Con la cuenta abierta, pero necesitando mejorar

  • 17/10/2025 14:42
La selección abordará la próxima jornada sin margen de equivocación, tendrá que afrontarla con sus atributos futbolísticos y sobre todo con concentración e inteligencia

La Selección de Panamá se despidió de la segunda jornada de las eliminatorias manteniéndose a flote por el chaleco salvavidas que terminó dándole el gol in extremis de Ismael Díaz, un chaleco salvavidas impulsado desde la tribuna por una afición que, como pocas veces, empujó entregándose al equipo contra el cronómetro que iba apresurando su fallecimiento y, a la vez, contrariando a un testarudo Christiansen tan enredado como el equipo en el campo de juego.

A quienes hemos asistido durante más tres décadas a los partidos eliminatorios de Panamá en el Rommel Fernández, como apuntaba acertadamente al final el colega periodista Jaime Chávez, la noche del martes se salvó en gran parte de ser oscura por la renuncia de la afición a permitir que ello ocurriera, imponiendo primero su voz al unísono en el estadio gritando: “cambios...cambios...cambios”, para presionar al cuerpo técnico a modificar el equipo.

Un momentum que nos hizo recordar la noche del 30 de marzo de 2005 cuando en aquella eliminatoria, también desde la tribuna, a un renuente ‘Cheche’ Hernández ésta le impuso a gritos “Tejada...Tejada...Tejada”, cuando perdía 1-0 contra México, cuya presencia se le recuerda por haber anotado aquel precioso gol de chilena que daría el empate 1-1 ante los mexicanos. Este martes, después de los cambios en la cancha, no dejó de alentar obligando incluso al árbitro a ir a revisar el VAR en una jugada, continuando con su apoyo tras el empate y hasta que el partido se dio por concluido.

Si se mira en general, de 6 puntos posibles en esta jornada, la selección obtuvo 4, producto de un empate y una victoria, lo cual no sería una cuota deficiente si se señala que todos los demás que sumaron, alcanzaron la misma cantidad de puntos: Surinam 4 y Guatemala 4. Sin embargo, el déficit está en que no se alteró el statu quo con Surinam, conservando el primer lugar por más goles anotados y dependiendo de sí; Guatemala ganando vida metiéndose en el tercer lugar a solo 1 punto y dependiendo ahora también de sí misma, mientras que Panamá pasó no solo de necesitar ganar los dos partidos que le quedan sino igualmente de depender de qué tanto estos dos tropiecen para entrar en la clasificación directa, como que para Panamá entrar en el repechaje entre los dos mejores segundos necesita que a los de los otros grupos, B y C, les vaya mal. En este momento estamos quedando afuera por diferencia de puntos con Curazao que es segundo con 8 puntos en el B y con Costa Rica en el C, por la mejor diferencia de goles con igual número de puntos (6).

Pero dejando a un lado el panorama citado sin olvidarlo, tampoco se puede caer en el desánimo, en la negatividad, en lo catastrófico, porque se estaría dando un paso psicológico en falso hacia la última jornada de noviembre dado que ganar esos dos partidos acerca todavía tanto la clasificación directa como el repechaje; para ello es fundamental que el cuerpo técnico y el equipo logre resetearse.

El equipo debe estar claro que, aunque buscará los 3 puntos, ante Guatemala, con el que se inicia el tramo de cierre de la eliminatoria, el jueves 13 de noviembre, es a quien le corresponde proponer el partido con el mayor gasto y no a Panamá. Para los guatemaltecos tanto o más que para los panameños sus aspiraciones, en todos los escenarios posibles para clasificarse, pasan principalmente por ganarle a Panamá: un empate deja a Panamá arriba de ellos y les hace perder el factor de depender de ellos mismos. Así que los chapines van a tener que arriesgar más abriéndose, que cerrándose en un bloque defensivo poblando con sus jugadores la defensa y el medio campo, como hicieron aquí en Panamá.

Desde esa óptica hay que buscar que el funcionamiento sea estable a lo largo del encuentro y no en tramos, que hay que aspirar a tener la posesión, pero no darle prioridad notoria, respondiendo a la ansiedad chapina con un juego vertical para hacerles daño en las transiciones. Mejorar el repliegue defensivo, optimizar el aporte de los laterales y los volantes de contención. Guatemaltecos y surinameses nos la aplicaron aquí con mucha disciplina táctica y estratégica, se defendieron cerca de su arco, salieron en contraataque y nos anotaron en las escasas oportunidades que tuvieron.

Si entendemos que el fútbol se cocina en la mitad de la cancha, el equipo se podría estabilizar con un mejor manejo, con jugadores que hagan de técnicos en la cancha, uno para coordinar la creación en el juego ofensivo y el otro para dar el respaldo defensivo de mitad de la cancha hacia atrás.

Esto último ha sido uno de los errores que se han apreciado, sobre todo al perder atención y equivocarse en los pases laterales, quedando expuesto Panamá. Le han atacado defendiendo en el último tercio con Carrasquilla y Martínez desesperados e imprecisos tratando de cortar, y los centrales arriba fuera del foco; cuando se pierde la pelota cerca de la línea medular, el equipo adelantado queda al descubierto propenso a que le dejen fuera de combate. Es aconsejable revisar los videos, no se puede aspirar a buenos resultados si se es endeble en defensa.

Hay que cuidarse que ellos marquen un gol rápido porque de inmediato se da al traste con todos los planes. En algunos partidos, tanto iniciando los primeros tiempos como al hacerlo en el segundo, al equipo le ha costado entrar en funcionamiento y ha ofrecido en bandeja ocasiones al rival.No debe dejar de insistirse que tener la pelota es mejor que tirarla a dividirla, sobre todo cuando ciertos jugadores se empeñan a repetirse tirando centros que controla bien el rival, anunciados, que carecen del elemento sorpresa; así le facilitas al rival recuperar un balón que no tenía.

Por otra parte, ha sido desconcertante ver en esta eliminatoria a jugadores definir de manera equivocada con el arco abierto de par en par o haciendo mal uso del pie al recibir. Si tenemos en cuenta que entre los fundamentos básicos del fútbol se suelen resaltar: pase, recepción, cabeceo y tiro al arco, ha llamado la atención que un país al que tradicionalmente se le conoció por sus buenos cabeceadores entre ellos Rommel Fernández, los Dely Valdés, Mendieta, Garcés, Blas Pérez etc., parece que estamos en una apreciable sequía.

El legado de un entrenador es lo que aportó al juego y la competencia; Thomas Christiansen ha hecho aportes importantes, aunque debe redondear su gestión alcanzando la meta. Es cierto que dentro de un partido ocurren cosas incontrolables más allá de la planificación. El cuerpo técnico tiene los conocimientos y los jugadores para lograr clasificar, debe entre otras cosas recuperar el espíritu, fuerza y entrega colectiva que le imprimió a la selección en la eliminatoria anterior para derrotar a Estados Unidos y Canadá, dos países que fueron al mundial de 2022 y eran futbolísticamente muy superiores a Panamá en ese momento.

Él, que gusta de estar alienado en la línea de pensamiento estratégico y táctico ofensivo de Pep Guardiola, no debe olvidar que Guardiola para obtener su última Champions League con el Manchester City en 2023, jugando contra el Inter de Milán, cambió el chip, ganó siendo más defensivo que los mismos italianos conocidos tradicionalmente por ello. La clasificación no es quimera está al alcance, se necesita que Christiansen demuestre que sabe ser efectivo modificándose, admitiendo cambiar cuando las condiciones lo requieren como ahora.

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