Mantenerse saludable en las fiestas

Actualizado
  • 21/12/2014 01:00
Creado
  • 21/12/2014 01:00
La comida y la bebida tienen un protagonismo principal en estas celebraciones

Si bien las festividades principales de Navidad son la ‘nochebuena’ el 24 de diciembre y la ‘nochevieja’ el 31 de diciembre, todo este mes está influenciado por diferentes celebraciones y reuniones para festejar la navidad y despedir el año, por lo que muchas personas terminan acudiendo como media de ocho a diez actos sociales en los que la comida es el centro de atención.

No se trata de que uno en estas fechas se tenga que convertir en una especie de Grinch, pero tampoco que nos pongamos una venda en los ojos y cometamos excesos en nuestra alimentación que nos acaben pasando factura en el estado de salud. Las promesas de iniciar una dieta el 1 de enero, mientras se come a dos carrillos, raramente se cumplen.

Estudios científicos han demostrado que aunque solo pasemos una semana comiendo en exceso, ello va a tener una fuerte influencia en los niveles de azúcar en nuestra sangre y el equilibrio de nuestro sistema nutricional. Frente a ello pareciera obvio que hay varias vías posibles de actuación: bien limitando la ingesta de calorías, bien realizando ejercicio físico para aumentar el gasto energético, o una combinación de ambas.

CONSEJOS PRÁCTICOS

Si estamos convencidos de que vamos a ser incapaces de controlar nuestro apetito ante las ricas viandas que se colocarán en la mesa, y de igual modo sabemos que no vamos a realizar ejercicio físico para contrarrestar la ingesta de un mayor número de calorías, podemos aplicar ciertas estrategias que nos ayudarán en algunos casos a engañar a nuestro estómago, y en otros a nuestra mente.

Así por ejemplo, es recomendable acompañar todos los alimentos principales del menú, como pudiera ser el pavo, pollo, o pernil, con ensaladas y recetas de platillos en los que se incorporen alimentos frescos como frutas, vegetales y verduras, sin añadirles salsas, ya que precisamente las salsas son muchas veces el enemigo oculto: solo unas cucharadas pueden incorporar cientos de calorías, las mismas que ingeriremos quizás con una o varias porciones de nuestro plato principal.

Otra solución que podemos aplicar, sobre todo cuando la comida es tipo bufé, es realizar una primera servida de prueba con poca cantidad de cada uno de los platillos, para posteriormente servirnos solo de aquellos que sean nuestros preferidos, obviando el resto. Al contrario de lo anterior, sucede que, por costumbre, las personas nos servirnos de todo en un bufé, rellenando el plato hasta rebosar, y por no desperdiciar el alimento acabamos comiéndonos cosas que realmente no son tanto de nuestro agrado.

El comer despacio masticando bien, se ha mostrado así mismo como una manera de que el cerebro pueda recibir señales correctas sobre nuestra ingesta, llegándole en el tiempo oportuno la sensación de que ya estamos satisfechos, y que por ello es conveniente deternos.

Por último, una buena manera de no comer calorías de más es quitar los alimentos y bebidas de nuestra vista después de comer, llevándolos a la nevera si hubiera sobrante. Resulta inconveniente cuando, por ejemplo, las familias se quedan socializando en la mesa durante horas, y han quedado dulces y postres que, por lo regular, van a seguir siendo ingeridos de manera paulatina.

QUEMAR CALORÍAS

Definitivamente el realizar ejercicio físico durante estas festividades será una actividad que nos ayudará a contrarrestar los efectos del incremento de calorías en nuestra alimentación.

Si somos deportistas habituales, y aunque estemos fuera de temporada, debemos de seguir ejercitándonos pues la combinación del incremento de aporte calórico con la disminución del gasto energético puede ocasionarnos efectos devastadores en nuestro peso y condición. Si no somos personas que realizamos ejercicio regular, podemos incorporarlo a nuestras rutinas de un modo suave y sencillo, como, por ejemplo caminando más de lo habitual, subiendo y bajando escaleras en vez de tomar el elevador, o realizando tareas caseras como trabajar en el jardín o lavar el carro.

Si ninguna de esas opciones es de nuestro agrado, y tenemos un carácter lúdico acorde con estas fechas, el bailar también es un ejercicio físico muy recomendable.

NIÑOS Y ADOLESCENTES

Si para los adultos resulta ya de por sí complicado no ceder a las tentaciones de comer en exceso durante las fiestas navideñas, el panorama se vuelve todavía más difícil en el caso de niños y adolescentes, los cuales se encuentran de vacaciones en estas fechas.

Después de un largo año escolar, sometidos a estrictos horarios de escuelas y colegios, la mayoría de los niños y adolescentes aprovechan al menos estas primeras semanas de asueto para holgazanear en el buen sentido, acostándose y levantándose más tarde de lo habitual. Su actividad física también se suele ver disminuida, y con frecuencia de dican la mayoría del tiempo libre a estar en casa viendo televisión o jugando en la computadora.

Los que somos padres conocemos de las reales dificultades para hacer que nuestros hijos ayuden en estas fechas a realizar tareas caseras, por ejemplo, o que abandonen su cuarto para tomar aire y salir a la calle a hacer mandados.

Ciertamente estas son fechas para celebrar, que se viven con ilusión especial sobre todo cuando uno es niño, y realmente no es viable privarles de que coman dulces y otros alimentos típicos. Pero sí podemos controlar que su ingesta sea moderada, y buscarles cursos y actividades en las que realicen ejercicio físico que les ayude a gastar energía, preferiblemente al aire libre.

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