La esquizofrenia: y un diagnóstico a través de huellas dactilares

Los últimos años han brindado avances y tratamientos para la esquizofrenia, pero hasta el momento, no se habla mucho de su diagnóstico. Esto puede llegar a cambiar gracias a una prueba con las huellas dactilares de los pacientes que ha mostrado resultados fiables hasta un 70% identificando a personas que posiblemente pueden padecer el trastorno.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estipula que aproximadamente 24 millones de personas (1 de cada 300) a nivel mundial sufren de esquizofrenia. Los hombres suelen manifestarlo a más temprana edad que las mujeres y se asocia con una fuerte ansiedad y un significante deterioro de las esferas personales, familiares, sociales, educativas, ocupacionales, entre otras.

“La esquizofrenia es una condición en salud mental de orden médico que se caracteriza, principalmente, por alucinaciones auditivas y visuales. Esto quiere decir que existe una alteración en la estructura, los receptores, y las vías de comunicación del cerebro de una persona”, dijo en una conversación con La Estrella de Panamá la médico psiquiatra Claudette Pajares.

“De ahí, los primeros síntomas se dan entre los 15 años o en la etapa final de la adolescencia o primeros años de la vida adulta. Siendo el cerebro el órgano principal afectado, es una alteración compleja en cuanto a estructura y procesos neurofisiológicos”.

En España, un grupo de expertos del Centro de Investigación Biomédica en Red Salud Mental (Cibersam) en Madrid  y del  Fidmag Hermanas Hospitalarias ubicado en Barcelona, han desarrollado un  algoritmo que detecta el riesgo  de este trastorno a partir de las huellas dactilares.

“La esquizofrenia es una psicopatología tan compleja que merece y siempre debe ser tratada por un equipo multidisciplinario formado de psicólogos clínicos, psiquiatras, neurólogos y otros profesionales. No es un tema que ve una sola persona”, comentó a La Estrella de Panamá el psicólogo clínico Tomás Rincón.

Entre descartes de posibles trastornos, exploración física, análisis, y todo tipo de pruebas y evaluaciones psicológicas y psiquiátricas, los especialistas pueden durar hasta seis meses para diagnosticar y tratar a una persona con esquizofrenia. Para entonces, la vida del paciente y su familia puede haber sufrido un gran impacto.

En el trastorno, el factor genético tiene un 80% del peso. También hay factores ambientales cuando la madre sufre algún tipo de infección durante la gestación que puede afectar al feto.

Esto despertó una hipótesis en los investigadores: que la esquizofrenia deja su marca en las huellas dactilares. Esto se debe a que los patrones dermatoglíficos, al formarse, permanecen invariables desde el nacimiento. Las huellas dactilares se consideran un signo de desarrollo neurológico  temprano  porque comparte  un origen embrionario con el sistema nervioso  central.

Con los últimos avances en inteligencia artificial, los científicos del Figmag y Cibersam desarrollaron diferentes algoritmos con el fin de identificar los patrones en las huellas dactilares de pacientes con esquizofrenia y personas sanas. Esto se hizo hasta dar con el patrón más preciso que se basó en tres dedos de la mano izquierda: pulgar, índice y corazón.

El estudio incluyó las huellas dactilares de aproximadamente 1,500 personas, de los cuales 600 son personas con esquizofrenia y 850 son personas sin el trastorno, alcanzando resultados fiables de un 70%.

Para los investigadores, los resultados confirman que la prueba es un potencial señalador para diagnosticar la enfermedad y que es una herramienta fácil de usar, ya que solo se necesita un pequeño aparato para tomar la imagen de las huellas dactilares del paciente, ya sea en un computador o teléfono celular. Esto puede brindar un diagnóstico inmediato que le permite al paciente buscar la ayuda necesaria y tener la oportunidad de reintegrarse en la sociedad y llevar una vida sana.

Sin embargo, advierten que “acaba de salir del horno” y que antes de ofrecerla al uso clínico generalizado, se debe manejar temas que incluye la bioética.

La división farmacéutica española Janssen Pharmaceutica explicó en su página web, que las personas que padecen de esquizofrenia, son sujetas a sufrir estigmas por la sociedad .

“Pueden ser  discriminados,  rechazados  y ser víctimas de  rumores  e incluso  violencia,  lo cual puede propiciar el aislamiento social”, detalló en su sitio web la empresa. “ La sociedad puede llegar a creer que son personas impulsivas y con tendencia a la agresividad o la violencia, aunque nunca se hayan comportado de esa manera, lo cual genera grandes desigualdades con el resto de la población”.

Los familiares también son afectados, así como la percepción que el paciente tiene de sí mismo que se conoce como “autoestigmatización”.

“La discriminación está asociada al estereotipo de que tienden a ser personas peligrosas. Evidentemente, cualquier persona que tenga una crisis puede llegar a ser errática, o estar muy asustada y a la defensiva”, comentó Pajares. “Si el paciente se somete a tratamientos e intervenciones psiquiátricas con ayuda de medicación, puede llevar una vida normal y funcional. El estereotipo está basado en personas que tienen descompensaciones o sufren algún tipo de crisis que puede asustar a los que los rodean”.

El psicólogo Tomás Rincón comentó que a pesar de la seriedad con la que se deben tomar las alucionaciones, “la preocupación real es en el momento en que el paciente decide aislarse por completo y no participar de la sociedad,ya sea por alguna crisis que sufrió o por la discriminación que puede experimentar por la mala información de la sociedad ante el trastorno”.