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- 21/05/2013 02:00
PANAMÁ. La comparación entre Tim Lincecum y Patrick Corbin parece inevitable.
A la misma altura de sus carreras, tanto Lincecum como Corbin han tenido un lucimiento tan llamativo que más de un experto coloca a los lanzadores uno al lado del otro, no solo en calidad, sino en durabilidad.
Términos cuestionables, cuando uno aprecia los números de ambos lanzadores en sus inicios.
LINCECUM
Si bien el derecho de los Gigantes de San Francisco registra un descenso apreciable en su rendimiento de las últimas tres temporadas, los dos primeros años de campaña le colocaron como una gran promesa monticular.
Entre los años 2007 y 2008, Lincecum acumuló 25 victorias y 10 derrotas, ponchó a 415 bateadores y solo permitió 23 cuadrangulares en 373.1 entradas.
Aunque fue relegado al bullpen por el mánager de los Gigantes, Bruce Bochy, el aún joven lanzador de 28 años aceptó el rol y cumplió con efectividad las veces que fue llamado a lanzar.
CORBIN
Tras ganarle la pulseada por la quinta plaza de abridor al panameño Randall Delgado, el zurdo de los Diamondbacks de Arizona ha agradecido la confianza con un prometedor inicio de temporada.
Su marca de 6-0 y efectividad de 1.52 le ubica entre los líderes de pitcheo del viejo circuito.
Después de una primera temporada con marca de 6-8 y efectividad de 4.54, Corbin se enfocó en mejorar algunas cosas en su mecánica de lanzamiento.
Por eso pudo convencer a Kirk Gibson de mantenerle en la rotación como quinto abridor, con un resultado inesperado pero sin dudas, muy satisfactorio para el piloto de los Diamondbacks.
EL FUTURO
Mientras Tim Lincecum aún lucha con sus propios demonios monticulares, Patrick Corbin parece encaminado a una gran temporada.
Todavía es muy prematuro emitir juicios sobre estos señalamientos. Tal vez, al llegar al receso de media temporada, veremos la evolución de un joven veterano y de un muchacho que busca consolidarse. Ambos, en caminos muy diferentes.