Viagra: 23 años de permanencia en el mercado mundial

La viagra o 'pastilla azul' como se le conoce desde hace 23 años desde que la compañía farmacéutica Pfizer la sacó al mercado, no ha perdido vigencia y tampoco ha dejado de tener éxito en el plano de la sexualidad masculina.

Este fármaco, hecho a base de citrato de sildenafil, se ha convertido en toda una metáfora de potencia, fuerza, poder, masculinidad, vigor e inclusive seguridad. Para muchos, la protección que proviene de este —o de otras pastillas similares— lo vuelven la herramienta 'salvadora' en situaciones específicas, en las que el pene erecto tiene un lugar preponderante, describe un artículo realizado por expertos en la revista latinoamericana Sexualidad, Salud y Sociedad.

Desde 1998, este fármaco es usado para tratar la dificultad de obtener erecciones, aunque en sus inicios estaba siendo empleado en fase experimental para lidiar con problemas de angina de pecho e hipertensión arterial, sin embargo, los investigadores comenzaron a notar que uno de los efectos secundarios era que los hombres reportaron sentir fuertes erecciones posteriores a su ingesta; por esa razón Pfizer, —que en 2020, luego de una larga lucha, perdió la patente de la 'pastilla azul'— vio la oportunidad para comercializarlo y así poder acabar con los problemas de disfunción eréctil (DE).

De acuerdo con la organización estadounidense sin fines de lucro AARP, que atiende las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años, uno de los medicamentos más común para la disfunción eréctil después de la Viagra es Cialis (Tadalafilo), aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) en el 2003.

La venta de Viagra y Cialis, así como la de su primo Levitra y Stendra, ha sido una gran noticia para los hombres con problemas de DE. De acuerdo con la Urology Care Foundation, alrededor de 30 millones de hombres ocasionalmente tienen problemas para tener o mantener una erección. Por fortuna, la mayoría de los hombres con disfunción eréctil (anteriormente denominada impotencia) son candidatos para ser tratados con este tipo de medicamentos.

“Los medicamentos funcionan al aumentar la liberación natural de óxido nítrico en el cuerpo, una sustancia química que normalmente se libera durante la excitación sexual. El óxido nítrico a su vez activa otras sustancias para ayudar a relajar el músculo liso dentro del pene, lo que permite un aumento en el flujo sanguíneo hacia la zona, y así facilitar la erección. En general, estos medicamentos aumentan los efectos del óxido nítrico”, detalló Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y psicoterapeuta de familia.

Entonces, ¿cuáles son las diferencias entre la Viagra y otros fármacos para atender la DE? Aunque cada uno funciona de manera similar, hay algunas características que los distinguen: los efectos secundarios, el tiempo que dura su efecto y cuándo se deben tomar.

El médico considerará estos factores, así como otras afecciones y las posibles interacciones con otros medicamentos que la persona tome en ese momento, explican expertos de Mayo Clinic en su página oficial.

Debido a que estos medicamentos tienen una eficacia similar, el American College of Physicians recomienda que la elección se base en las preferencias de quien lo consumirá, que incluyen el costo, la facilidad de uso, cuánto tiempo duran los efectos del medicamento y los efectos secundarios. Hay versiones genéricas del sildenafil, vardenafilo y tadalafilo disponibles.

De acuerdo con María Fernanda Peraza, uróloga venezolana experta en la salud sexual masculina y femenina, la aparición de la Viagra fue tan importante para el hombre como la píldora anticonceptiva para las mujeres, sin embargo, ahora que este fármaco pasa a ser de dominio público y entran a la venta otros tratamientos del orden de los genéricos del sildenafil, es posible que se abra un nuevo capítulo en la sexualidad masculina moderna.

“De hecho, hasta los hombres mayores de 60 años han vivido una 'segunda juventud sexual'. Mientras que jóvenes la han probado a fin de potenciar sus habilidades, dijo a BBC Mundo Peraza.

A su vez señaló que “uno prescribe el medicamento que sabe que le va a funcionar mejor al paciente, pero a partir de ahora, el paciente va a preferir comprar el más económico”.

La experta explicó que existe una subjetividad de parte de muchos especialistas a la hora de prescribir un tratamiento con genéricos. “Si bien en la literatura científica existe una infinidad de estudios que evidencian la igualdad de un genérico y una marca, hay un componente subjetivo intrínseco en el ser humano que puede marcar la diferencia entre los dos; y que sólo se sabrá después de un período de prueba”, enfatizó.

Agregó que aún “no podemos estar seguros de su efectividad”. Es de aquí a un año que se podrá empezar a valorar por la experiencia clínica”.

“A día de hoy, la única diferencia tangible está en el bolsillo. Es muchísimo más económico. Mientras que la Viagra de Pfizer cuesta alrededor de $10 la pastilla, el genérico podrá salir a la venta por un precio tan barato como $1 la unidad”, aclaró a BBC .

Lo cierto es que el rombo azul conquistó a la sociedad estadounidense y encontró aliados entre importantes políticos, como el republicano Bob Dole, que promocionó la Viagra en un famoso anuncio televisivo y llegó a participar en ensayos clínicos previos a su comercialización, reseñó EFE.

Dole, de 94 años y que fue diagnosticado con cáncer de próstata en 1991, defendió en varias ocasiones el medicamento porque 'había cambiado su vida'.

“Cuando me diagnosticaron cáncer de próstata, en primer lugar me preocupó el cáncer, pero también los efectos secundarios, la disfunción eréctil, también conocida como impotencia. Da un poco de vergüenza hablar sobre ello, pero es importante para millones de hombres y sus compañeras”, dijo Dole en su célebre anuncio.

Más allá de la política, la píldora acabó ocupando un importante lugar en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, donde solo en 2014 se gastaron 84,24 millones de dólares en medicamentos contra la disfunción eréctil, según datos de la revista especializada Military Times. El rombo azul incluso fue usado por la CIA como moneda de cambio para conseguir aliados en Afganistán en 1998, según recogieron entonces medios locales y cita la agencia EFE.

Convertida en un fenómeno de masas, la Viagra tuvo que buscar una forma de acomodarse a todos los bolsillos y, por eso, en 2017 la farmacéutica Pfizer lanzó una nueva variante: una píldora genérica más barata y que cambiaba su característico color azul por un discreto blanco. “Creemos que la historia de la Viagra no ha acabado. Esto es solo un nuevo capítulo”, dijo el presidente de la marca en Estados Unidos de Pfizer, Jim Sage, durante el lanzamiento de la nueva pastilla, detalló EFE.

De esa forma, la versión genérica pasó a costar un dólar, un precio mucho más accesible que los 50 de los últimos años.

Finalmente, en agosto de 2015, la FDA permitió a la farmacéutica Sprouts sacar al mercado la 'Viagra femenina', cuyo nombre comercial es Addyi y que está pensado para las mujeres premenopáusicas que sufren anorexia sexual, es decir, la pérdida de cualquier deseo sexual.