Barría recupera el toque y la confianza

La auspiciosa temporada que los Angelinos de Los Ángeles esperaban tener este año, se ha desvanecido en medio de las lesiones de varios de sus principales jugadores.

Desde el sensacional novato Shohei Ohtani, hasta la súper estrella Mike Trout, han pasado a la lista de lesionados más tiempo del que se quisiera; y si se añade a sus tres mejores abridores: Garret Richard, Matt Shoemaker y Tyler Skaggs, los Angelinos han sido un verdadero dolor de cabeza para el mánager Mike Scioscia, que no ha podido desarrollar el plan trazado desde hace varios meses, y por el cual en este momento, el equipo debería estar en mejor posición dentro de la División Oeste de la Liga Americana.

Pero viendo el lado bueno, a Scioscia le ha venido bien en gran medida el haber podido jugar y mantenerse aún en competencia con el talento llamado de sus equipos de ligas menores.

Uno de esos jóvenes es el abridor panameño Jaime Barría, que a sus 22 años de edad, muestra la madurez sobre el montículo de un gran veterano.

Barría inició con gran ímpetu su paso por las Grandes Ligas, ganó cinco partidos consecutivos tras perder en su estreno; sin embargo, pagó duramente el derecho a piso, al perder siete decisiones consecutivas.

Scioscia fue muy paciente con el tirador, observando sus múltiples recursos monticulares. A pesar de la mala racha, su efectividad nunca estuvo por encima de 3.85, signo inequívoco de que había que trabajar algunas cosas con el muchacho.

En su última salida, triunfo 6-0 sobre los Tigres de Detroit, el panameño mostró nuevamente las herramientas que pueden convertirlo muy pronto en una nueva estrella del montículo para los Angelinos.