La autoestima sexual y su relación con el placer

De la autoestima conocemos que es una valoración positiva del propio ser. Pero, ¿qué ocurre con la autoestima sexual? Se trata de un concepto que hace referencia a la seguridad y confianza en la intimidad sexual. “Va más allá de la autoestima 'clásica' y es una de las condiciones necesarias para que podamos sentirnos seguros y, por lo tanto, disfrutar de las relaciones sexuales, ya sea con uno mismo o con los demás. Es decir, tiene mucho que ver con los siguientes elementos: seguridad, confianza, bienestar y amor propio”, detalla una publicación de La mente es maravillosa, una revista especializada en psicología, filosofía y reflexiones.

Partiendo de esta premisa, Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y psicoterapeuta de familia y parejas, comenta que la autoestima sexual aparte de influir en las decisiones que tomamos enmarcadas en la intimidad, también tiene que ver con el nivel de confianza porque esa seguridad permite experimentar una sexualidad satisfactoria y placentera. “Tanto el hombre como la mujer deben tener un nivel de seguridad de su estado emocional, es decir, primero deben sentirse a gusto con su propio cuerpo (deseables) para lograr a través de este una experiencia psicoafectiva”.

Añade que la autoestima sexual en las mujeres está vinculada a su autovaloración por cómo es. “Muchas veces las mujeres se dejan llevar por la rutina, es decir que no salen del día a día y no prestan atención a su propio ser. Así que para estar a gusto consigo mismas, deben empezar a disponer de tiempo en su propia compañía. Y, ¿cómo es posible eso? Hacer ejercicios, ir al salón de belleza, consumir alimentos saludables”, recomienda.

En cuanto a los hombres, el experto señala que la autoestima sexual depende de factores externos y debido a factores culturales puede disminuir con mayor facilidad que la de la mujer, ante los problemas o errores de la vida diaria. “Para el hombre, el desempeño sexual es el principal o uno de los elementos más importantes porque representa su hombría y, por lo tanto, su valor como tal. En este aspecto, su autoestima está muy ligada al éxito que obtenga en su desempeño y que este sea reconocido por su pareja”, detalla.

Por otra parte, la autoestima sexual puede verse afectada por problemas como la eyaculación precoz, la eyaculación retardada y la dificultad para tener o mantener una erección que le permita tener una relación sexual exitosa.

En casos como este, Pérez asegura que la forma de potenciar la autoestima erótica es consiguiendo más conocimiento sobre sexualidad y para lograrlo debe instruirse a través de fuentes de información confiables, ya sea con un experto en sexualidad o un psicólogo, puesto que serán estos profesionales capacitados quienes lo guiarán y brindarán respuestas a las inquietudes.

El psicólogo reconoce que de esta forma también se dejan de lado los mitos y tabúes que en pleno siglo XXI aún rondan al sexo, y que muchas veces son obstáculos para poder explorar y descubrir nuevas sensaciones en el sexo.

El psicoterapeuta y sexólogo David Barrios dijo a Salud 180, un sitio web enfocado en los contenidos sobre estilos de vida saludable, que la información es básica para gozar de un erotismo pleno, y que quienes no estén seguros de dar ese paso, deben evitar el sexo hasta que estén convencidos, sin que nadie los obligue.

El autoconcepto y la autoestima sexual juegan un importante papel en la vida de las personas. “Los éxitos y los fracasos en nuestras relaciones con los demás, la satisfacción con uno mismo y el bienestar psíquico llevan su sello”, dijo el experto.

En numerosas ocasiones, problemas en nuestras relaciones sexuales como la falta de deseo sexual, la eyaculación precoz, la eyaculación retardada y la disfunción eréctil, entre otras, están directamente relacionados con una deficiente autoestima sexual, admite Pérez.

Según el psicólogo, todos los seres humanos “somos individuos sexuados, desde que nacemos hasta que morimos, y la sexualidad puede convertirse en una fuente constante de bienestar o, por el contrario, si no nos preocupamos por ella, en una fuente de frustración”.

Puntualiza que quien se ocupa de su bienestar sexual mejora la calidad de vida y, para ello, es necesario conocer cómo cambian sus respuestas sexuales con el paso del tiempo, y sobre todo cómo hacer frente a las disfunciones sexuales que en un momento dado puedan aparecer, o cómo “nos pueden afectar determinadas enfermedades médicas en el terreno de la sexualidad”.