¿Demasiado fútbol?

Actualizado
  • 27/03/2019 01:00
Creado
  • 27/03/2019 01:00
El anuncio de la FIFA de un nuevo Mundial de Clubes con 24 equipos y el considerable aumento de participantes en la próxima Copa del Mundo de Qatar, nos pone frente a un dilema impensado: ¿nos saturaremos de fútbol? ¿cuánto fútbol es demasiado?

S oy un devorador de fútbol, lo confieso. Desde que era un niño, me tragaba cuanto partido, desafío o birria se cruzase en mi camino. Igual podía ser un clásico deslumbrante, a estadio lleno, o un enfrentamiento de jugadores descalzos en una playa pedregosa. Recuerdo haber faltado al colegio en mi remota Lima natal, para ir temprano en la mañana al gigantesco Parque de La Exposición, entonces víctima de un severo abandono.

Cada mañana el parque era invadido por jóvenes futbolistas, fugados, como yo, de sus respectivos colegios. Entonces, me podía quedar horas mirando los encarnizados enfrentamientos en medio de antiguos jardines abandonados y elegantes pabellones semirruinosos que adornaban el parque desde su creación en 1872.

Quizás por esa tendencia a quedarme hipnotizado viendo correr la pelota, nunca pensé que el fútbol podría llegar a resultarme excesivo, quizás llegar a saturarme. Pero en estos días, y ante los anuncios de la jerarquía de la FIFA proclamando la creación de un nuevo Mundial de Clubes (que reemplazaría al actual y aburridísimo Mundialito, y se jugaría cada cuatro años en el espacio que dejaría libre la Copa Confederaciones, otro torneo que atrae a muy pocos y está condenado a desaparecer), muchos, incluso los devoradores de fútbol, como yo, pensamos que quizás nos aproximamos peligrosamente a un punto de saturación.

Cuando la FIFA aprobó este nuevo Mundial de Clubes lo hizo enfrentada a la oposición pública de la UEFA junto a la Asociación de Clubes Europeos (ECA) y las ligas europeas. La UEFA no quiere que este nuevo torneo se convierta en el torneo de clubes de mayor relevancia en el mundo. El Mundial de Clubes, compuesto por 24 equipos se celebraría cada cuatro años a partir de 2021 y la UEFA lo observa como una latente amenaza. La primera edición se disputaría del 17 de junio al 4 de julio del citado año, en un país asiático que aún no ha sido determinado.

Este ambicioso proyecto estará financiado por el consorcio japonés Softbank's, que ha prometido entre 12,000 y 15,000 millones de euros hasta 2029. La iniciativa hizo brotar un conflicto comercial entre los presidentes de la FIFA y la UEFA, el suizo Gianni Infantino y el esloveno Aleksander Ceferin.

La UEFA percibe en esta creación de Infantino un evento que haría peligrar el estatus de la Champions como la competición por equipos más popular, lucrativa y mejor organizada. Además, no le hace ninguna gracia compartir el monstruoso tesoro económico que promete cada vez con más vehemencia el negocio del fútbol. También teme que, con el tiempo, la nueva competición se dispute cada dos años, con lo cual su amenaza se tornaría más letal aún.

Infantino, a su vez, defiende que su plan es necesario para aumentar decisivamente el dinero que la FIFA destina a los programas de desarrollo del fútbol por todo el mundo. En su primer mandato, que será renovado en mayo, destinó unos 1,000 millones de euros a este fin. La FIFA estima que, con los ingresos del nuevo torneo, podrán aumentar los gastos de desarrollo hasta los 1,700 millones en el siguiente cuatrienio.

La FIFA pretende que Europa tenga doce cupos en el Mundial de Clubes, para así garantizar la presencia de sus mayores representantes. Se sumarían cuatro o cinco de Sudamérica, uno o ninguno de Oceanía, dos de CONCACAF, dos de África, dos de Asia, y una última plaza para el país organizador.

¿Y cual es el gancho principal de la FIFA para seducir y tentar a las mayores potencias del fútbol de clubes de Europa?

ADIVINASTE: EL DINERO

Sólo por participar cada equipo podría llevarse 30 millones de euros, que incrementarían con su avance en el torneo; y si llegan a obtener el título, podrían marearse con 120 millones obtenidos en apenas 5 partidos. Piénsalo, si lo comparamos con la Champions más reciente, veremos que el campeón, Real Madrid, se llevó 88 millones de euros por 13 partidos.

Pero Infantino ni se conforma, ni descansa en sus afanes de sumar más millones a los muchos millones. Por eso, propone que la Copa del Mundo de Qatar 2022 se amplíe a 48 selecciones, lesionando de paso la idea de que los mejores representantes de cada zona geográfica que compone la FIFA se ganen por mérito futbolístico su presencia en un mundial. Ahora irán 48. El mensaje es clarísimo: bajamos los estándares futbolísticos, pero subimos los ingresos económicos.

Pero hay otro punto curioso a tomar en cuenta. La dimensión geográfica de Qatar y las exigencias infraestructurales para tantos partidos, obligaría a la FIFA a contar con el apoyo de países próximos a Qatar, que funcionarían como coorganizadores. ¿Algún nombre por ahora? La FIFA maneja las posibilidades de Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Bahréin, Kuwait y Omán como los candidatos más viables.

Ahora, si consideramos la profunda hostilidad del gobierno saudí hacia Qatar, con bloqueo comercial y relaciones rotas incluidas, esta solución es tan lúcida como cualquier disparate surgido a las 4 a.m. en la barra ebria y calurosa de cualquier cantina.

Pero del Mundial de Qatar seguiremos hablando mañana.

‘Cuando la FIFA aprobó este nuevo Mundial de Clubes lo hizo enfrentada a la oposición pública de la UEFA'

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