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- 23/12/2019 00:00
- 23/12/2019 00:00
Panamá cuenta con grandes promesas deportivas que luchan contra todo tipo de adversidades en la búsqueda de cumplir con su máximo sueño: estar presentes en unos Juegos Olímpicos y, de paso, obtener una presea.
La tarea nunca ha sido fácil. En 70 años de citas olímpicas, apenas hemos podido ganar tres, dos de bronce en 1948 y una de oro en Beijing 2008.
Aun así, decenas de atletas abrazan en cada ciclo olímpico esa misión, a pesar de no contar con la estructura deportiva, porque los gobiernos de turno se han empecinado en dirigir la carreta por el lado equivocado.
Dos de estas figuras son la judoca Kristine Jiménez y la pesista Mariadnis Batista, ambas de la provincia de Veraguas, quienes sueñan con llegar a una cita olímpica y ganar una medalla.
Ambas, de una forma u otra, han luchado contra la adversidad y lo siguen haciendo, buscando alcanzar sus objetivos con la escasa ayuda que reciben de las autoridades.
Es claro que Kristine y Mariadnis no son las únicas atletas en ese diario predicamento, pero son un ejemplo de los logros que pudieran obtener decenas de deportistas, si se tuviera un verdadero respaldo.
Pero más que un apoyo, se contara con una política deportiva de la cual se adolece desde hace muchos años.
Kristine voló alto en julio pasado, cuando le fue otorgada la medalla de bronce en el judo Panamericano, al vencer a la peruana Brillith Gamarra.
'Sabía que conseguir una medalla era una posibilidad y se hizo realidad', señaló Jiménez al recordar ese momento.
Pero, además, de la satisfacción por el éxito alcanzado, quedaba la reflexión por el trabajo hecho para lograr ese objetivo. 'Me sentí muy feliz y orgullosa por el resultado, al saber que el gran esfuerzo funcionó', afirmó.
Ahora, el camino hacia Tokio es mucho más accidentado; es como una pendiente que no deja de inclinarse hacia arriba, porque si bien la corajuda gladiadora de 23 años está cumpliendo con un plan para llegar hasta allá, no todo está en sus manos.
Su entrenadora Librada Alvarado precisó que al judo panameño solo se le otorgará un cupo y que por éste, además de Kristine, también está aspirando Myriam Roper (-57 kilos), que perdió la posibilidad de una clasificación directa.
'Todavía quedan algunos eventos donde podría surgir un cupo directo, pero al estar fuera (Roper) de la clasificación, afecta la cuota de Kristine', indicó Alvarado.
Aun así, la pequeña veragüense sigue el plan Tokio 2020 y luego de la misión en Lima, ha entrenado fuera del país y participado en los abiertos de Brasilia y Osaka, donde se buscaba sumar puntos por participación.
No obstante, dejó de asistir a las competiciones en Abu Dhabi y Budapest por la falta de recursos, porque si bien recibe apoyos del COP y Pandeportes, estos solo cubren una parte de lo que comprende preparar un atleta de alto nivel.
'Para lograr una clasificación de este tipo se necesita de una inversión grande en el atleta, que cubra los costos de entrenamientos en los centros de alto rendimiento y las giras clasificatorias, de las que quedan muy pocas', precisó Alvarado, quien entrena a Kristine desde hace seis años.
Otra campeona veragüense que surgió del derribado gimnasio “Eduardo Campbel” es Mariadnis Batista, quien ha roto todos los récords para una fémina istmeña en la halterofilia.
Mariadnis, a pesar de sus pocos 17 años, ve su nombre en los rótulos de competencia de Tokio 2020, porque para ella más que un sueño es un objetivo trazado en su joven carrera.
'Si llegar es un proceso duro y difícil, ¿se puede imaginar lograr una medalla? Pero, primero el objetivo será llegar y pasar después a buscar una medalla', señaló Batista.
Al igual que Kristine, los recursos para buscar el cupo continental son tan escasos, que sus padres tuvieron que cubrir los dos últimos viajes que hizo al Panamericano sub-17 en Guayaquil y al Sudamericano de Buenos Aires, donde además de ganar preseas doradas, impuso varios récords internacionales.
'El apoyo que recibo para entrenar y participar internacionalmente ha sido prácticamente nada. A los dos campeonatos que asistí, fui pagando mis propios gastos', aseveró.
Y, si a eso le sumamos las dificultades que tiene para entrenar, al carecer de una instalación adecuada, estamos frente a una atleta que trabaja por alcanzar un sueño, y al mismo tiempo dejar el nombre de su tierra y de su país en alto.
'No tenemos gimnasio donde entrenar desde hace más de dos años, cuando el anterior gobierno mandó a remodelar el gimnasio “Eduardo Campbell”, donde entrenaba junto a la lucha, el boxeo, la gimnasia y el judo', dijo su entrenador Manuel Ochoa.
Mariadnis explicó que no tener un gimnasio propio la afectó tanto, que bajó su rendimiento al no poder completar sus rutinas de entrenamiento.
'Debido a esto tomé la decisión de entrenar en la mañana y en la noche, después de ir al colegio. En la mañana asisto al gimnasio Esmagim, y en la noche al local del señor Jorge González, quien nos ofreció un espacio', detalló.
Así trabajan nuestros atletas para lograr sus objetivos, sin contar que tendrán que enfrentarse a competidores con mucha mejor preparación, tanto física como técnicamente.