La menstruación, un asunto de derechos humanos

Actualizado
  • 12/07/2022 00:00
Creado
  • 12/07/2022 00:00
Con miras a humanizar este tema, en Panamá ya se ha avanzado con la presentación de un anteproyecto de ley ante la Asamblea Nacional. La OMS pidió a los gobiernos que la menstruación sea reconocida como un 'problema de salud y de derechos humanos' y 'no de higiene', y que, por tanto, se aborde desde la aparición de la primera menstruación hasta después de la menopausia
Es necesario abordar normas sociales, erradicar estigmas y brindar una educación sexual integral.

Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los gobiernos que la menstruación sea reconocida como un “problema de salud y de derechos humanos” y “no de higiene”, y que, por tanto, se aborde en la perspectiva de un curso de vida, desde antes de la menarquia (aparición de la primera menstruación) hasta después de la menopausia.

El organismo internacional también mostró su compromiso de romper el silencio y el estigma asociados con la menstruación y hacer que las escuelas, los centros de salud y otros lugares de trabajo (incluidos los lugares de trabajo de la OMS) respondan a la menstruación como un tema de salud.

En ese sentido, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), advierte en una publicación en su sitio oficial que la menstruación es un proceso natural que ocurre en la etapa de la pubertad en la población femenina, pero con demasiada frecuencia este hecho biológico es tratado como un secreto o vergüenza, lo cual conduce a la exclusión, el abandono y la discriminación.

No obstante, en algunos lugares la menstruación se entiende como una señal de que las niñas están listas para el matrimonio o la actividad sexual, lo que las hace vulnerables al matrimonio infantil y la violencia sexual, opina Unfpa.

Son los defensores jóvenes los que, en gran medida, están impulsando el cambio.

“Ante esta situación, la menstruación puede marcar el inicio de sus restricciones de movilidad y comportamiento. Cuando las niñas comienzan a menstruar, sus oportunidades pueden verse radicalmente disminuidas (abandonar la escuela debido al dolor, malestar y/o falta de productos de higiene personal), y hay pérdida de dignidad (falta de suministros e instalaciones sanitarias en entornos humanitarios, donde incluso lo básico, como el jabón y el agua, es escaso o simplemente no está disponible)”, detalla el organismo.

“La menstruación es un tema del que casi nunca se habla”, asegura a la Unfpa, Ogaufi Moisakamo, en Botsuana. “Cuando tuve mi primer periodo, también tuve vergüenza de contárselo a mi madre. Y cuando finalmente se lo conté, ella solo me advirtió de que no jugase con los niños porque me 'quedaría embarazada”.

De acuerdo con la organización, esta experiencia es demasiado frecuente. Suele ser tema de cuchicheos y vergüenza, no solo dentro de las familias y escuelas, sino también en las altas esferas del poder. “No hace tanto tiempo, la menstruación se consideraba tan tabú que prácticamente no se mencionaba en el mundo de la diplomacia y del desarrollo”.

Pese a que es un tema aún estigmatizado, muchos tratan de hacer la diferencia para evitar que sea tratado con timidez o vergüenza, al dejar claro que la menstruación no es solo una cuestión de salud, higiene y dignidad, sino también un asunto de igualdad de género y derechos humanos, donde las mujeres adolescentes y adultas deben tener acceso a la escuela y al empleo y a productos menstruales seguros, asequibles y adecuados.

En todo el mundo se están adoptando estándares de calidad para productos menstruales.

Aunado a esto, un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU, quienes se reunieron en 2019, hizo un llamado a la comunidad internacional a romper el tabú en torno a la menstruación para proteger la salud y evitar la discriminación de mujeres y niñas, y consideró que los Estados deben tomar medidas concretas y transformadoras en el ámbito informativo y de la educación.

“Se debe hacer mucho más para abordar las necesidades de salud durante la menstruación”, puntualizaron los expertos y conminaron a combatir los mitos e ideas erróneas, con amplias campañas educativas que proporcionen información accesible, no prejuiciosa y precisa.

“Los Estados deben tomar medidas transformadoras en cooperación con los organismos de la ONU, las organizaciones de mujeres y los sectores educativo y empresarial”, concluyeron.

Panamá aboga por una ley

Con miras a atender este tema, en Panamá ya se ha avanzado con la presentación de un anteproyecto de ley ante la Asamblea Nacional, que se espera avance ante el pleno y se convierta en ley de la República.

El 8 de marzo de 2021, el diputado Juan Diego Vásquez, en conjunto con otros diputados, presentó ante la comisión de la Mujer, Niñez, la Juventud y la Familia de la Asamblea Nacional el anteproyecto de ley 303 “que brinda acceso integral a la gestión menstrual”.

De acuerdo con el diputado proponente, “la menstruación constituye un proceso fisiológico, no optativo, por el cual atraviesan niñas y adolescentes que, de acuerdo al contexto en que vivan, puede generar diversos desafíos”.

Según la propuesta presentada, en el mundo por lo menos 500 millones de mujeres y niñas no tienen acceso a instalaciones adecuadas para manejar sus necesidades de higiene menstrual.

En Panamá, según el último censo, hay más de 2 millones de mujeres, equivalente a más del 50% del total de la población.

La vida fértil de una mujer promedio es de casi cuatro décadas. En condiciones regulares, su ciclo menstrual durará 28 días, con cinco días de menstruación. “En ese sentido, la higiene menstrual conlleva la capacidad o el acceso de las mujeres, niñas y adolescentes a productos y materiales limpios para su gestión, que absorban la sangre producto del fin del ciclo menstrual; para que sea digna requiere que se dé en privacidad, tan a menudo como sea necesario, con agua potable y jabón para limpieza correcta y total, así como vías para desechar estos productos y los conocimientos científicos necesarios”, detalla el documento.

En ese sentido, los proponentes del anteproyecto afirman que la igualdad de género no se logrará a menos que se aborde la salud menstrual a través de políticas públicas y financiación apropiadas. “Es inconcebible que un proceso fisiológico por el que todas las mujeres atraviesan sea ignorado en la agenda pública, y que su atención se deje, una vez más, al ámbito privado”, detallan.

De acuerdo con la propuesta, lo que se busca es sentar elementos básicos para que en forma gradual se avance hacia una verdadera política pública que garantice a las niñas, adolescentes y mujeres el acceso a estos productos de higiene indispensables para su desarrollo e incorporación plena a todos los ámbitos de su vida.

Países con legislaciones

Este año, España se convirtió en el primer país de la Unión Europea que reconoce el derecho a la salud menstrual como derecho fundamental, mediante la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 17 de mayo de 2022.

Con esta reforma, las mujeres que sufran reglas muy dolorosas, que no les permitan desarrollar su actividad profesional con normalidad, podrán pedir la baja laboral y será el Estado quien asuma los costes económicos, describió el diario español La Vanguardia.

La ley también contempla ofrecer de manera gratuita los productos de higiene menstrual (compresas, tampones...) en los centros educativos, en las cárceles y en los centros de servicios sociales donde asisten las personas con pocos recursos económicos, detalló la fuente.

Por su parte, la Corporación de Radio y Televisión Española (RTVE), describió en su sitio oficial que varios países de Asia recogen las bajas por dolor menstrual en su legislación, puesto que sonnaciones muy abiertas al tema.

Uno de ellos es Indonesia. Este país incluyó en 1948 una cláusula en una ley laboral que hacía mención a que las mujeres trabajadoras “no pueden ser obligadas a trabajar” en el primer y segundo día de regla. Años más tarde, en 2003, la última ley laboral del país recoge el derecho a dos días de baja remunerados durante la menstruación e incluye la obligatoriedad de regular esta práctica en el contrato. Incluso, de no respetar este derecho las empresas pueden ser multadas, describió RTVE.

Mientras que en Japón, este derecho está reconocido desde 1947. La legislación laboral nipona actual incluye esta posibilidad para casos en los que los síntomas del periodo hagan que las empleadas vean “extremadamente dificultado su desempeño profesional”. Pero la normativa no obliga a las empresas a pagar a las empleadas durante ese periodo, lo que sí contempla es multas “a aquellas compañías que nieguen la solicitud de sus trabajadoras”.

Corea del Sur es otro país que también reconoce los derechos de las mujeres durante la menstruación. Aunque no se presenta como una práctica generalizada, está regulada desde 1953 y es un asunto tratado con seriedad en el país. En 2021, el exdirector general de la aerolínea Asiana Airlines recibió una multa por haber rechazado 138 peticiones de bajas por dolor menstrual, señaló RTVE.

Sin embargo, la situación es tan lamentable en otros países como India, puesto que las mujeres durante esos días 'rojos' son expulsadas de sus casas y se ven obligadas a vivir en cobertizos hasta cuando les pase la menstruación.

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