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- 12/10/2019 00:00
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Los Yanquis esperan ante los Astros allanar el camino para quedar más cerca de su Serie Mundial número 28 y confían en que el poder de seis de sus jugadores latinos los llevará desde hoy sábado a esa meta.
Ese “power”, abanderado por el venezolano Gleyber Torres, ha llevado a la franquicia a la final de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Torres, junto al colombiano Giovanny Urshela, el cubano Aroldis Chapman y los dominicanos Luis Severino, Gary Sánchez y Edwin Encarnación se han convertido en el bastión de los Mulos del Bronx.
En la pasada Serie Divisional ante los Mellizos bateó .417, de 12-5, con un jonrón, cuatro dobles y cuatro impulsadas.
El 7 de octubre conectó su primer cuadrangular de la postemporada y se convirtió en el jugador de los Yanquis más joven en hacerlo en unos “playoffs” desde Derek Jeter, que lo logró con 22 años y 105 días. Torres, sin duda, resultó una ganga para los Yanquis, teniendo en cuenta que apenas cobra 605 mil dólares anuales.
Los Yanquis confiaban tanto en él que lo ficharon hace 3 años en un cambio arriesgado que envió a Chapman a los Cachorros, pero meses después volvieron a firmar al cerrador cubano que salió campeón de la Serie Mundial en ese año con Chicago.
En cada victoria este año, los Yanquis han tenido una tradición: dar un cinturón (como los de boxeo) marcado con “N.Y.” al jugador más destacado.
El pasado lunes, tras barrer en tres juegos a los Mellizos, el jardinero Aaron Judge se lo dio a Torres, que igualó una marca de dos leyendas yanquis, Mickey Mantle y Joe DiMaggio, al lograr dos temporadas de 20 o más jonrones antes de los 23 años.