Equipo suizo, de la nieve al agua

PLAYA VENAO, PEDASÍ. Para un país tan pequeño y que no tiene costas como Suiza, competir en un Mundial de surf es una cuestión de puro amor a este deporte. Rodeados de nieve y sin una playa para entrenar, los surfers se ven obligados a viajar horas a otro país para montar olas, poniendo en riesgo sus trabajos.

‘Cada vez que tienen libre, los chicos manejan hasta las costas del noroeste de Francia para poder entrenar. Es muy difícil para ellos, pero igual lo hacemos porque nos gusta este deporte’, explicó Heidi Zaugg, mánager del equipo.

Uno de los principales problemas a la hora de viajar es la pérdida de sus trabajos. Cuando hay una competición cerca, generalmente dura una semana, y a la hora de regresar a casa, no saben si todavía tienen su lugar o no.

‘Durante muchos años, unos cuantos de los que han estado en el equipo nacional han perdido sus trabajos porque en Suiza no toleran las llegadas tardes, menos faltar un día entero. Como no les interesa el surf, ya que los deportes principales son snowboarding y ski, no son flexibles para dejarlos entrenar’, manifestó Zaugg.

En cuanto a las expectativas en el torneo, la entrenadora fue clara: ‘Su nivel no es el mejor, lo cual es obvio, porque no podemos practicar lo suficiente. Pero así y todo hemos tenido buenos papeles’.

Tienen un equipo joven, con ganas de dejar en alto su bandera y, sobre todo, disfrutar de las playas de Centroamérica. A pesar de que no tienen una asociación que los apoye económicamente (sólo les dan viáticos y ellos mismos se pagan sus pasajes), los suizos dejan la abundante nieve cada vez que pueden para zambullirse en el agua.