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- 16/09/2024 00:00
- 15/09/2024 17:28
La falta de interés, desidia, maldad y de respeto hacia la comunidad colonense, podrían ser algunas de las razones por las que hasta ahora no cuenten con un estadio de béisbol, luego de siete años desde que se iniciaran los trabajos.
El movimiento de tierra comenzó a finales de 2017 y tras una serie de paralizaciones por adendas, pandemia, marañas legales, secuestros, reinicios y nuevas adendas, aún la ‘buena nueva’ no les llega a los colonenses.
En el ínterin, se inauguraron los estadios ‘Kenny Serracín’, de David; y ‘Roberto Hernández’, en Las Tablas (2019); Almirante, en Bocas del Toro (2023), y Justino Salinas’ y ‘Mariano Rivera’, ambos en La Chorrera (2024).
Bien por ellos, porque la comunidad deportiva nacional es inmensa y las instalaciones son muy pocas.
No obstante, persiste la injusticia contra los colonenses, que no tienen una instalación multitudinaria desde que fuera construido el estadio de fútbol ‘Armado Dely’, a principios de la década del 2000.
“¿Cómo puede haber una obra que demore tanto tiempo, con tantas fallas de contratos, problemas legales y que no haya un gobierno que le ponga el cascabel al gato?”, se preguntó el comunicador deportivo colonense, Omar Duncan.
“La verdad es que no sé qué adjetivo ponerle. Esto es algo increíble, inverosímil”, recalcó.
Por su parte, el dirigente deportivo colonense Ariel Hughes, aseveró que: “Es lamentable cómo nos han engañado, después de más de siete años, seguimos esperando nuestro parque de pelota”.
“(Su construcción) se encuentra estancada, lo cual, alegamos, podría deberse a la falta de presupuesto o, lo que es peor, a un limbo legal por incumplimiento de contrato. Lo cierto es que los colonenses seguimos esperando que se nos haga justicia y que el gobierno del presidente Mulino, finalmente cumpla con este pueblo que tantas glorias ha dado en el béisbol”, indicó.
En esa línea, el presidente José Raúl Mulino en agosto pasado, dijo que: “Este es un proyecto ciertamente abandonado por maldad, creo yo, pero en este momento, la administración es de una compañía de seguros”.
“El ministro de la Presidencia ha estado conversando con las partes, con el ánimo de que ya pronto podamos arreglar eso”, sostuvo Mulino en una de sus intervenciones semanales.
Lo que una vez se conoció como Estadio Municipal y después ‘Mariano Bula’, se construyó en parte de un globo de terreno conocido como ‘Sand Diamond’, en los años 30 del siglo pasado.
‘Sand Diamond’ fue un relleno hecho por los estadounidenses, luego de excavar la bahía de Colón, y fue el fútbol la primera actividad deportiva que se practicó.
Según recuerdos del nonagenario cantante y cronista deportivo colonense José Balmaceda, “la cancha de fútbol quedaba detrás de lo que sería el colegio Abel Bravo y se recubrió de tierra negra”.
“Aun así, la cantidad de conchas causaba muchas heridas a los jugadores y muchos jugaban con rodilleras. Cerca, en el área, se había habilitado una pista para ciclismo (...)”, recordó en un escrito.
“Cuando se hizo el estadio de Colón, originalmente se diseñó para béisbol con las gradas de madera detrás del home (plato) y laterales por primera y tercera base, pero por necesidad, el fútbol se metió, demarcando el cuadro por los jardines del campo de béisbol y la pista de atletismo quedó marcada alrededor del estadio con distancia de 400 mts. por vuelta”, detalló Balmaceda.
Años después de su construcción fue que al estadio municipal se le dio el nombre de Mariano Bula, en reconocimiento a uno de los dirigentes cívicos más comprometidos con su provincia.
Roberto Mariano Bula fue, además, cronista y dirigente deportivo, poeta y autor del himno a Colón.
“Marchemos unidos colonenses, a enaltecer nuestro suelo provincial. Nuestra voz a la patria alcemos, con ardor y dignidad ejemplar”, reza su primera estrofa.
El gobierno del presidente Laurentino Cortizo (2019-2024) se comprometió, desde el día uno de su mandato, a tomar los ‘toros por los cachos’ y construirle a los colonenses el estadio que el mandatario anterior había derrumbado en 2017.
Cortizo no se ‘desgarró la camisa’ frente al edificio Wilcox, de la calle 9 y Central en Colón, como lo hiciera en forma figurada Juan C. Varela (2014-2019) horas después de tomar posesión del cargo, pero sí se mantuvo firme en que cumpliría.
Para hacer mucho más valederas sus palabras, Cortizo habló del estadio de Colón en cada uno de sus discursos anuales en la Asamblea Nacional.
Al final de la película, todos fueron ‘mamaderas de gallo’ y una vez más, la comunidad deportiva colonense fue burlada por el gobierno de turno, la empresa que construía el proyecto y por sus autoridades locales. Todos cómplices.
El actual director general de Pandeportes, Miguel Ordóñez, en una aparición televisiva, pintó el dantesco panorama que circunda la construcción del estadio en la ciudad de Colón.
En esa ocasión, contó todas las peripecias que han rodeado la edificación del coliseo, en los que en algunos casos la responsabilidad del ‘no hacer’ recayó en los contratistas, y en otras del propio contratante.
“No hubo voluntad de terminar los proyectos que habían sido heredados”, sostuvo Ordóñez en el programa ‘Radar’ de la televisora local Canal 2, al referirse al gobierno de Cortizo.
“Ahora mismo tenemos una estructura que supuestamente está al 60%, estructura metálica que ha sufrido corrosión, a un contratista que no ha avanzado, que está en problemas financieros e intervenido por el banco”, señaló el funcionario.
“Nos vamos a tener que sentar con el contratista; apelaré a la buena voluntad del banco (...), tenemos que buscar una solución, ya sea una cesión de contrato o trabajar con el contratista”, detalló más adelante.
La pasada semana, el jefe de prensa de Pandeportes, Santos Cano, nos dijo que: “El Mariano Bula se está trabajando de manera interinstitucional para darle celeridad y resolverlo. El tema no es fácil, pero se está trabajando en eso”.
Indicó que “de manera interinstitucional” porque, como dijera el mandatario, es un tema que trabaja Pandeportes con el ministerio de la Presidencia.
Lo cierto es que la ‘bola pica y se extiende’. Lo poco hecho y las estructuras metálicas existentes, se van perdiendo en el olvido y la corrosión y, como ocurre con el puente sobre el Canal, su construcción costará mucho más de lo presupuestado, gracias a la desidia de gobiernos irresponsables.