La economía de la ‘sin razón'

Dice un proverbio que ‘el sentido común es el menos común de los sentidos', a medida que el tiempo transcurre me doy cuenta que en efecto la realidad es así.

Esta semana el presidente de los Estados Unidos sacó oficialmente a su país de los tratados de París, mientras lo hacía un grupo de personas le aplaudía en el jardín de las rosas en la casa blanca. El presidente dijo algo así como ‘soy presidente de USA y me eligieron para gobernar Pittsburgh no París' ,como si las dos ciudades no quedasen en el mismo planeta.

Este tipo de desconexión terrible queda ilustrada cuando la gente me dice que lo importante de la economía es que se ‘mueva', sin importar si ese movimiento se basa en cosas ilegales o corrupción; quienes así piensan no conectan que el dinero que les llega a su negocio de afiches, reparación de autos o restaurantes, son las sobras de lo que debió haber sido la educación, la infraestructura o la salud de su país.

La ganancia en corto es el sino de nuestra economía actual, las personas solo piensan en lo que puedan sacar en los próximos 3 meses, razón por la cual las inversiones serias que requieren un estudio detallado se diluyen.

Hemos vivido en un esquema económico que asume que los recursos son infinitos, vemos nuestras empresas como una línea de montaje que comienza en algún recurso natural, pasa por una fábrica en algún lugar del mundo, luego por algún tipo de plataforma de venta, por el consumidor y finalmente como contaminante en algún basurero. Un empresario inconsciente piensa solo en su parte de la cadena, sin reflexionar sobre lo que ocurre más adelante en la misma; un consumidor irracional hace lo mismo.

Estamos en un punto donde se nos está pidiendo tomar una decisión, actuar como si no pasara nada y todo estuviese igual que siempre o asumir que las cosas deben cambiar.

Los gobiernos, empresarios, emprendedores, innovadores y consumidores que optaron por la segunda opción, firmamos convenios, hacemos investigaciones, creamos proyectos, lanzamos ‘startups' y consumimos pensando en el cambio de paradigmas. Aquellos que tienen miedo de un mundo diferente se aferran al ‘status quo' con fiereza, eligiendo políticos retrógrados, evitando los estudios científicos, alejándose de cualquier innovación que les implique ‘salirse de su ciclo normal'. A estos últimos les tengo una noticia, cerrando los ojos no van a lograr que el tiempo se detenga, negando la verdad esta no va a desaparecer y solo por el hecho de repetirse las mentiras que los tranquilizan, no van a lograr detener lo que se viene.

El mundo cambió...así de sencillo, sumense a crear las soluciones que este nuevo mundo necesita o siéntense con la orquesta a esperar a que esa realidad en la que viven se termine de hundir.