El fútbol mexicano busca atrapar el tiempo perdido

Actualizado
  • 01/06/2022 00:00
Creado
  • 01/06/2022 00:00
La Liga MX está encaminada a implementar una regla que, apoyada con cronómetro visible en cancha, determine el tiempo de los saques de meta y de banda sancionando a los infractores undécima vuelta olímpica
La Liga MX se embarca en un proyecto novedoso que hasta ahora no tiene antecedentes en el fútbol profesional, es clara la influencia de las ligas estadounidenses como la NBA y la NFL.

Desde hace años se vienen escuchando, cada vez con más insistencia y mayor cantidad, voces dentro del ámbito mundial del fútbol profesional, desde la orilla dirigencial e igualmente desde algunos medios de comunicación, que claman por encontrar una 'fórmula' a los minutos reales que se pierden durante el transcurso de un partido en simulaciones de faltas, substituciones, retiro de jugadores lesionados, saques de banda, saques de meta, etc.

Un tiempo de inactividad de juego que hoy se compensa adicionando minutos al final de cada período, establecido en el reglamento en 45 minutos cada uno, pero cuyo criterio queda a merced de la contabilidad cronométrica que hace el cuerpo arbitral, principalmente el cuarto árbitro.

Este tiempo se muestra al público (por el mismo cuarto árbitro) mediante una tabla electrónica visible, sin que ello signifique que dentro de este mismo agregado no se las ingenien cuerpo técnico, jugadores, masajistas, etc., para hacerlo correr restándole incidencia. La realidad es que el tiempo neto de juego activo es significativamente menor de los 90 minutos que dice contemplar el reglamento.

Modificaciones, una línea de tiempo
Mikel Arriola, presidente de la LigaMX.

El reglamento del fútbol históricamente no ha sido proclive a permitir modificaciones o actualizaciones para adaptarse a cada nueva época. Ello, sustentan algunos, le ha permitido conservar “su esencia” deportiva; para otros, bajo la óptica de que como “no es infalible al igual que el ser humano”, esto ha permitido justificar “miopías arbitrales garrafales” cuando éstas se han dado a favor de su equipo preferido.

Entre algunas modificaciones realizadas al reglamento podemos mencionar que las substituciones de dos jugadores se aprobaron para el mundial México 70; hasta entonces (desde 1958) se terminaba con los mismos once jugadores con los que se iniciaba el partido, salvo una (1) sustitución por lesión. De este mundial saldría una de las mejores innovaciones: las tarjetas amarilla y roja para sancionar infracciones que ameritaran una amonestación o la expulsión.

Muy poco cambiaría en los siguientes veinte años, hasta cuando Italia 90 dio un sonoro campanazo de atención. De esa Copa Mundo se esperaba un gran torneo y un abultado porcentaje de goles; fue un certamen insípido. Curioso, Daniel Jeandupeux, un joven entrenador suizo, que había quedado decepcionado con lo que había visto del torneo, analizó los partidos del mundial en los que un equipo se había puesto en ventaja sobre el otro. Y, aunque no se conozca mucho, las secuelas de la Copa Mundo Italia 90, propiciarían la primera participación indirecta de la tecnología en las reglas del fútbol.

En el camino, durante el mundial México 86, se daría uno de los momentos más controversiales del fútbol, con un Diego Armando Maradona en la plenitud de sus facultades. En los cuartos de final de esta Copa Mundo se enfrentaron, el 22 de junio de 1986, Argentina e Inglaterra. El primer gol de Maradona en la victoria de Argentina 2-1 sobre los ingleses, fue una clara infracción con la mano que no vio el árbitro tunecino Ali Bin Nasser, mientras millones de televidentes en el mundo eran testigos directos de ello.

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Los argentinos festejan y reivindican el “juega vivo de Maradona”, mientras el portero y capitán inglés Peter Shilton lo sigue considerando una inadmisible afrenta al fútbol.

Utilizando un software para el análisis del fútbol, con una plataforma llamada Top Score, Jeandupeux dio en el clavo del magro rendimiento de Italia 90: descubrió que en el equipo ganador muchas veces el portero tocaba la pelota 10 veces más que sus compañeros, con la intención clara de que se jugara el menor tiempo posible.

Esta práctica a la que se había acostumbrado por décadas el fútbol de manera cómplice, consistía en que los porteros enviaban el balón a un compañero, éste se los devolvía para que lo recogiera con las manos de nuevo, repitiendo el proceso unos segundos después, sin que hubiese manera de interrumpir dicha acción. “Tal posesión está destinada a matar el juego” señaló Jeandupeux, sugiriendo rectificarla a partir en una carta que le envió a su amigo Walter Gagg, del departamento técnico de la FIFA.

La FIFA, que venía preocupada por la pérdida de tiempo, tenía ahora una incuestionable realidad facilitada por el apoyo de la tecnología; tomó nota y se impuso sobre el criterio de la junta de la International Football Association Board (IFAB), el organismo dominado por los británicos y responsable de las reglas del juego, que se negaba a cambiarla.

1992 se marca como un año que dinamizó el fútbol, se introdujo la regla con el siguiente enunciado: “si un jugador actuando deliberadamente patea el balón hacia su portería, el arquero no podrá tocar la pelota con la mano bajo pena de un tiro libre indirecto”. Hoy el portero dinamiza el fútbol, participa en el juego con los pies y la vieja retención de la pelota implica un riesgo desaconsejable.

La Copa Mundial Suráfrica 2010 propiciaría dar un paso adelante en la utilización de la tecnología. En el encuentro por los octavos de final que citó a Alemania e Inglaterra, cuando los alemanes se imponían 2-1, al minuto 38, un potente disparo de Frank Lampard golpeó la cara interna del travesaño, rebotó con fuerza un metro adentro de la línea de meta y salió de la portería alemana. Era el gol del empate para los ingleses.

Ni el árbitro uruguayo Jorge Larrionda, ni su juez de línea lo validaron. El grosero error terminaría impulsando el copiarle al tenis una tecnología que venían utilizando llamada “ojo de halcón”, incorporándole al balón un chip que determina, mediante una señal con el apoyo de un equipo de cámaras, si un balón entró o no en la portería, evitando los goles fantasmas. Para la temporada del 2014, la liga inglesa lo había incorporado a su campeonato.

Pasarían 32 años desde México 86 para que la FIFA, finalmente en el mundial Rusia 2018, rompiera la reticencia a incorporar plenamente la tecnología en el desarrollo mismo del juego, dándole paso al VAR para la revisión de las jugadas.

La propuesta mexicana

A la liga del fútbol profesional de México conocida como Liga MX, se le objetaba que estaba desde hace años estancada y se le veía amenazada con la pujanza de la estadounidense MLS; buscando un revulsivo nombraron en el cargo de presidente a Mikel Arriola. Un abogado mexicano conocido como un funcionario público, con un máster de la London School of Economics y de la Universidad de Chicago, sin experiencia en el fútbol.

Desde el 1 de enero de 2021 está en funciones. Arriola en su año y cinco meses de gestión ha buscado proyectar e innovar en la Liga. Pretende atraer jugadores europeos a México e impulsar una mayor emigración de jugadores mexicanos hacia ligas de primer nivel. Y según Arriola, después del balance económico negativo del año anterior propiciado por el COVID-19, han regresado este año a números en positivo.

También le ha tocado lidiar con hechos de violencia entre barras radicales mexicanas, como el registrado el pasado 5 de marzo entre Gallos Blancos y Atlas, en el estadio Corregidora, en Querétaro, de negativa repercusión internacional. Una situación a la que pretenden establecer un control a través de la implementación de una identificación FAN ID, para los aficionados que asistan a todos los estadios mexicanos.

Con la conclusión del torneo Clausura, el domingo anterior, ha llamado la atención la propuesta de Arriola hecha pública, encaminada a propiciar un cambio en el reglamento para la Liga MX: reducir el tiempo que pierden los futbolistas en las reanudaciones en cada saque de arco o en los saques de banda, con el propósito de aumentar el tiempo de juego neto.

La propuesta, que se implementará a partir del próximo torneo Apertura 2022, del 1 de julio al 30 de octubre, contabilizará el tiempo que se demoran los jugadores en ejecutar cada saque de meta y de banda.

Teniendo a mano la estadística precisa, se tomarán medidas hacia un futuro próximo. Estas mediciones estarían encaminadas a establecer un tiempo límite para los jugadores en los saques de puerta y de banda, sancionando a los que lo incumplan, para los torneos de 2023.

“La idea para determinar un tiempo ideal para reanudar, es una idea de algunos dueños de la Liga para subir el tiempo efectivo (de juego). Se trata además de establecer de aquí a las siguientes dos semanas, cuáles son los tiempos de medición de las últimas cuatro temporadas de todos los partidos”, sostuvo Mikel Arriola.

“En enero vamos a ver más. Vamos a poner el cronómetro para que se reanude y no haya pretexto. Lo tenemos que hacer muy bien porque podría ser una liga muy innovadora, como ligas que lo tienen como la NFL, NBA”, señaló el dirigente mexicano.

Según su proyección, publicada en el diario deportivo argentino Olé, el año pasado el tiempo neto era de 47 minutos y en esta temporada alcanzaron 51 minutos. “Hemos podido exprimir el limón y podemos sacarle más jugo. 16 balones en la cancha, más continuidad de los árbitros. Verificados los datos y van 10% arriba”, señala.

Si aciertan, seguramente la propuesta mexicana rebasará sus fronteras. En Europa se ha traído a colación el tema del tiempo de juego perdido, pero hay renuencia con voces en contravía que califican una modificación en este sentido, como una negativa 'baloncestización' del fútbol.

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