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- 27/11/2024 14:25
- 27/11/2024 12:58
Existe un dicho que dice “Panamá es un país muy chico” en referencia a la cantidad de personas que podemos llegar a conocer. Pero esta es una de esas historias que demuestra que el planeta Tierra también puede ser increíblemente chico y las vueltas que nos puede dar la vida en un abrir y cerrar de ojos.
Sven-Göran Eriksson fue un importante entrenador sueco que llegó a entrenar a importantes clubes como el Manchester City, el Benfica, AS Roma, Lazio, a la selección de Inglaterra, México, Costa de Marfil, Filipinas, entre otros clubes.
Sin embargo, un cáncer de páncreas atacó su cuerpo y falleció a causa de este el pasado 26 de agosto. Este fue un hecho que golpeó al mundo deportivo, muchos medios de todo el mundo y clubes mostraron su desilusión por la pérdida física del entrenador, pero lo que quizás muy pocos sabían es que uno de sus legados yace aquí en Panamá.
Alcides Bravo es un chico que nació en México, pero que a muy temprana edad arribó a Panamá. De hecho su madre, la modelo Yaniseth Bravo es panameña y esta última fue la que en una primera instancia conoció al entrenador sueco. Ambos coincidieron en México y fue entonces cuando, poco a poco, fue involucrándose en la vida, tanto de Alcides como de Yaniseth.
En entrevista con La Estrella de Panamá, Alcides ha hecho un reencuentro de como fue esa relación de padre-hijo que tuvo con Eriksson y como vivió fuera de cancha los logros de su padre hasta su lamentable fallecimiento.
Como relata Bravo, él siempre a visto a Eriksson como su padre y este último lo presentaba como su hijo.
“Mi mamá estaba trabajando en México y yo estaba ahí. Ella era modelo y un día él (Eriksson) fue donde ella trabajaba y se fueron conociendo. Con el tiempo mi mamá lo fue introduciendo en mi vida. Él me crio a mí como su propio hijo. Donde íbamos él me presentaba como su hijo y al igual que para mí, él era mi padre. La convivencia fue como padre e hijo”, resaltó Bravo.
La vida en el fútbol es muy cambiante. Un día sabemos donde estamos, pero en el otro puede que estemos en un destino totalmente diferente. Es por ello que Bravo a veces no podía estar junto a Eriksson, pero a pesar de ello mantuvieron una buena relación.
“No estaba con él gran parte del año porque trabajaba y yo estudiaba. Siempre nos llamábamos y tal. En vacaciones siempre iba donde él estaba”, recordó con mucha emoción.
Fue entonces cuando Bravo dio a conocer una de las tantas historias que tuvo con su padre. “En una ocasión él estaba trabajando en China por unos 3-4 años. Cuando estaba con él allá me preguntaba si quería ir a los entrenamientos y siempre le decía que si. Aprendí mucho, no solo de conceptos deportivos, sino de los valores que tenía. Siempre llegaba y saludaba al guardia y a todas las personas del club”, recalcó.
Eriksson siempre fue recordado como una persona humilde y responsable, y así también lo destacó Bravo. “Siempre llegaba temprano a todos lados. Hacia su rutina de las mañanas y luego venía el chofer del equipo para llevarlo a los entrenamientos. Era raro sacarlo de la rutina. Yo tenía unos 13 años y eso se quedó conmigo. Soy una persona observadora y solo me quedaba viendo sin molestarlo”.
El mundo del deporte transcendió cuando se supo que Eriksson siempre fue un gran fanático del Liverpool de la Premier League. Sin embargo, nunca tuvo la oportunidad de entrenar al equipo de Anfield, hasta este año.
En un partido como homenaje a su gran carrera, Eriksson tuvo la oportunidad de ser el entrenador del equipo inglés en un duelo amistoso, cumpliendo así uno de sus más grandes sueños. El mismo que pudo compartir junto con Bravo y su familia.
“Su equipo favorito era el Liverpool. Él no tuvo nada que ver con el club y aún así la gente lo quería. Es impresionante como la gente lo quería el fue siempre humilde. Tengo tantas palabras para definirlo pero me quedo con la palabra humilde”, expresó.
De hecho, tanto fue ese cariño, que los sentimientos de Bravo también se vieron sumergidos en ese afecto que decidió ser un hincha más del Liverpool, a pesar que su corazón antes fuese blaugrana.
“Yo de pequeño era fan del Barcelona, pero ver como el Liverpool trato a mi papá me he encariñado con el equipo”, expresó Bravo.
Entre 2001 y 2006, Eriksson fue el seleccionador de Inglaterra y en el equipo estaba deslumbrando un joven David Beckham. Durante el 2000, el exjugador británico portó la cinta de capitán por primera vez y durante la dirección técnica de Eriksson decidió nombrar oficialmente a Beckham como capitán del equipo hasta el 2006 cuando salió del equipo.
Es por ello que el que fuese jugador del Real Madrid, Manchester United y hoy día uno de los propietarios del Inter Miami, le tuviera tanto cariño a Eriksson. “Conocí a David Beckham. Él le tenía un gran aprecio a mi papá. Quería mucho a mi papá, el estuvo con Inglaterra y lo hizo capitán del equipo”, detalló Bravo.
En sus últimos meses de vida, Eriksson tuvo la oportunidad de asistir a un duelo del Benfica y fue ahí cuando dijo una frase a Bravo, que hasta el momento, sigue recordando.
“Mi papá decía que era muy raro ver a alguien que le daban tanto aprecio sin que haya fallecido, él me decía eso. Es normal cuando ya hayas fallecido, pero acá fue lo contrario. Fue al Liverpool y al Benfica y recibió mucho cariño. Incluso los compañeros que tuvo en el Benfica lo fueron a ver”, dijo Bravo.
Por último, el panameño señaló que le gustaría seguir los pasos de su padre en el ámbito deportivo y ayudar a los más jóvenes de Panamá a cumplir sus sueños deportivos.
“Quiero seguir sus pasos. Te mentiría si te dijera que no quiero vivir en un ambiente totalmente deportivo. Siento que tengo el potencial para hacer algo dentro del fútbol. Quiero ayudar a los chicos de Panamá a llegar lejos en el deporte. Deseo entrar y mejorarlo”, resaltó Bravo.