‘Mantequilla' y la magia que fue su suerte y desgracia

Actualizado
  • 18/08/2019 02:00
Creado
  • 18/08/2019 02:00
Uno de los mejores peleadores de la historia en las 147 libras, el nativo de Cuba, al que México acogió como a un buen hijo. Vivió la gloria, fue actor, inspirador de un cuento inmortal y que ahora, descansa en inmensa paz

Tenía yo apenas ocho años, mi padre era un acérrimo fanático del boxeo, quien me enseñó a mirar a los grandes campeones del mundo de los años setenta.

Uno de ellos fue muy especial. Era moreno, pero se hizo mexicano. Y con honor, defendió al grito de guerra en cada campanada todo lo que su estirpe dejaba saber sobre el cuadrilátero.

Recuerdo los años de aquel programa ‘Boxeo desde el Olympic' em Canal Dos.

Cada domingo, una pelea celebrada en el Forum de Inglewood, California.

UN GRAN CAMPEÓN

‘Mantequilla' Nápoles fue uno de los mejores boxeadores de su época

victorias, 54 de ellas antes del límite, con siete derrotas, fue el récord del boxeador.

año en el que enfrentó a Carlos Monzón, por la corona del peso mediano. Perdió la pelea.

Ese día, el moreno mexicano trepaba al tinglado para defender los campeonatos mundiales del peso welter de la Asociación y el Consejo Mundial de Boxeo, únicos rectores del pugilismo profesional por aquellos años.

José Ángel Nápoles, ‘Mantequilla' Nápoles exponía sus coronas ante el duro estadounidense Ernie ‘Indian Red' López.

‘Mantequilla' lo noqueó en siete asaltos. Fue levantado en hombros y coronado con el sombrero charro, típico de México.

Aquella imagen se grabó en mi mente. Vi pelear al cubano-mexicano varias veces, incluyendo el legendario pleito ante el argentino Carlos Monzón, por el título del peso mediano, una pelea que nunca debió haber aceptado, pues el castigo recibido aceleró su merma boxística.

José Ángel ‘Mantequilla' Nápoles fue una gran estrella del boxeo en una época en la que las bolsas multimillonarias no existían, en donde el valor del boxeo estaba en la grandeza del pugilista y no en su impacto mediático; trabajó como actor, tuvo mujeres, hijos e hizo derroche de una fortuna que despilfarró.

Su arte sobre el ring sedujo a Julio Cortázar, el laureado escritor argentino, quien inspirado en su pleito con Monzón en París, Francia, escribió ‘La Noche de Mantequilla'.

Napolés murió pobre, entre problemas de diabetes, enfisema pulmonar y principios de demencia senil; acaso si hubiera nacido en el tiempo de Mayweather, ‘Canelo', o tal vez en el Durán, Leonard y Hagler, no dudo que ‘Mantequilla' hubiera sido un hueso muy duro de roer para cualquiera de los mencionados.

Descansa en paz, un grande del boxeo, que deja un legado sobre el entarimado y una reiterada lección de vida, cual espejo para el boxeador que no ve más allá en el futuro, por tantos aduladores que tras dilapidar su fortuna, lo abandonan a una suerte en la que muy contadas manos se extienden para brindar apoyo y consuelo.

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