aprueba el Estudio de Impacto Ambiental y la prórroga de la concesión.

Una eventual clausura del proyecto empujará una emigración, porque "no hay ninguna otra empresa privada ni del gobierno que pueda generar esta calidad de trabajo", aseguró Cárdenas.

Natural de Flores, en Tonosí, Cárdenas dijo que sus vecinos "esperan que el gobierno renueve la concesión, para que se genere más trabajo".

Sobre la oposición de ambientalistas y políticos al proyecto, refirió que "son gente que habla de afuera, que no ha venido a ver lo que está pasando en el proyecto, nosotros que somos del área, somos la garantía que las cosas se están haciendo bien".

"Tenemos que hacer bien las cosas, porque si no, vamos a ser los primeros afectados", acotó, aunque mostró su preocupación porque el gobierno no firma la extensión de la concesión y "los inversionistas no van a seguir soltando la plata (dinero)", lo cual crea "incertidumbre" y temor a despidos.

La firma ya despidió a 25 empleados hace tres semanas por la demora del gobierno en firmar la extensión de la concesión, desde el año pasado, y de la aprobación de un estudio de impacto ambiental, hace tres años, que de momento se sepa la causa de ese retraso.

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