Bonds y la sombra que le robó grandeza

Actualizado
  • 09/08/2017 02:03
Creado
  • 09/08/2017 02:03
El toletero que más jonrones ha bateado en las Ligas Mayores no ha llegado a Cooperstown porque los esteroides le persiguen aún en su vida

En el AT&T Park de San Francisco, el equipo de casa celebró un evento especial.

Tal vez habría sido un grandísimo espectáculo, pero las circunstancias lo han impedido, al menos, dentro de lo que se puede considerar como una constante en los últimos cuatro años.

Barry Bonds y los Gigantes de San Francisco celebraron el décimo aniversario de su histórico jonrón 756, que rompió la marca de todos los tiempos en las Grandes Ligas que estaba en poder de Hank Aaron; fue un evento muy sencillo.

En la tercera entrada del partido ante los Cachorros de Chicago, Bonds subió al palco de transmisiones donde saludó a los aficionados, mientras las pantallas reproducían el turno al bate en el que conectó su histórico batazo.

Los cronistas especializados han castigado a Bonds, por las sospechas en su contra sobre el posible uso de esteroides para mejorar su rendimiento.

Poco a poco, se ha ido acercando a Cooperstown; aunque el tiempo se le está agotando de la misma forma paulatina en que ha ido sumando votos e incrementando su porcentaje de aceptación.

En 2013, su primer año en la boleta de votaciones, Bonds recibió un muy discreto 36.2%, pero para la votación de la clase 2017, el porcentaje se incrementó a un 62.8%, mucho más cerca del 75% que necesita como mínimo para ingresar al salón de los inmortales.

Barry Bonds se mantiene con los Gigantes de San Francisco, tras enfrentar la batalla legal sobre los esteroides; da consejos sobre bateo a los jóvenes e incluso a los peloteros veteranos, a la espera de un cada vez más cercano llamado para entrar en Cooperstown.

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