Un paseo por el Fenway Park

Actualizado
  • 05/04/2009 03:00
Creado
  • 05/04/2009 03:00
BOSTON. Con casi 100 años de historia, el Fenway Park se ha constituido en una de los principales atracciones en el repunte de los Medi...

BOSTON. Con casi 100 años de historia, el Fenway Park se ha constituido en una de los principales atracciones en el repunte de los Medias Rojas de Boston, quienes tras cosechar múltiples fracasos en el siglo pasado, son hoy uno de los equipos más competitivos en las mayores.

A pesar de los años, los distintos dueños de la organización compartieron el criterio de no hacerles grandes remodelaciones al coliseo, conservándole la misma esencia desde el día que fue inaugurado, en 1912.

AMBIENTE DE PELOTA

Gradas de madera, tablero manual y capacidad para 39 mil 928 aficionados son algunos de los factores que todavía conserva el Fenway y que lo hacen ser digno de admiración.

Casi la mayoría de las organizaciones de las mayores, excluyendo a los Cachorros de Chicago y Los Dodgers de Los Ángeles, han preferido construir nuevos y modernos estadios, los cuales se basan más en la cantidad de público que pueden recibir que mantener la raíces de este deporte.

Por ser el estadio más antiguo de las Grandes Ligas, el hogar de los Medias Rojas también posee el tablero manual más viejo. Atrás del mismo, no hay calefacción, agua o teléfono, pero eso no ha impedido que las dos personas que trabajan ahí hayan solo faltado una vez en 36 años. Uno faltó porque era su boda, el otro, porque era el padrino.

EL MONSTRUO VERDE

Una de las principales características del estadio es el gigantesco muro de casi 11 metros y medio en el jardín derecho, el cual convierte esa área del parque en la más chica de las mayores.

“El monstruo verde”, como se le denomina a la pared por su distintivo color, ha sido un dolor de cabeza para varios jugadores del equipo, quienes a pesar de haber demostrado en otros clubes grandes habilidades en los jardines, parecen no poder calcularle los impredecibles rebotes de la pelota.

Su construcción data un poco después del mismo estadio, ya que se pensó en la obra después de recibir inmensas quejas sobre vidrios rotos en los establecimientos aledaños.

Hoy en día, los puestos arriba de la muralla se otorgan a través de sorteos, y cuentan con varios restaurantes y paramédicos para los más intrépidos aficionados.

Aparte del “monstruo”, el estadio cuenta con otros elementos que lo hacen único.

El área del bullpen, en el jardín central es denominada “Williamsburg” y fue construida para favorecer a la leyenda Ted Williams, quien solía pegar sus toletazos hacia esa área del coliseo.

En el jardín izquierdo, entre los asientos verdes oscuros, una silla de color rojo salta a la vista. La misma fue pintada para indicar donde pegó el jonrón más largo en el Fenway, conectado por el mismo Williams.

APOYO INCONDICIONAL

Después de la venta de Babe Ruth a los Yanquis de Nueva York, la organización de los Medias Rojas cayó en un letargo beisbolístico del que no pudieron salir sino hasta el 2003, cuando ganaron la Serie Mundial por primera vez en 86 años.

Pero, a pesar de la gran recopilación de fracasos, los fanáticos demostraron su amor tanto en las buenas como en las malas, y siempre estuvieron detrás del equipo.

Tras la compra de la franquicia por sus actuales dueños en el 2002, el repunte que tuvo el equipo tuvo un fuerte impacto en los fanáticos.

Desde el 15 de mayo del 2004, el Fenway Park ha estado a su máxima capacidad en todos los partidos de los Medias Rojas como local.

En septiembre del año pasado, el club llegó a 456 partidos con estadio lleno, rompiendo el récord de 455 de los Indios de Cleveland. Mañana, cuando se enfrenten en su partido inaugural ante los Rays de Tampa Bay, sumaran 470 compromisos en la misma condición.

Además, los fanáticos de Boston son los que, según las estadísticas de las mayores, más entradas compran en calidad de visitante.

UN MONUMENTO NACIONAL

Este año, el proyecto de convertir al Fenway Park en monumento histórico nacional entró al Congreso de los Estados Unidos. De ser aprobado, su demolición o reestructuración estará prohibida, por lo que el parque seguirá vivo aun cuando los Medias Rojas construyan un nuevo hogar.

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