El nuevo presidente de la Asociación de Armadores Panameños reflexiona sobre las oportunidades y retos del sector marítimo
- 07/07/2013 02:00
LONDRES. Novak Djokovic trabajó muy tranquilo ayer, mientras que Andy Murray descansó y se mantuvo relajado.
La final masculina del torneo de Wimbledon que los tendrá hoy frente a frente en el All England Club de Londres no se parece en nada al partido que ambos jugaron en la semifinal de los Juegos Olímpicos del año pasado en esta misma cancha.
Murray sacó del camino al serbio gracias a un doble 7-5 en ruta a la conquista de la presea dorada; Djokovic perdería luego la medalla de bronce ante el argentino Juan Martín del Potro’, una cuenta que cobró el viernes último, en un partido memorable de semifinales.
Las cosas no parecen ser muy distintas a las que el británico y Djokivic encontraron hace algo más de un año.
Hoy, sin embargo, la disputa del choque definitivo por la corona de Wimbledon los coloca en una situación donde hay más presión, tal vez, porque lo que está en juego para ambos sea más que el prestigio de ganarse uno de los torneos de Gran Slam
Será el tercer enfrentamiento entre Djokovic y Murray en las últimas cuatro finales de torneos del Grand Slam. Murray se impuso el año pasado en el Abierto de Estados Unidos y Djokovic se coronó en Australia este año.
El peso de la historia se inclina del lado de Murray, quien trata de convertirse en el primer jugador británico en 77 años que gana en Wimbledon.
Ya rompió el año pasado con su triunfo en el Abierto de los Estados Unidos, y ha dicho que tiene en su mente lo sucedido el año pasado en los Juegos Olímpicos.
Por su lado, Djokovic ha sido un jugador dominante tras la baja del español Rafael Nadal y del suizo Roger Federer.
Ha aprovechado su gran condición física para mantenerse en la cima del tenis, de la que no bajará mañana, gane o pierda el juego de hoy.
Murray espera hacer historia, y de una forma más consistente, llegar al último certamen grande de la temporada el 26 de agosto.
Hoy será un gran día. Se espera un gran partido. Y que dos de los mejores jugadores del momento entreguen su mejor tenis para el mundo.