P. Rico celebra, tras un gran susto

Actualizado
  • 11/03/2009 01:00
Creado
  • 11/03/2009 01:00
PUERTO RICO. Unos 19 mil aficionados boricuas, de los 19 mil 479 que colmaron a rabiar el estadio Hiram Bithorn, de San Juan, celebraro...

PUERTO RICO. Unos 19 mil aficionados boricuas, de los 19 mil 479 que colmaron a rabiar el estadio Hiram Bithorn, de San Juan, celebraron a lo grande la clasificación de Puerto Rico a la segunda ronda del II Clásico Mundial de Béisbol, pero antes pasaron un gran susto durante siete entradas y media.

Y es que la noche del lunes en la capital puertorriqueña, el sorprendente equipo de Holanda demostró que no llegó al Clásico de paseo, ni hacer turismo, al fajarse de tú a tú contra el anfitrión del Grupo D, sin importarle la algarabía que tenían los exaltados fanáticos boricuas.

Al igual que el primer día, cuando Puerto Rico venció a Panamá 7-0, el ambiente de fiesta, al son de salsa y merengue, reinó por todo el Hiram Bithorn, el cual estuvo más lleno que para el juego inaugural, ya que los boricuas agotaron las entradas para este lunes asumiendo que su rival iba a ser República Dominicana, pero eso cambió con la victoria de Holanda ante los quisqueyanos.

EL MIEDO VISITÓ EL HIRAM BITHORN

La gran fiesta que formaron los locales en su coliseo perdió calor y el miedo empezaba a sobrevolar el Hiram Bithorn, después de la apertura de la segunda entrada, cuando los holandeses inauguraron la pizarra con una anotación, en las piernas de Greg Halman.

En el cierre del tercer episodio el susto se comenzó apoderarse de cientos de aficionados boricuas, cuando después de un imparable de Carlos Beltrán, uno de sus ídolos, observaron como el jardinero derecho de Holanda, Gene Kingsale, fusiló en el home plate, al ex Yanquis de Nueva York y consentido de su equipo, Bernie Williams.

Los al menos 19 mil puertorriqueños, quienes gritaban como por 50 mil, disminuían el poder de sus gargantas, al ver cómo sus peloteros continuaban dejando corredores en bases y los imparables remolcadores no llegaron, tanto en la cuarta y sexta entrada.

En el cierre de la séptima entrada la desesperación de los boricuas se agigantó, tras no poder anotar una carrera con las bases y un solo out, además no creían como Mike Aviles no se fue al plato estando en tercera con un lanzamiento descontrolado.

MOLINA LOS HIZO ENLOQUECERSE

El receptor Yadier Molina, máscara de los Cardenales de San Luis, hizo que sus paisanos se enloquecieran, con doblete productor de dos carreras para voltear el marcador a favor de los boricuas 2 por 1, el cierre del octavo tramo. Jesús Feliciano remolcó una más.

La afición puertorriqueña celebró sin parar hasta el out 27, cuando el relevista Fernando Cabrera retiró en un roletazo al campocorto a Yurendell de Caster. En los pasillos y en las afueras del Hiram Bithorn, el ambiente de fiesta se adueñó de la noche en San Juan.

OQUENDO DICE QUE NO SINTIERON PÁNICO

“No sentimos pánico, los muchachos han pasado por muchas experiencias y yo más”, comentó José Oquendo, luego de la victoria que le da el boleto a los boricuas a disputar la segunda fase del Clásico, que tendrá como sede el Dolphin Stadium de Miami Florida. Ayer los locales descansaron y hoy se medirán al ganador del tope entre Holanda y República Dominicana, para dictaminar el ganador del Grupo D.

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