Biólogos reportan un aumento en las especies de la fauna panameña

Actualizado
  • 05/05/2020 16:06
Creado
  • 05/05/2020 16:06
Se trata de una ampliación para los registros sobre el hallazgo de cuatro especímenes que se encuentran en otras latitudes

A pesar del peligro al andar en la noche en medio del bosque y del cansancio que genera caminar largas trochas, los biólogos Marcos Ponce y Abel Batista sienten pasión y curiosidad para emprender la búsqueda de nuevas especies, para la ciencia en los densos bosques del país. Algunas veces encuentran especies en peligro de extinción o raramente observadas que son anexadas a los reportes científicos de la República de Panamá.

Su más reciente expedición la realizaron en el sendero El Pianista, ubicado en el Parque Internacional La Amistad (PILA). Se trata de una trocha que inicia en el distrito de Boquete, cruza la Cordillera Central y llega al mar Caribe en la provincia de Bocas del Toro. Sin embargo, ellos llevan más de diez años realizando estudios y exploraciones herpetológicas en el Istmo.

Batista forma parte del Sistema Nacional de Investigación (SNI), Categoría I y del Programa de Inserción de becarios de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), mientras que Ponce, es egresado de la Universidad Autónoma de Chiriquí (Unachi).

Estos apasionados por la vida animal confirman que en total “se registran 16 nuevos reportes de distribución, que aportan información relevante para el desarrollo de planes y estrategias de conservación para estas especies que poco se conocen en Panamá”. A sabiendas que en el oeste de la República de Panamá existen alrededor de 140 anfibios y más de 200 especies de reptiles.

La mayoría de los especímenes recolectados ahora forman parte del Museo Herpetológico de Chiriquí, una colección recientemente establecida en el oeste de Panamá, que sirve como referencia científica herpetológica en la región.

Como muestra de sus investigaciones en campo se resalta que, en el 2014, estos dos caballeros de la ciencia descubrieron una nueva especie de rana (Andinobates geminisae), la cual es venenosa y de color naranja brillante localizada en Donoso en la provincia de Colón. El anfibio recibió ese nombre científico en honor a Géminis Vargas, esposa del biólogo panameño Ponce, gracias a su valiosísimo apoyo al estudio de las ranas. Hasta el momento han descrito 28 especies nuevas para la ciencia en Panamá.

Pero ellos no trabajan solos, en el año 2010 se unieron a estas expediciones los alemanes Andreas Hertz y Sebastian Lotzkat del Instituto y Museo de Historia Natural Senckenberg de Frankfurt.

De seguro que mientras usted lee estos nuevos reportes, el saber científico perfecciona sus técnicas para adentrarse en lo desconocido y descubrir de entre las entrañas del planeta las especies que aún no sabemos que comparten nuestro ecosistema.

AMPLIACIÓN DE LOS REGISTROS

La rana de cuatro ojos se distribuye desde el norte de Brasil hasta Panamá. En Panamá, habita en el bosque seco de las tierras bajas del Pacífico en las provincias de Panamá, Coclé, Herrera y Los Santos. Aquí ampliamos el registro distributivo ca. 152 km al oeste del distrito de Montijo, provincia de Veraguas, Panamá que fue colectado y registrado por W. Duellman 3.4 km al norte de Montijo en la década del 1970.

Este raro lagarto es conocido de la Península de Osa en Costa Rica (seis especímenes), y del holotipo recolectado en las tierras bajas del cercano extremo oeste de Panamá en Puerto Armuelles en el año 1940. Encontramos dos especímenes cerca de la frontera entre Panamá y Costa Rica, en el río Chiriquí Viejo. Este registro extiende la distribución altitudinal desde 40 metros a 515 metros de elevación.

Aunque la especie ha sido considerada endémica de Costa Rica restringida al lado del Pacífico, desde la región de Tilarán hasta la Península de Osa y San Vito de Java. Encontramos seis especímenes de Lepidophyma reticulatum y recolectando dos de ellos en las orillas del Río Chiriquí Viejo. Este registro extiende el rango de distribución de esta especie en Panamá, a unos 21.6 km al SE de San Vito, provincia de Puntarenas, Costa Rica.

Poco se sabe sobre la historia natural de esta especie, aparte de que es terrestre y arborícola, crepuscular y nocturna. La mayoría de los individuos se han encontrado en el suelo o bajo en árboles o arbustos. Reportan el hallazgo de cuatro individuos, uno en el Rio Macho de Monte en el distrito de Tierras Altas, Santa Clara, Cabecera de Cochea y en Palmira, Boquete.

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