Panamá protesta y pide sanción contra Javier el ‘vasco’ Aguirre

PANAMÁ. En medio de la indignación, el enfado y la frustración por todo lo sucedido en el partido ante México, la selección nacional aterrizó ayer en Phoenix, Arizona, para comenzar a preparar el crucial partido frente al onceno de Nicaragua, que los puede clasificar a la siguiente fase en la Copa de Oro.

Pero antes de viajar, el presidente de la Federación Panameña de Fútbol, Ariel Alvarado prometió que elevará su voz de protesta a la Concacaf para denunciar la agresión del técnico Javier Aguirre, contra el volante panameño Ricardo Phillips y manifestar lo ofendido que está el equipo panameño por todo lo ocurrido en el choque ante los aztecas.

Antes de partir a Phoenix, Alvarado, a través de un comunicado oficial, señaló que le solicitará al organismo regional, la revisión de la sanción contra Ricardo Phillips, quien reaccionó con un empujón, luego de ser “pateado” por el técnico mexicano Javier Aguirre y también por la inseguridad que vivió la banca panameña y los aficionados que acudieron al Relian Stadium.

El encuentro entre mexicanos y panameños se transformó en un caos, cuando el árbitro central, el salvadoreño Joel Aguilar expulsó a Phillips, dejando al cuadro panameño con nueve jugadores y posteriormente, también le mostró la tarjeta roja a Aguirre.

A raíz del incidente, el partido estuvo detenido durante 10 minutos.

“Al final, queda expulsado un jugador nuestro, cuando la jugada ya había finalizado y luego de una clara provocación del técnico mexicano. Lo que hizo Phillips es una reacción humana por una agresión, cuando la pelota ya estaba detenida”, argumentó Alvarado.

En una actitud poco humilde, el “vasco” Aguirre, le pidió disculpas a todos los mexicanos, menos a los panameños.

En la rueda de prensa realizada después del encuentro, el técnico se disculpó con los jugadores, con la afición y el resto del cuerpo técnico de México por lo ocurrido.

Por su parte, Ricardo Phillips dejó claro que para cada acción, hay una reacción.

“Aguirre menosprecia a los equipos pequeños. Me sorprende que me tirara una patada. Yo puedo esperar eso de un jugador, pero de un técnico no”, mencionó “Patón” Phillips.

Gary Stempel, técnico del conjunto nacional, le dijo a la agencia Acan Efe, que Aguirre provocó a Phillips y agregó, que la acción del técnico mexicano se puede calificar con un “menos diez”.

A juicio de Stempel, el árbitro salvadoreño perdió el control del partido, desde que le mostró la tarjeta amarilla al capitán Felipe Baloy y se vio claramente que no iba a tener autoridad.

“Espero que las autoridades de la Concacaf tomen en serio todo lo que ha sucedido y hagan algo para evitar que esto se vuelva a repetir”, subrayó Stempel. “No estoy pidiendo sanción para nadie, sólo quiero que se cumpla el reglamento sobre las acciones antideportivas”, le dijo Stempel a la agencia de noticia.

Desde las gradas, y en una actitud absurda e incomprensible, los fanáticos salvadoreños, que en su mayoría colmaron el Reliant Stadium, arrojaron objetos a Phillips y al resto de la banca del equipo panameño.

Blas Pérez, también fue blanco de los proyectiles de los mexicanos. Cuando el delantero del Pachuca salió del campo para ser atendido tras una falta, recibió un golpe en la cabeza, producto de un proyectil lanzado desde las gradas.

No conforme con eso, los aficionados aztecas también agredieron a los pocos fanáticos panameños que acudieron al encuentro.

En Panamá, la actuación del árbitro, del técnico y de los fanáticos mexicanos, fue repudiada por todos los sectores ligados al fútbol.

Luis Arias, presidente de la Anaprof, opina que el técnico Javier Aguirre debe ser sancionado ejemplarmente.

“Es algo insólito e inadmisible, lo que le hicieron a los panameños. Confiamos en que las autoridades de la Concacaf sabrán tomar las medidas correspondientes”, señaló Arias.

Fernando Samaniego, ex presidente de la Federación de Fútbol y actual miembro del Comité Olímpico de Panamá (COP), señala que jamás vio algo así y que la Concacaf debe imponer un sanción ejemplar.