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Campbell asegura que también sintió la derrota de Panamá
- 19/06/2020 00:00
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La carrera del árbitro jamaicano Courtney Campbell tuvo su último partido internacional el 25 de octubre de 2013 en el estadio Agustín 'Muquita' Sánchez de La Chorrera, con el encuentro entre Árabe Unido-Houston Dynamo. Diez días antes había sido el juez central del amargo Panamá vs. Estados Unidos, que el 15 de octubre había dejado a la Selección Nacional fuera del repechaje para Brasil 2014, con aquellos fatídicos minutos de reposición. Sería igualmente el último partido por una eliminatoria que dirigiría.
Campbell era uno de los árbitros caribeños que más actividad y prestancia había alcanzado entre 2004-2014. Desde su debut internacional, el 14 de enero de 2007 en un Haití-Martinica, sumaba a su hoja de vida 5 encuentros por la Super Liga Norteamericana, 13 juegos en 4 versiones de la Concacaf Champions League, 11 partidos en 4 Copa Oro y 14 partidos de eliminatoria mundialista por la zona de Concacaf (8 para Sudáfrica 2010 y 6 para Brasil 2014). Unos números envidiados por muchos réferis de la región.
Quiso eso que llaman destino, que su recorrido internacional terminara en tierras panameñas, en un año en el que le pitó al fútbol panameño los únicos 4 partidos registrados en su currículum; y, sobre todo, que quedara como protagonista de una fecha que no olvidará jamás ni la historia ni los hinchas de la Selección Nacional.
Aquella larga y aciaga noche que desveló a muchos buscando respuestas consoladoras, no le fue indiferente a Campbell según nos cuenta desde Kingston, Jamaica. Activo como cabo de la policía jamaiquina, con 23 años de servicio, se desempeña también como asesor internacional de árbitros del Caribe. Acordamos una entrevista a través de un contacto, acepta con gentileza, seis días después, puntualmente a las 6:00 p.m. nos atiende telefónicamente. Mi hijo Eloy Andrés asume el papel de traductor.
Sí, extraño estar en el medio, quiero decir que soy parte del deporte, así que quiero disfrutar plenamente de todo lo que sucede en el campo.
Bueno, es bastante simple, una vez que estás involucrado en el deporte y estás representando a tu país en el campo internacional, entonces se te concede el tiempo necesario en el trabajo para satisfacer esa necesidad, por lo que representas en el circuito internacional.
En realidad, fui a un partido de fútbol creo que por el año 1999, con unos amigos. Resulta que uno de los asistentes del árbitro no apareció, me pidieron que lo sustituyera y lo hice. Entonces el presidente de la Asociación de Árbitros de Fútbol me pidió que continuara y me animó a unirme a la fraternidad. Fui a un curso, hice mis exámenes y luego comencé a arbitrar en el año 2000.
Sí, quería estar en una Copa Mundial de la FIFA. Mi actuación en la Copa de Oro 2009 fue reconocida, arbitré en cuartos de final, semifinales y fui el árbitro destacado en la final México-Estados Unidos. Por supuesto, por mi desempeño pensé que me elevaría en las rondas de árbitros en nuestra región, pero no fue así, no fue culpa de mi desempeño, simplemente no tuve la suerte de ser parte del grupo final para ir a Sudáfrica en 2010.
Antes de que me nombraran para la semifinal, hubo cierto escepticismo sobre quién sería el árbitro en ese juego. México y Panamá, dos equipos que tenían una confrontación, así que cuando fui nombrado, todos vinieron a mí, me abrazaron y me felicitaron. Afronté el partido como siempre afronto cualquier otro, con el cuerpo arbitral tuvimos una reunión de equipo para analizar a los dos rivales.
Todo lo que hice fue estar donde el partido me necesitaba, cobrar lo que tenía que cobrar, fue uno de mis juegos más fáciles, por así decirlo. Ambos equipos en ese momento llegaron a jugar un buen fútbol y todo lo que necesitaba era facilitarles la acción. Nunca corrí en ningún otro juego, pero oh..., corrí mucho en ese juego, porque quería estar allí para que cuando el jugador mirara si tocaba el silbato por una falta, me viera siguiendo la acción para desactivar cualquier forma de confrontación que tuvieran en mente. Ese fue un juego especial y realmente lo disfruté.
Fue un giro en el juego, Estados Unidos consiguió la victoria cuando parecía que se llevaría la derrota. No sé qué pasó, el arbitraje estaba yendo bien hasta los 90 minutos y Panamá lideraba dos goles a uno. En ese momento no me importaba cuándo tocaba el silbato, la multitud estaba detrás de Panamá, Estados Unidos vino y marcó 2 goles en los 3 minutos de reposición.
Cuando toqué el silbato final, todo el estadio, los espectadores, comenzaron a llorar y lo sentí, comencé a ponerme emocional como si también quisiera llorar porque solo faltaban tres minutos para que Panamá ingresara al repechaje de la Copa del Mundo, fue un momento tan especial en el que me sentí muy mal.
Luego mi muy buen amigo Roberto Moreno (exárbitro panameño que asistiría a Brasil 2014 como árbitro de apoyo), entró en el vestuario, me abrazó y lloró; me dijo que Panamá perdió el juego, no por culpa mía, que era solo su desorden en defensa. Me sentí tan emocionado, lo abracé, y el agua salió de mis ojos.
No, nunca, se trató de una situación única, nunca había visto algo así en mi carrera, solo fue en ese juego Panamá vs. Estados Unidos, nunca ... todo el estadio estaba llorando.
Se superaron a sí mismos, buscaban clasificarse para la Copa del Mundo y todavía les quedaban tres minutos, lo que tenían que hacer en esa situación era jugar hasta el final, el juego no ha terminado hasta el pitido final. Ellos tuvieron lapsus en defensa, estaban celebrando antes de que el juego terminara y eso les costó el partido. Jugaron duro y jugaron bien 90 minutos y arruinaron los últimos 3 minutos por falta de experiencia y celebrar temprano.
Estoy contento de haber arbitrado en el momento en que mi decisión era la final; apoyé la implementación del VAR en el juego, pero probablemente tiende a exponer más a los árbitros; cuando sales a la cancha quieres cometer la menor cantidad de errores posibles. Habrá árbitros que con este sistema destacarán y otros que se perjudicarán, por supuesto. El árbitro está enterado de esto y sabe que está allí, por lo que intentará estar más atento.
El exárbitro Courtney Campbell, 51 años (16 de noviembre de 1968), dejó el siguiente registro para Panamá: Costa Rica-Panamá 2-0, 16 de junio, por la eliminatoria mundialista; semifinal de Copa Oro con el triunfo memorable 2-1 de Panamá sobre México, el 24 julio; la recordada derrota 3-2 ante Estados Unidos, el 15 de octubre, y cerró con la victoria 1-0 del Árabe Unido sobre el Houston Dynamo, Liga de Campeones Concacaf, el 25 de octubre. En total, 2 ganados y 2 perdidos.
Hubiésemos preferido que dejara escrito su nombre, y en relieve, en un solo partido, sin aquellos tres minutos adicionales que dejaron frustración, a cambio de los dos juegos que se ganaron. Son ilusiones banales, como afirman algunos eruditos: “La historia no se escribe con lo que había podido suceder, sino con lo que aconteció”. 2013 está marcado para Campbell como el año que puso fin a su carrera internacional, para Panamá como el año en que le quedó un 'nudo en la garganta' que cuatro años después, logró liberar con la alegría de asistir a su primer Mundial.