Christiansen, un año exigente y aprobado

Actualizado
  • 15/12/2021 00:00
Creado
  • 15/12/2021 00:00
Con un fútbol directo y de posesión del balón, Panamá está en puestos de privilegio para Catar 2022. Buen juego y resultados positivos no siempre suelen ir juntos y de la mano; hasta ahora lo está logrando
El entrenador Thomas Christiansen logró clasificar al octogonal, y ya en este darle protagonismo a la Selección de Panamá.

En 2021 la Selección de Panamá sobrevivió a los angustiantes y “eternos” minutos finales en el Ergilio Hato Stadium, en los que Curazao amenazó con despedirla de la ronda final; y se sostuvo convincentemente en el cuarto lugar del octogonal, tras el triunfo 2-1 sobre El Salvador, en el Rommel Fernández, cerrando el año aplaudida de pie por una afición que la empujó con su aliento permanentemente.

De cómo logre mantener o hacer progresar su nivel de juego y de cómo sepa inteligentemente deslizarse por los rieles del dificultoso último trayecto, que se abre desde el próximo 27 de enero para las dos restantes ventanas eliminatorias, saldrán las calificaciones totales del actual ciclo enfocado al objetivo del mundial Catar 2022.

Pero ese será un ejercicio imprescindible para la noche del 30 de marzo ante Canadá, salvo si, por alguna circunstancia favorable o no, se adelanta de fecha el veredicto. Aunque, por encima de este elemento faltante para completar la valoración del ciclo encomendado a Thomas Christiansen, la gestión del entrenador danés ha cumplido satisfactoriamente con las metas trazadas para esta fase del proyecto.

A Christiansen se le exigía validar su permanencia superando como mínimo la primera ronda (4 partidos) y la segunda ronda (2) que daban la clasificación al octogonal. Y cumplió. La clasificación al octogonal era un imperativo porque con ello Panamá ratificaba su crecimiento futbolístico en la Concacaf, haciéndose presente nuevamente entre las selecciones que definían los cupos para el mundial. Desde lo económico, la clasificación y presencia en la Copa Mundo le facilitó a Panamá unos activos y recursos que no tenía; la presencia en el octogonal contribuye a reforzar las arcas de la Fepafut.

El cuerpo técnico con el que se ha rodeado el entrenador, ha aportado significativamente para adecuar a la selección a los requerimientos de su concepto del juego.
Encontrar el equipo

Como en todo proyecto deportivo, parte de la clave pasaba por encontrar el equipo que abriera titularmente los partidos. Previo al comienzo de la primera ronda clasificatoria, Christiansen había realizado cinco amistosos. Cuatro en 2020: dos veces consecutivas contra Costa Rica con victoria panameña en ambos (1-0); uno con Japón con derrota 1-0 y otro ante Estados Unidos cayendo por goleada 6-2. El 28 de enero de 2021, ante Serbia 0-0, sería el quinto amistoso como antesala para el partido oficial ante Barbados del 25 de marzo.

Fueron cinco partidos con cinco alineaciones diferentes, que reflejaban la búsqueda incesante de Christiansen por encontrar el equipo. En todos quedó expresado que pretendía implementar una dinámica y un ritmo de juego novedoso para Panamá.

En el inicio de la eliminatoria del grupo D, jugando contra Barbados en el estadio Olímpico Félix Sánchez, en Santo Domingo, República Dominicana, la selección mostraría un bajo rendimiento colectivo. El gol de Jair Catuy en el minuto 82 para la victoria 1-0 sobre el conjunto barbadense, maquilló el rendimiento. Tres días después, en el mismo escenario, obtendría otro triunfo también decolorado, en esta ocasión sobre Dominica 2-1.

La afición panameña empujó con su aliento permanentemente a la Selección cuando jugó en el Rommel Fernández.

Posteriormente, jugando en el Rod Carew, aplastaría a la débil Anguila 13-0 y derrotaría a República Dominicana 3-0, un rival que no opuso la resistencia que de él se esperaba. Se clasificaba de primero en el grupo D sin mucho de qué alardear y correspondería en dos duelos, definir con Curazao primero del grupo C, quién de los dos obtenía el cupo al octogonal.

El 12 de junio, en el primer encuentro en el Rod Carew, la selección dio muestras de una mejor cohesión colectiva. Venció 2-1 a la selección caribeña, pero el gol obtenido de visitante le concedía a Curazao un valor doble para clasificar, si ellos se imponían en casa 1-0 a Panamá, eliminándola. Una regla que pasará el próximo año a ser un recuerdo del pasado en muchas competencias.

El 15 de junio, en el Ergilio Hato Stadium en Willemstad, se empató 0-0 con Curazao obteniendo el boleto para el octogonal en un partido en el que Panamá erró un penal a favor, pero que también vio rondar en su portería el fantasma de la eliminación y la posible despedida de Christiansen, si ello ocurría.

Copa Oro, un paso adelante

Liberado de la presión que ejercía el pasar las fases previas, con el boleto en el bolsillo Christiansen se enfocó en el segundo objetivo: afrontar el octogonal con un rendimiento y estilo competitivo.

La Copa Oro, en su vigesimosexta edición, se celebró del 10 de julio al 1 de agosto, en Estados Unidos. Se presentaba como un certamen para posicionar su ideal y resultó un punto de inflexión para Panamá aunque, a diferencia de las participaciones anteriores, no se avanzó de la fase de grupos. Era lo de menos.

Panamá empató 3-3 con Catar en su primer partido por el grupo D. Con un alto despliegue, ejerciendo una presión alta y una propuesta ofensiva ante una selección catarí que ha desarrollado una extensa y exigente preparación internacional para el Mundial que se jugará en su territorio, protagonizó un encuentro que estuvo catalogado entre los mejores partidos del torneo, pero también evidenció cierta vulnerabilidad defensiva en el equipo canalero, que había que atender con urgencia.

Perdería luego 3-2 contra Honduras en un buen juego, acorde con los picos altos y bajos mostrados ante Catar. El resultado le dejaba prácticamente por fuera de la Copa Oro, sin embargo, se resaltaba su crecimiento con miras al octogonal. Se sentía más cerca la consolidación del equipo. En la culminación del grupo derrotaba 3-1 a Granada, en un partido de trámite, intrascendente.

Octogonal, una selección gratamente inesperada

El octogonal durante el periplo de 2021 dejó un incuestionable resumen favorable a la conducción de Thomas Christiansen. En esta fase se alcanzó, por juego y resultados, un posicionamiento con el que se recibe el año 2022 con amplias posibilidades de acceder a Catar 2022.

Desde el primer desafío ante Costa Rica en el empate 0-0, el 2 de septiembre, la Selección demostró que se plantaba para competir sin complejos y con argumentos futbolísticos desde el trabajo colectivo y el rendimiento individual. La victoria 3-0 sobre Jamaica fortaleció el grupo; el empate 1-1 contra México, superando en muchos pasajes a los aztecas, reafirmó que los dos resultados anteriores no eran mera casualidad.

La derrota de visita 1-0 ante El Salvador puso a tierra al equipo sobre no dejarse llevar por el entusiasmo. La eliminatoria es dura, las circunstancias son cambiantes y el camino es empedrado. El inédito triunfo 1-0 sobre Estados Unidos fue un dulce bálsamo de recuperación obtenido con entrega y una enorme paciencia.

La derrota 4-1 en Canadá fue un golpe contundente y un llamado a insistir en el fortalecimiento psicológico del plantel. No fue la derrota lo que sorprendió, estaba dentro de la lógica competitiva, sino la manera en que se produjo: no deberían haberse desconcentrado, había que minimizar los tres puntos en juego frente a un daño mayor (goleada).

Ante Honduras, con el marcador en contra 2-0, sacando provecho el 'Bolillo' Gómez del conocimiento que tenía de Panamá, Christiansen con los cambios desajustó a la defensa hondureña para darle vuelta a un resultado parcial que parecía inamovible. El tiempo de trabajo de Christiansen con Panamá se impuso en el último tercio del juego, sobre la nula experiencia que tenía Gómez con Honduras para manejar mejor el cierre del encuentro.

Ante El Salvador, en el partido de vuelta, en el celebrado 2-1 del pasado 16 de noviembre, trabajó a pulso los 89 minutos restantes para cambiar el 1-0 en contra, por una “inocentada” en el primer minuto de juego.

Panamá es una selección que tuvo en el octogonal 2021 mucha posesión del balón, un estilo que obliga a un posicionamiento alto en el campo contrario, lo cual conlleva que se abran espacios a sus espaldas que pueden aprovechar los rivales si no se cierra acertadamente tras la pérdida del balón. Un aspecto que no hay que descuidar.

A Thomas Christiansen hay que valorarle igualmente el acierto en las rotaciones del equipo, el espíritu colaborativo del equipo y el rodearse de un cuerpo técnico calificado, que ha aportado significativamente para adecuar a la selección a los requerimientos del juego directo y protagonista que pretende el entrenador danés. Christiansen se ha ganado el viento a favor, pero no debe descuidarse porque todavía no ha tocado puerto.

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