La obesidad, motivo de discriminación y de aislamiento social

Actualizado
  • 19/12/2022 00:00
Creado
  • 19/12/2022 00:00
De acuerdo con los expertos, la sociedad y los profesionales dedicados a la atención de personas que viven con obesidad, son los que pueden cambiar la narrativa en torno al peso corporal y erradicar el estigma y la discriminación hacia esta enfermedad
Dividir el plato es una estrategia simple que ayuda a tomar decisiones alimenticias óptimas y comer tamaños de porciones adecuadas.

Actualmente la obesidad no sólo representa un problema de salud para las personas que la padecen, también es motivo de discriminación, aislamiento social, prejuicios y estigmas que de una u otra forma van deteriorando el estado de salud mental de quien la padece, así lo afirman los médicos especialistas.

Para la psicóloga, Jamil Rivera Sánchez, no es una novedad que la obesidad y el sobrepeso, enfermedades caracterizadas por la acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo, sea causa de discriminación y bullying en nuestra sociedad.

Según la psicóloga, es la hora de actuar contra esta patología, ya que, una persona en esta condición siempre verá afectada de manera drástica su salud mental, rendimiento, oportunidades, entre otras.

Rivera también destacó que las personas con sobrepeso u obesidad son vistas como un problema económico para las dependencias de salud, que destinan grandes cantidades de recursos para sus tratamientos.

Diversas dietas como las del índice glucémico, cetogénicas o las dietas paleolíticas, pueden ayudar a la pérdida de peso.

Resaltó también que otro de los problemas que presenta una persona con esta condición es la estigmatización, una situación presente tanto el ámbito laboral, educativo, en medios sociales y de comunicación, como en entornos sanitarios.

“La sociedad, por error, cree que la obesidad es una patología en la que la persona puede controlar de forma unilateral su enfermedad y esto la ha convertido en uno de los problemas de salud asociados a una mayor estigmatización social”, contempló Rivera.

De acuerdo con la experta, una persona con sobrepeso u obesidad suele ser calificada socialmente como una persona perezosa, sin disciplina y sin fuerza de voluntad, pese a que esos argumentos hasta hoy no han sido probados científicamente.

Rivera explicó que la sociedad y, en particular, los profesionales implicados en la atención de personas que viven con obesidad, son los que pueden cambiar la narrativa en torno al peso corporal y erradicar el estigma y la discriminación hacia esta enfermedad.

“Un buen comienzo es promover el lenguaje centrado en la persona para dirigirse con respeto y dignidad a quienes viven con esta patología y cualquier enfermedad crónica, evitando etiquetarlas por su condición y utilizando expresiones adecuadas (persona que vive con obesidad) en lugar de expresiones estigmatizadas (persona obesa) para evitar la deshumanización. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) vienen denunciando la constante discriminación que sufren las personas que padecen esta patología tanto por parte de los pacientes, como de los profesionales sanitarios y de la administración sanitaria.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una compleja enfermedad multifactorial no transmisible, que se define por una adiposidad excesiva que puede perjudicar la salud.

Buenos hábitos alimenticios, la alternativa

Edya Villanueva, médica interna de la Unidad Local de Salud y Seguridad Ocupacional de la Caja de Seguro Social (CSS), manifestó su preocupación ante este flagelo que va ganando terreno entre niños y adolescentes.

Además, remarcó que los cambios en el estilo de alimentación pueden ayudar a prevenir sobrepeso, obesidad y la diabetes, en su forma más común, tipo 2.

“Una buena alimentación, realizar ejercicios de forma regular, evitar el consumo de alimentos que sean ricos en azúcares y grasas, procurar comer varias veces al día frutas y verduras y no olvidar la ingesta de agua, al menos 8 vasos al día, son el complemento perfecto para evitar una obesidad no deseada.

Consuma alimentos grasos que favorecen los niveles de colesterol saludable y la buena salud vascular y del corazón son: aceite de oliva, girasol, cártamo, semilla de algodón y canola, así como también frutos secos y semillas, como almendras, cacahuates, linaza y semillas de calabaza. Además, pescados grasos, como el salmón, la caballa, las sardinas, el atún y el bacalao.

Realice actividad física, ya sea en un gimnasio o en casa. Generar el hábito depende de la disposición que tenga la persona en querer hacerlos. “No es necesario invertir una hora haciendo actividad física, con solo 10 a 15 minutos diarios es suficiente para que el cuerpo se mantenga activo y con energía, a fin de evitar las complicaciones graves de la diabetes en el futuro, tales como daños a los nervios, los riñones y el corazón. Nunca es demasiado tarde para empezar”, declaró el doctor Hernán Cohen, medical manager de Merck Centroamérica y El Caribe durante un live sobre la importancia de la prevención de la diabetes.

Bajar el exceso de peso

Bajar de peso reduce el riesgo de diabetes. Los participantes de un estudio efectuado por la American Diabetes Association (Asociación Americana de la Diabetes) redujeron el riesgo de desarrollar diabetes en casi un 60% después de bajar aproximadamente el 7% de su peso corporal con cambios en la actividad física y en la dieta.

Dicha asociación recomienda a las personas con prediabetes que bajen al menos del 7% al 10% de su peso para prevenir el avance de la enfermedad. Cuanto más peso baje, mayores beneficios logrará.

En el mundo se registran un aproximado de 2 millones de muertes al año a causa de la obesidad. Al año, 9000 panameños fallecen por obesidad o alguna enfermedad relacionada con el sobrepeso, lo que representa el 45% de las muertes, destacó Villanueva.

En el 2017, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, se contabilizaron 19.482 defunciones; de las cuales, las enfermedades no transmisibles se encontraban entre las diez principales causas.

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