Más conciencia para aprovechar y disfrutar de la tecnología

La tecnología puede ser la solución de muchos males, pero también su creador. Su resultado dependerá del uso consciente que cada quien le dé. El tema se aborda en ‘Candidez', novela de Fernando Viveros Castañeda

Si de algo conoce Fernando Viveros Castañeda es de los usos sociales que le damos a las nuevas tecnologías. Por diez años dirigió el grupo Mediatelecom, portal líder en la región latinoamericana dedicado al análisis especializado de este fenómeno que nos ha cambiado la vida. ‘Nos fue tan bien que vino alguien y me lo compró y bueno, esto me da la oportunidad de dedicarme con más calma a los temas literarios que me gusta abordar', dice en entrevista a La Estrella de Panamá .

Viveros participó en la Feria Internacional del Libro de Panamá para ofrecer el taller ‘Hiperverdad y las Fake News' y para presentar su novela Candidez , también ligado con el uso de las tecnologías.

Y es que, al vivir la realidad, es inevitable abordar estos temas. ‘Tolstoi no podía evitar escribir sobre caballos, carrozas y vodka; así, los escritores de ahora tampoco podemos dejar de escribir sobre estos temas tan actuales', dice.

En su charla, el mexicano se refirió a los cambios que ha tenido la sociedad desde la posmodernidad, que ha hecho de la persona centro, en lugar del hombre (universal) y que nos ha llevado a un hiperindividualismo que ha fragmentado la sociedad en un grupo de personas que buscan, primordialmente, satisfacer sus deseos de forma inmediata, a través del consumo.

El egoísmo generado lleva a cada quien a establecer su propia verdad. Al no interesarle a la persona nada más que a sí mismo, cada quien establece su propia verdad, caldo de cultivo perfecto para la propagación de noticias maliciosas o falsas, las llamadas fake news .

La propagación de información maliciosa no es un hecho nuevo. Viveros Castañeda hizo un repaso del papel que Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, tuvo en el éxito del adoctrinamiento del pueblo alemán sobre la supremacía aria. Pero la situación se ve magnificada por la acción de las nuevas tecnologías y, sobre todo, las redes sociales, sin mencionar la manipulación en la difusión de información a través de algoritmos enviados también a individuos específicos tomando en cuenta información personal, obtenida aun sin consentimiento.

‘Las fake news afectan a la democracia, al derecho a la información y dan la oportunidad de que muchos oportunistas se aprovechen, como dice el dicho, río revuelto, ganancia de pescadores', apuntó el escritor.

Consejos como ‘mirar quién es el autor de la información, verificar la fecha de publicación y considerar el sesgo', se suman al de leer más allá, buscar fuentes adicionales que certifiquen la información y consultar a algún experto para que verifique la información que se está difundiendo.

También, acudir a la propia tecnología, que ofrece herramientas con las que se puede detectar alguna inconsistencia: ‘Utilice búsquedas personalizadas, encuentre una fuente local, realice una búsqueda inversa de imágenes, revise la dirección URL, enlaces y citas', dice.

La información maliciosa no es el único problema que viene encadenado al uso de las nuevas tecnologías. Grandes avances en el desarrollo de la inteligencia artificial y de la manipulación genética generan alarmas sobre si su uso será ético.

La velocidad con que se dan los avances tecnológicos ha tomado a muchos desprevenidos; sin embargo, es una realidad en la que hay que vivir. ‘A mayor velocidad, menor conciencia presente y mayor hiperconsumo', establece la reseña del libro Candidez. Y es que el individualismo ha convertido las relaciones personales en meras transacciones que interesan solo si generan algún beneficio. La novela se desarrolla justamente en un mundo en el que todos buscan un reconocimiento instantáneo a través de nuevas herramientas, pero estas pueden ser utilizadas también a beneficio de la humanidad.

La trama

‘Un ciudadano común y corriente se encuentra, por una serie de situaciones, ante la posibilidad de participar contra la corrupción de su país y decide, a través de las redes sociales, captar información, verificarla y perseguir a los que incurren en ese tipo de acciones. Llega a ser tan exitoso, que acaba entrando al congreso y después de allí, logra hacer consenso, lo postulan y llega a ser presidente de la República', cuenta el autor.

Desde allí, esta persona se relaciona con líderes de naciones poderosas, una de ellas, presidenta de un país, le pide apoyo para llevar a cabo un programa para insertar tecnología, a manera de un chip de memoria en los ciudadanos. De esta forma, sería muy sencillo manipular patrones de consumo y patrones ideológicos. La situación se complica cuando este líder se entera de que su hija tiene un problema cardíaco que puede ser resuelto con una tecnología que le ofrece la presidenta de este país poderoso.

‘Él, que rechaza la inserción de tecnología en humanos se enfrenta al dilema de utilizarlos, en el caso de su hija, para salvar su vida. Este es uno de los dilemas que presenta la obra', desvela el autor. El protagonista tendrá que luchar con el cabildeo que hacen estos políticos a través de las redes sociales.

Para Viveros Castañeda, no se puede revertir el proceso tecnológico; sin embargo, con un uso más consciente se podrían reducir sus consecuencias, sus desviaciones.

‘No hay que permitir que alguien decida por uno; que cada quien decida sí o no y hasta dónde. Y eso solo se puede hacer con conciencia con información verificada por uno mismo, y con proceso de reflexión'.

‘Uno de los temas fundamentales es la conciencia. Tenemos la necesidad de reforzar esta conciencia, pero ¿qué es reforzar la conciencia? Regresar a los valores, a los principios básicos fundamentales de respeto al otro, respeto a la naturaleza, respeto a la convivencia, tratar de lograr recuperar la empatía, la solidaridad con el otro, salir de la predominancia del yo, para regresar a la predominancia del otro', asegura.

Estar en ‘la era del vacío', tal y como lo ejemplifica Gilles Lipovetzky en su libro, del mismo nombre, ‘es muy peligroso', dice Viveros. ‘Cómo me vuelvo tan narcisista tan egoísta, que me la paso mirándome en el espejo y me olvido de todas las relaciones sociales, las relaciones amorosas, las relaciones solidarias, todas se están desvaneciendo. La tecnología nos está empujando a dejar de lado los valores que nos unen compartiendo la belleza, la alegría, el contacto sensorial y preferir la digitalización, la mecanización de las relaciones. La conciencia se tendría que dar sobre esos puntos, ¿no?', medita.

Otro elemento que el escritor considera imprescindible para no rendirse ante la inminente manipulación tecnológica es velar siempre y ante todo, por la libertad de las decisiones.

‘No hay que permitir que alguien decida por uno; que cada quien decida sí o no y hasta dónde. Y eso solo se puede hacer con conciencia, con información verificada por uno mismo, y con proceso de reflexión, de establecer un propio marco ético, un propio sistema de creencias que no son impuestas'. De acuerdo con el especialista, cada quien debe ser capaz de identificar si los mensajes que recibe son manipulados o si tienen un objetivo de manipulación. ‘Este es uno de los grandes retos que tenemos como sociedad y como individuos', reflexiona.

Como ciudadanos, cada uno de nosotros debe ‘tratar de disfrutar los contrastes, tratar de fomentar la libertad, nuestra libertad de acceso y salida de la tecnología, nuestra libertad de inserción de tecnología en nuestro cuerpo. Debemos tener la posibilidad de mantener esta libertad y comunicarla a todos', dice Viveros, especialmente a las nuevas generaciones, con una compensación en programas de lectura y propiciando los llamados ‘algoritmos vacuna'.

‘Esto no es más que utilizar la misma tecnología, pero para beneficio, de manera preventiva para nosotros. Si están utilizando algoritmos para manipularnos, podemos tener algoritmos que nos prevengan de ello, algo que funcione como una alarma', comenta.

Los programas de inserción de tecnología propician una programación genética para las nuevas generaciones, para prevenir enfermedades crónico-degenerativas, ‘tú naces no solamente con el kit de belleza que establecen tus padres, sino que puedes escoger algunas condiciones que pueden preservar la vida por muchos más años, pero debemos ser capaces de preguntarnos, ‘¿quiero vivir tanto? o ¿por qué quiero vivir tanto?”.

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