Pogba, Zidane y el 7-3

Actualizado
  • 31/07/2019 02:00
Creado
  • 31/07/2019 02:00
El técnico fránces está en busca de nuevos fichajes en medio del declive del equipo meregue que fue derrotado recientemente en los amistosos. Paul Pogba se sitúa como uno de los favoritos a ingresar al Real Madrid

La reciente debacle ‘amistosa' del Real Madrid, enfrentando al Atlético en la pretemporada, dejó ver un mediocampo frágil, con necesidades acuciantes y poderosas. Muchos piensan que la solución a los males madridistas estaría en la llegada de Paul Pogba. ¿Pero qué hace falta para obtener al jugador anhelado y exigido por Zidane? No sé si viste el reciente amistoso entre el Real Madrid y el Atlético. Seguramente no. Ya sabemos que es un partido no oficial, con nada o casi nada en juego, creado para experimentar posibilidades y tomar algo de forma física en medio de la pretemporada. No nos engañemos, para muchos cuenta. Y mucho. Por ejemplo para Tomás Roncero, seguramente el periodista con mayor pasión declarada por el Real Madrid, quien luego de constatar el delirante resultado, proclamó que era ‘la mayor humillación del Real Madrid en los últimos 50 años'.

Zidane, como siempre, fue lacónico, y al terminar el partido zanjó su intervención con un escueto: ‘nos faltó de todo'. Dependiendo de las circunstancias, hay amistosos que pasan desapercibidos. Pero hay otros, pocos, que se graban en la piel de modo casi incandescente.

La falta de intensidad del Real Madrid en la masacre del 7-3, parecía venir directamente de la temporada pasada, su identidad futbolística parecía arrastrar los mismos defectos de plomo, la misma falta de convicción, el mismo letargo despreocupado en el que se vienen hamacando a lo largo, larguísimo, de estos últimos meses.

Y cuando arrancó la lluvia de análisis, posterior a este partido, superando de paso a las palabras vertidas por otros amistosos de pretemporada, uno de los temas recurrentes fue ‘la falta de mediocampo'. Incluso Zidane aceptó que las deficiencias de su mediocampo habían sido expuestas de manera implacable y feroz. Cierto es que Casemiro no jugó. Y no es menos verdadero que Kroos y Modric, deambularon como frágiles barquitos de papel. Entonces, surgió como palabra mayor de potente conjuro, el nombre tantas veces mencionado de Paul Pogba, el gran sueño pendiente de Zidane (el primero, Hazard, ya forma parte de las huestes madridistas).

Es que pareciera que Pogba cumple con todos los requisitos para ayudar a recomponer el centro del campo del Madrid. Para empezar, tenemos la mezcla muy equilibrada entre capacidad física y destreza técnica. No todos los mediocampistas la tienen. Ni siquiera se acercan a ella. Luego, está su capacidad de encontrar el gol. Durante la temporada pasada, Pogba anotó en 16 ocasiones, mientras el trío madridista de Modric, Kroos y Casemiro, apenas lograron producir 9 entre los tres. Bueno, pensarás, y si Pogba es tan adecuado para el Real Madrid, ¿qué obstáculos frenan el traspaso? Existen dos puntos principales. El primero es que Ole Gunnar Solskjaer, director técnico del United, ha expresado en numerosas ocasiones su deseo de reconstruir a los Red Devils en un proyecto diseñado alrededor de Paul Pogba. También es cierto que Pogba, expresó en diversas ocasiones sus deseos de ‘emprender un nuevo reto', pero la realidad es que el United no tiene ningún apuro, ni deseos especificos en venderlo. Casi no ha gastado en este verano europeo y sus ingresos previos fueron magníficos. Es decir: no necesita capitalizar con Pogba sus futuras inversiones.

Esta falta de necesidad, vulnerabiliza al Real Madrid, aunque de todos modos, y pensando en una oferta suprema del Real Madrid por Pogba, el Manchester United ya le puso el ojo a un posible reemplazante (el serbio Milinkovic-Savic, talentoso volante serbio, quien milita en la Lazio y tuvo un mundial particularmente calamitoso). Pero el United, sin duda, prefiere quedarse con Pogba y no escatimará esfuerzos para mantenerlo en el plantel.

Dentro de esta situación, el Real Madrid, de modo poco sensato, continuó desprendiéndose de otros mediocampistas, que no agradan a Zidane. Dani Ceballos se fue prestado al Arsenal y Marcos Llorente fue vendido al Atlético de Madrid, aunque se negaron a venderle también a James Rodríguez, que tampoco pudo irse al Napoli y terminó recalando hace muy pocos días en el entrenamiento del Real, en manos de un entrenador que no cuenta con él, dentro del proceso de rejuvenecer y reactivar su aletargado y magullado mediocampo.

Hace poco, Santiago Solari, uno de los entrenadores, que se repartió la dolorosa campaña del Real Madrid la pasada temporada, decía que cuando Modric y Kroos están en forma, son los mejores del mundo; pero que son jugadores en proceso de desgaste, arrinconados minuto a minuto por el tiempo. Es entonces, cuando suena la corneta de los reemplazos. Es decir, la hora de Pogba.

En una encuesta reciente, realizada por el diario deportivo As de Madrid, el 60% de los encuestados encontró positivo que Pogba llegase al Real Madrid. Pero un contundente 92% de participantes en la misma encuesta expresaron que la presencia de Pogba no significaría una solución a todos los problemas del equipo. Pero más allá de discutir sobre el potencial mesianismo de Pogba, me resulta muy interesante explorar los posibles efectos de Pogba en el aletargado y desmotivado elenco blanco. Sin duda, su llegada a los merengues, significaría un doble reto muy interesante.

Para el Real Madrid, incorporar y articular un nuevo líder a un plantel en el que coexisten líderes de índoles diversas. Y para Pogba, asumir su necesidad de un nuevo reto como líder, en una tierra sobrepoblada por líderes.

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