¿Dónde quedan los estímulos?

Hoy en día se analizan los resultados de los planes de rescate realizados por el Gobierno de George W. Bush en Estados Unidos luego que explotara la crisis financiera en ese país.

La razón por la que el primer paquete de rescate que sumó $700 mil millones fracasó al no lograr mayores efectos en la economía real de Estados Unidos, fue que dicho paquete se distribuyó entre los accionistas de los bancos, so pretexto de mantener los bancos a flote, pero sin que llegara al consumidor final. Es decir, al final del día, el objetivo es que el mercado siga consumiendo y por ende que se sigan produciendo bienes y servicios.

Los accionistas bancarios salvaron su patrimonio pero los bancos igual no dieron un crédito más accesible a las personas y las personas por ende han bajado su consumo teniendo como resultado que al 30 de enero pasado el índice de confianza del consumidor en EEUU llegara a 60,1 puntos.

Conclusión: si el Programa de Estímulo Financiero (PEF) promovido por el Gobierno de Panamá no incluye regulaciones que obliguen a los bancos a poner dinero en la calle, estimulando el consumo y fomentando la producción con tasas de interés atractivas, lo que va a ocurrir es que los bancos mantendrán tasas altas resultantes del riesgo en tiempo de crisis, acumularán liquidez y no se logrará el objetivo de un efecto anti-cíclico.

Se requiere que la banca privada que haga uso de estos fondos los traslade al mercado de consumo, promoviendo tanto la inversión como el ahorro.

La presente crisis no es por falta de dinero, es por falta de confianza. Falta de confianza entre los bancos, falta de confianza de los bancos hacia el mercado y falta de confianza del mercado hacia la economía, eso es lo que ha encarecido el dinero, no al revés.

Es por ello que cualquier plan de estimulo debe comenzar por garantizar que quienes son los que mueven al final la economía, los consumidores, tengan acceso a liquidez para consumir y para generar ahorros. Darle este paquete de estímulo a los bancos sin establecer los obligantes que el mismo se traslade hacia la inversión y el consumo sera botar la plata y crearnos una ilusa impresión de que estamos preparados para enfrentar la crisis.