Barça-Real Madrid, el clásico que supera el limíte de lo deportivo

Actualizado
  • 19/11/2015 01:00
Creado
  • 19/11/2015 01:00
Una excelencia que resulta de sus jugadores con, por ejemplo, el duelo Lionel Messi-Cristiano Ronaldo,

El clásico entre el Real Madrid y el Barcelona, que celebra el sábado su 231ª edición, ha dejado de ser una simple rivalidad deportiva superando ampliamente los límites del terreno de juego.

En el plano deportivo es difícil encontrar en las otras ligas un cartel tan atractivo, ya que Real Madrid y Barcelona, ganadores de las dos últimas Ligas de Campeones en 2014 y 2015 respectivamente, son los dos mejores equipos del planeta.

Una excelencia que resulta de sus jugadores con, por ejemplo, el duelo Lionel Messi-Cristiano Ronaldo, que enfrenta al ganador de cuatro Balones de Oro contra el dueño de tres.

Los dos equipos cuentan con algunos de los fichajes más caros del fútbol español, como Gareth Bale o Neymar, con más de 91 millones de euros para el primero y más de 83 para el segundo, al tiempo que en el campo se enfrentará la pareja de centrales Sergio Ramos-Gerard Piqué, pilar de la zaga de la Roja.

‘Son de estos partidos que nos ponen cachondos', dijo Piqué a principios de noviembre, a lo que Sergio Ramos contestó: ‘cachondo no sé, no he llegado nunca al orgasmo, pero sí es cierto que casi'.

Más allá de la cancha, el duelo también está cargado de simbolismo político.

Los dos clubes tienen más de 100 años de historia común, pero su rivalidad comenzó a forjarse sobre todo después de la Guerra Civil que asoló España (1936-1939).

Es a partir de los años 50, sobre todo con la cuestión del fichaje de Di Stéfano en 1953, a partir de este momento, la rivalidad entre Barça y Real Madrid adquiere un componente político', explicó Carles Santacana, doctor en historia contemporánea en la Universidad de Barcelona.

Alfredo Di Stéfano podría haber sido jugador del Barcelona, pero fue la 'casa blanca' la que se quedó al genial delantero argentino, con una pequeña ayuda de la federación española, dependiente del régimen franquista (1939-1975).

Y el antagonismo político enraizó entre el Barcelona, símbolo catalán, y el Real Madrid, considerado la vitrina exterior de una España en busca de cierta respetabilidad.

Estos últimos años, la ola independentista en Cataluña no ha hecho más que acentuar la rivalidad: para algunos, es el enfrentamiento entre la identidad catalana y el centralismo madrileño.

PARTIDO RENTABLE

Monstruos universales, Real Madrid y Barça figuran entre los clubes con más ingresos del mundo: 549,5 millones de euros para el Real Madrid, que encabeza la lista en la temporada 2013-2014, y 484,6 millones para el Barcelona, que fue cuarto, por detrás de Manchester United y Bayern de Múnich, según la consultora Deloitte.

‘Económicamente es algo más que un partido de fútbol', dice José María Gay de Liébana, profesor de economía en la universidad de Barcelona y especialista del deporte español.

El economista subraya que la Liga genera, según algunas estimaciones, entre 10.000 y 15.000 millones de euros en ingresos, es decir, entre el 1 y el 1,5% del PIB español, y calcula que los ingresos directos e indirectos relacionados sólo con el clásico son de ‘algunos cientos de millones de euros'.

¿Qué sería de una Liga sin clásico, la amenaza esgrimida por las autoridades de Madrid en caso de independencia de Cataluña?

La Liga española quedaría desconfigurada totalmente.

El clásico es el 50% de la Liga", advierte Gay de Liébana.

ESPAÑA PARALIZADA

En la tarde del sábado, Madrid será una ciudad desierta, lo mismo que Barcelona.

Todo el mundo estará en el estadio o delante de un televisor. Es el efecto clásico: "se da la circunstancia que alguna vez tenía que moverme por Barcelona o Madrid y estaba desierto.

El país entero se paraliza", relata Gay de Liébana. ‘Este partido trasciende a la gente que normalmente está pendiente del fútbol. Hay gente que no ve partidos y éste sí', insiste Santacana.

En resumen, el clásico es un momento de comunión que moviliza a toda España, al estilo de las fiestas religiosas (como la Semana Santa) o tradiciones anuales muy arraigadas como la lotería de Navidad.

El clásico puede alardear también de ser el partido más seguido del mundo: al menos 500 millones de telespectadores verán el encuentro, es decir, ¡diez veces la población española.

En el último clásico, en marzo, más de 800 periodistas y técnicos de 35 países estaban acreditados. Y los dos clubes cuentan con millones de seguidores en las redes sociales.

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