Decenas de famosos alabaron este lunes el estilo de los dandis negros y lucieron conjuntos de sastrería extravagantes en su honor en el preludio de la...
Con una Brasil europea se encontrará Panamá en el mundial
- 01/03/2023 00:00

Hace escasos siete días, la Selección Femenina Mayor de Fútbol entró con méritos indiscutidos a la Copa Mundo Femenina Australia y Nueva Zelanda 2023, provocando con ello una inmensa alegría por este logro inédito.
El premio la obliga a asumir su participación por la trascendencia del certamen, dentro de cuatro meses y veinticuatro días, buscando desplegar una mayor responsabilidad y rendimiento del percibido hasta ahora.
El ascender este escalón de “una mayor responsabilidad y rendimiento”, integrando el grupo F junto con dos potencias del balompié femenil como son Brasil y Francia, no tendría porqué hacerles mermar ni la alegría ni la motivación ni asustarles. Se han metido en un hermoso reto que les puede facilitar ampliar su proyección y las posibilidades laborales en este deporte, unido al hecho inherente que, como representativo nacional, ponen al país en la esfera del fútbol internacional femenino durante un mes de competición.
La cuota de juego que puede permitirles comenzar a sumar para hacer una participación significativa, pasa por lo que las panameñas puedan hacer y ¡sobre todo! por lo que no dejen hacer al primer rival: Brasil. El rendimiento en ese partido podría marcar un recorrido digno en el torneo.

Que el segundo encuentro sea frente a Jamaica, la cuarta selección que integra el grupo –un rival de la Concacaf con el que existe un mutuo conocimiento– se presenta como una oportunidad de niveles futbolísticos equilibrados, antes de cerrar ante Francia, otra de las candidatas para optar por el título.
Esto debe ser visto desde la perspectiva de que a la Selección Masculina Mayor le correspondió un calendario más apretado en la Copa Mundo Rusia 2018, por tener que medirse consecutivamente primero a Bélgica (0-3) y luego a Inglaterra (1-6), dos referentes europeos, llegando al choque del cierre contra Túnez (1-2) con un desgaste mayor.
La Brasil de la ambiciosa entrenadora sueca Pia Sundhag buscará posiblemente ser una trituradora ante Panamá; Nacho Quintana tendrá que encontrar una cohesión de grupo con una respuesta inteligente para bajarle revoluciones. Un propósito alcanzado el año pasado en el Campeonato W de Concacaf disputado en Monterrey, ante Canadá, en donde las actuales campeonas olímpicas pudieron vencer a una Panamá disciplinada tácticamente, solo por 0-1.

La selección brasileña femenil mayor ha sido una clara dominadora de los torneos de la Conmebol –la confederación a la que pertenece–, ocho veces campeona de la Copa América Femenina de las nueve ediciones que se han realizado y, en consonancia con su par masculino, ha asistido también a todos los campeonatos mundiales. Aunque si queda un espacio vacío en las repletas vitrinas de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) que exhiben los trofeos de sus logros, son de las dos principales competiciones femeninas. Brasil no ha alcanzado hasta ahora ni la Copa Mundo ni la medalla de oro olímpica.
De las ocho Copas Mundo Femeninas disputadas desde 1991, su mejor actuación fue en 2007 obteniendo el subcampeonato; y en los Juegos Olímpicos, desde Atlanta 1996, las dos medallas de plata que se colgó (Atenas 2004 y Pekín 2008) son su techo futbolístico.
Pretendiendo posicionarse definitivamente en lo más alto, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) rompió, desde 2019, la tradición en sus apuestas en la dirección técnica: nombró a una mujer como entrenadora y además optó porque fuera de origen europeo, Pia Sundhag.
La entrenadora sueca (Ulricehamn, Suecia, 13 de febrero de 1960) tiene una hoja de vida deportiva brillante como exjugadora, ganando con Suecia la primera Eurocopa Femenina en 1984, y particularmente como entrenadora logrando tres finales olímpicas consecutivas haciéndose con el oro al mando de Estados Unidos en 2008 y 2012, y la plata con Suecia en 2016.
En 2012 fue elegida como la mejor entrenadora del año por la FIFA y, en el último premio The Best como mejor entrenadora de 2022, entregado el pasado lunes en París, estuvo entre las tres finalistas del trofeo entregado por la FIFA.
Una nominación impulsada por haberse convertido en la primera mujer entrenadora en conquistar la Copa América Femenina de Fútbol, al hacerlo con Brasil el año pasado en el torneo realizado en Colombia, en donde aportó unos números relevantes: 6 partidos jugados, 6 partidos ganados, 20 goles a favor y 0 goles en contra. 100% de rendimiento, clasificando tanto al Mundial 2023 como a los Juegos Olímpicos París 2024.
Sundhag sabe que para dejar huella indeleble en Brasil tiene que ganar el título en Australia y Nueva Zelanda 2023. La federación brasileña tiene plena confianza en su trabajo como lo refleja que haya extendido su contrato hasta junio de 2024, teniendo en mente los Juegos Olímpicos de París.
La preparación para la cita mundialista ha comenzado en Estados Unidos en donde participó con su selección el mes pasado (16 a 22 de febrero), en la Copa SheBelieves 2023. Le ganaron 1-0 a Japón en un partido ajustado, perdieron después 0-2 ante Canadá, cerrando con otra derrota 1-2 frente a Estados Unidos.
No fueron buenos resultados y Brasil evidenció carencias en la labor defensiva, aunque Sundhag expresó (como una ganadora nata que ha sido), su disconformidad con el rendimiento en el campo de juego; sabe que están en un trayecto de ajustes y cuenta con una agenda de partidos amistosos proyectados.
Su propuesta ha estado dirigida en darle a la selección brasileña una movilidad con el balón que se equipare al ritmo del fútbol norteamericano y europeo que predomina en este deporte. Convencida de que el fútbol femenino cambiará en los próximos cinco años, su visión quedó reflejada en una entrevista concedida al diario español El País, en julio de 2022. “Los equipos son flexibles y eso es gracias a que el fútbol femenino ha crecido físicamente y a que las jugadoras tienen más calidad. Todo se traduce en un fútbol más veloz y atractivo”, dijo.
Por ello apunta a una Brasil con menos exposición individual y más dinámica colectiva. Conoce el talento particular de la jugadora brasileña y tiene una radiografía de aspectos que deben superar: “Aquí todo se trata de emociones. Las jugadoras son rápidas y habilidosas, pero son emocionales. Técnicamente, les he visto hacer cosas que no había visto en mi vida. Entonces, si las cosas van bien, es muy bueno; pero si no, tienes la otra cara de la moneda”, señaló.
El 24 de julio en el Hindmarsh Stadium, Adelaida, Australia, la selección panameña comienza su primera participación en un mundial; para Brasil arranca su noveno intento por hacerse con la Copa Mundo. Pia Sundhag tiene claro el esquema y el equipo para el partido. Panamá tiene que encontrar una clave para no ser la víctima fácil como figura en todos los pronósticos. Allí está el quid de la cuestión.