Lanzando el partido más difícil por la vida

Actualizado
  • 22/05/2012 02:00
Creado
  • 22/05/2012 02:00
PANAMÁ. Como en otras tantas jornadas, Ritzi Yángüez estaba sobre la lomita de lanzar. Era el partido por el campeonato nacional de soft...

PANAMÁ. Como en otras tantas jornadas, Ritzi Yángüez estaba sobre la lomita de lanzar. Era el partido por el campeonato nacional de softbol femenino del año 2011.

Hizo su habitual movimiento, lanzó y la bateadora logró conectar su recta.

La bola golpeó con fuerza su pecho, específicamente el seno izquierdo.

Primero, sintió el dolor... luego, el deseo de terminar el partido... y después, los temores... un moretón, la hinchazón y nuevamente el dolor, esta vez más agudo y constante.

Acudió a la Caja de Seguro Social para practicarse una mamografía, con la que sus sospechas y las de sus médicos fueron confirmadas.

Tenía cáncer. Se le diagnosticó cáncer de mama en etapa 3; es decir, mayor de 5 centímetros... bastante avanzado. La enfermedad ha comenzado a propagarse fuera del seno. Su vida está en serio riesgo.

EN ‘SHOCK’

‘Quedé destruida. Pensé que mi vida había terminado. Jamás pasó por mi mente que algo como esto podría pasarme’.

Ritzi toma aire. Los recuerdos se amontonan en su mente, pasan como rápidas fotografías, escenas de un momento que se grabaron y que jamás podrán borrarse.

Sentada en la sala de la residencia de una de sus mejores amigas en la barriada Revolución de La Chorrera, la joven deportista recobra el aliento. El calor la agobia, y la impotencia también.

‘Los deportistas creemos que somos inmunes a las cosas; pero como seres humanos, estamos igual de expuestos a cualquier daño’, destaca con resignación.

LA VIDA ANTES

Ritzi Del Carmen Yángüez nació el 24 de julio de 1973 en David, provincia de Chiriquí. Se crió en el pueblo de Tijeras, en el distrito de Boquerón.

Cuando comienza a contar sus primeros años en el deporte, a Ritzi se le ilumina el rostro.

‘Siempre me sentí atraída por los deportes, en especial me gustó desde pequeña el béisbol y el softbol’, explicó.

A los 11 años comienza a jugar béisbol. Era la única niña en el equipo; una muy talentosa jugadora, que llamaba la atención por su buen desplazamiento y trabajo sobre el terreno de juego.

Una de sus anécdotas en esos años es el haber jugado con peloteros de la categoría de Sergio Araúz y Ángel Chávez, ambos recién coronados campeones del béisbol mayor nacional con Bocas del Toro.

‘También jugué con Carlos Ruiz’, cuenta con desbordante entusiasmo. ‘Jugué béisbol de pequeñas ligas en Boquerón, y estaba con Calicho en el equipo’, relata la dama deportista.

Había impresionado a más de un fanático de la pelota en Chiriquí, y desde pequeña ya tenía una considerable legión de seguidores.

‘Mi maestro de quinto grado, Luis Alberto Quiel, fue uno de mis primeros motivadores, porque cada vez que me veía jugar, al día siguiente tomaba las dos primeras horas de clase para hablar del partido. Todo el salón estaba pendiente del relato’, destaca con una amplia sonrisa.

Esa inspiración la llevó hasta culminar su licenciatura en Humanidades con especialización en Español, así como el profesorado en segunda enseñanza.

Por 11 años, ha laborado en la escuela Josefina Tapia, de Veranillo. Se encuentra en estos momentos en licencia, debido a su padecimiento.

ATLETA DESTACADA

En el año 2001, Ritzi Del Carmen Yángüez es una figura consolidada en el softbol femenino, aunque no había podido ganar un título nacional.

Panamá Metro gobernaba con autoridad con 20 años de campeonatos consecutivos en la categoría; sin embargo, algo sucedió y la historia cambió.

‘En el año 2002, debido a que había muchos problemas en la liga metropolitana, decidimos abrirnos y representar a Panamá Oeste. Ese año quedamos campeonas y lo fuimos por ocho años consecutivos. El año pasado, después de haber recibido muchas ofertas, decidí representar a mi provincia, y así, Chiriquí ganó el título nacional del softbol femenino por primera vez en la historia’.

Los buenos recuerdos se convierten en luces titilantes, con un refrescante efecto balsámico.

Ritzi habla con más soltura, se siente cómoda y aunque el calor es agobiante, casi no se siente, recordando esos frescos pasajes de su vida deportiva.

Entre sus principales logros, además de los torneos nacionales, atesora la medalla de bronce que obtuvo en los Juegos de Odesur en el año 2003, y el preciado oro logrado en los Juegos Centroamericanos celebrados en Panamá en 2010.

CAMBIO RADICAL

Para mujeres con vida sumamente activa, el sedentarismo obligado por la enfermedad es lo más difícil de asimilar.

En el caso de la lanzadora, muchas de las cosas que hacía antes hoy le son vedadas. Y ese es el principal reto.

‘Las personas desconocen los padecimientos de quienes tienen cáncer. Si el público estuviera más educado al respecto, cambiaría radicalmente la forma en que la gente aprecia esta enfermedad y no dudo que habría mayor apoyo para su tratamiento. Esta enfermedad te cambia la vida... a mí me la cambió por completo’.

Un movimiento que puso a Ritzi Yángüez en el plano opuesto al de la actividad física constante.

Su dieta también ha variado. Consume alimentos especialmente seleccionados e ingiere batidos de frutas naturales y de vegetales.

Bebe ocho litros de agua diarios. Procura no realizar esfuerzos físicos de ningún tipo.

Todavía siente los efectos de la primera quimioterapia a la que se sometió el pasado 11 de mayo, menos de una semana antes de esta conversación.

EMPRENDEDORA

Al ver otros aspectos de su vida, Ritzi se concentra en lo que realiza en este momento para tratar de seguir adelante.

En sociedad con su amiga Lizy, abrió en diciembre del año pasado el almacén ‘Sportway’, ubicado junto a la antigua panadería ‘Camaño’, en el centro del distrito de La Chorrera, dedicado a la venta y distribución de ropa y artículos deportivos.

‘Uno de mis sueños es que esta pequeña tienda permita ofrecerle a los deportistas de La Chorrera y de todo el sector oeste de la provincia una opción de ropa deportiva y además, de diseñar y distribuir uniformes para cualquier disciplina deportiva. Hacemos promociones en colegios públicos y privados. Sería una contribución al fomento del deporte en Panamá Oeste’, explicó.

No todo fue color de rosas en este negocio. Los primeros meses del 2012 fueron muy difíciles de afrontar, por el término de las fiestas de fin de año, los carnavales y de inmediato, el inicio del período escolar.

La tienda deportiva sigue a flote, pese a las adversidades.

SUPERANDO EL DOLOR

Ritzi parece fatigada, pero no permite que eso le impida continuar el diálogo. Toma un pequeño respiro, mientras Alberto, el pequeño hijo de su sobrina Nancy, juega con uno de sus trofeos.

‘Este niño es mi alegría, es mi amiguito, un compañerito, un angelito que Dios ha puesto para que me haga compañía’.

Junto al infante, su amiga Lizy y su sobrina Nancy velan porque Ritzi no solo esté bien atendida, además son un soporte espiritual indispensable en estos momentos. En su familia, ha habido sufrimientos diversos. Un hermano muerto; su padre, también con cáncer, y una madre que no la puede atender, por su avanzada edad.

Todo esto, unido a su fe en Dios, han hecho más fuerte a Ritzi en estas circunstancias.

‘Mi historia es como la de Job. Sé que esta enfermedad es una prueba que Dios me ha enviado y que tengo que superar. Dios le restauró la salud a Job y así será conmigo’.

Los ojos de Ritzi se humedecen. No llora, pero se le nota triste. Sabe que necesita de una gran fortaleza mental para lanzar el partido decisivo de su vida.

AYUDA

La estelar lanzadora panameña está recibiendo apoyo de Pandeportes, que se hizo cargo de los costos de la primera sesión de quimioterapia.

El próximo 31 de mayo, se someterá al segundo tratamiento con radiación.

Recibirá quimioterapia por seis meses y luego, se evaluará nuevamente su situación.

El Comité Olímpico de Panamá está gestionando un tratamiento especializado para Ritzi en La Habana, Cuba, y el Ministerio de Educación le ha dado una licencia con sueldo por un año.

La Federación Panameña de Softbol organiza partidos benéficos para apoyarla económicamente.

Sus amigos, compañeras de equipo y educadores realizan distintas actividades para respaldarla.

‘Cuando veo todo el esfuerzo que muchas personas están haciendo por mí, siento que vale la pena luchar y salir de este trance. Estoy luchando, tratando de ser fuerte ante esta adversidad’, destacó.

MENSAJE Y COMPROMISO

Las raíces chiricanas de Ritzi Del Carmen Yángüez la convierten en una luchadora por excelencia.

En el campo de juegos tratando de contener la artillería de sus contrarias, en el aula de clases, enseñando el buen uso del idioma de Cervantes.

Ante la adversidad, un espíritu indómito la convierte en una mujer tenaz que no dará su brazo a torcer.

En el epílogo de este extenso diálogo, Ritzi espera que su mensaje llegue a muchas personas.

‘Dios me ha puesto una dura prueba. Si logro superarla, seré una mensajera de su palabra en la Tierra; no solo en el softbol, sino en todos los deportes y en todas las circunstancias de mi vida. Estoy luchando porque creo que todavía tengo muchas cosas por hacer en este mundo. Sé que será difícil, pero estoy preparada para afrontar este reto, superarlo y seguir adelante’.

Ritzi suda. Sus amigas se apresuran a confortarla acercándole un abanico eléctrico. Está fatigada y sonríe para dar gracias. ‘Ha sido un honor’, le respondí.

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