Belén del turismo ecuestre

Actualizado
  • 01/02/2012 01:00
Creado
  • 01/02/2012 01:00
P anamá dispone de frescos eslabones en turismo, tanto en la prensa internacional, aquilatados por recientes artículos en importantes me...

P anamá dispone de frescos eslabones en turismo, tanto en la prensa internacional, aquilatados por recientes artículos en importantes medios como Forbes, USA Today y The New York Times al igual que por la emblemática aparición de los insignes autobuses de dos pisos para cubrir el circuito turístico capitalino, que nos ubica a la par con las grandes metrópolis mundiales.

Con la ceremonia de colocación de la primera piedra en reciente simbólico acto, germina en La Angostura de Penonomé la Alta Escuela Americana de Equitación Andaluza Don Álvaro Domecq, primogénita en nuestro continente.

Se desplazaron especialmente desde España enalteciendo la jornada: Su Eminencia, Cardenal Ricardo María Carles; Don Álvaro Domecq Romero; Don Cristóbal Colón, XVIII Duque de Veraguas, y Don Jaime Ruiz de la Peña y Castilla, Adelantado de la Castilla del Oro y director ejecutivo de la fundación del mismo nombre en Madrid. Figuras istmeñas, entre ellas, Richard Fifer Carles, precursor de la Fundación Castilla del Oro; Don Ricardo Pérez M., baluarte de la altiva provincia chiricana, criador de finos equinos andaluces y actual presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Caballos Españoles de Panamá; los hermanos Jorge y Carlos Araúz, gobernadores y alcaldes de provincias centrales, realzaron el acto. De esta forma, ondea nuevamente la bandera española del periodo imperial de Carlos V, cuyo busto realza un hermoso parquecillo en el Casco Antiguo. La bandera de la Castilla del Oro, la nuestra, la de todos, ubica a Panamá en el mapa del nuevo mundo como su médula, sitial que nuevamente, siglos después, está en proceso de reconquistar.

Las raíces del turismo ecuestre se asientan a mediados del siglo XX en Francia, que gradualmente fue forjando una cadena de servicios para que aficionados lograsen sentir la dispensa de compartir con su caballo los espacios abiertos y aprovechar las infraestructuras turísticas existentes. Como secuela, Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con un censo de 4 millones de equinos para la equitación de ocio y paseo, Inglaterra con 2.5 millones y Alemania con un millón.

El caballo siguió al hombre cuando este surcó del campo a las ciudades, pero ahora será él quien gire al hombre de las ciudades al medio rural, vivo patrón del enfoque que deseamos conferir a nuestro turismo, resaltando su esplendoroso verdor y pasión por la libertad.

Resulta clave el desarrollo de programas y actividades vinculadas al medio en provincias, elevando efectivamente el volumen del turismo ecuestre en Panamá. El reto es nuestro. Su laurel será fruto del empeño de aquellos que entusiastamente ejecutemos esta noble iniciativa.

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