Seis formas de vivir el amor

Actualizado
  • 26/06/2014 02:11
Creado
  • 26/06/2014 02:11
Una psicóloga de parejas explica cómo descubrir si nuestro vínculo es el más adecuado a nuestra forma de ser y qué hacer en cada caso

‘El amor no surge de la nada y aparece merced a una combinación de genética con estados fisiológicos y emocionales de un momento particular, a los que se suman unas dosis de aprendizajes individuales, de necesidades personales y de ideas sobre el amor’, explica la psicóloga de pareja Mila Cahue.

Hay que estar atentos a los pequeños y grandes detalles que hacen feliz a la otra persona, teniendo siempre presente que es más importante lo cotidiano que lo impactante (palabras y gestos amables). Asimismo, hay que ir poco a poco, las relaciones se construyen día a día y no a golpe de efectos especiales, afirma Cahue; aunque en realidad las opciones son infinitas, se han identificado seis modelos básicos de parejas en la sociedad actual, y los describe de la siguiente manera: ‘Hemos nacido para amar en cualquier etapa de nuestra vida.

Para esta especialista, en la elección de nuestro modelo de pareja intervienen una serie de elementos, tanto conscientes como subconscientes, y los factores que desencadenan el amor son imprevisibles y, sobre todo, individuales y muy subjetivos.

1. NI EN TU CASA NI EN LA MÍA

Para llamarse pareja ya no es imprescindible vivir juntos. Hoy en día, aunque exista un compromiso estable, es común que cada uno viva en su casa.

Las razones para preferir este modelo son variadas, pero lo importante es que ambos estén de acuerdo y exista una sólida fundamentación de confianza y seguridad para ambos.

2. ¿JUNTOS O REVUELTOS?

Existen parejas en las que todo (tiempo, espacio, ocio, dinero, muebles) pertenece a los dos. No se dan los espacios personales y todo está revuelto. Una alternativa es estar juntos pero no revueltos y, pese a compartir ciertos espacios con la pareja, pueden distinguirse nítidamente otros que son privados de cada uno. Además pueden estar perfectamente incorporados en lo que es una relación tranquila.

3. HIJOS, ¿SÍ O NO?

Este es un punto clave, y que hay que aclarar antes de que la relación avance. Tan injusto es obligar a quien no quiere tener hijos a que los tenga, como privar de ellos a quien sueña con su propia familia. Éste debe ser un tema negociable y si se dan polos opuestos, pero lo más aconsejable sería terminar la relación.

5. TODO A MEDIAS O 50-50

Este modelo tiene algunas variantes: una es que cada componente de la pareja se encarga de lo suyo y lo que repercute a los dos va compartido. La otra opción es hacerlo todo equilibrado o por mitad.

6. ¿Y SI DECIDO ESTAR SOLO O SOLA?

Una vida sin pareja también puede ser plena, positiva, satisfactoria y de calidad, según la experta, pues no hay que esperar a que nadie llegue a ocupar la otra mitad del trono, ni poner expectativas en que alguien haga un rescate emocional o aporte chispa o intereses al día a día. Los modelos pueden ser infinitos, pero estos resumen los rasgos de parejas a los que quizás no estamos acostumbrados. Lo importante es estar atentos a los pequeños y grandes detalles que hacen feliz a la otra persona: palabras, gestos amables… Es más importante lo cotidiano que lo impactante. Las relaciones se hacen día a día, no a golpe de efectos especiales, afirma la experta que ha escrito el libro Amor del bueno .

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