Discriminación en el primer crucero a Cuba

Actualizado
  • 01/05/2016 02:00
Creado
  • 01/05/2016 02:00
El primer crucero de Estados Unidos a Cuba en más de 50 años, el barco Adonia, de la empresa Fathom, una filial de Carnival

El primer crucero de Estados Unidos a Cuba en más de 50 años, el barco Adonia, de la empresa Fathom, una filial de Carnival, partirá hoy domingo sin llevar, probablemente, gran número de cubano-estadounidenses a bordo.

Aunque el Gobierno de Raúl Castro autorizó el 18 de abril que los cubanos puedan entrar a su país por mar, lo que estuvo prohibido durante varias décadas, para hacerlo, tanto los cubanos como los cubano-estadounidenses necesitan visado, lo que no es del agrado de los nacidos en la isla.

‘Los cubanos debemos tener el derecho natural de entrar libremente al territorio nacional y salir del mismo sin que medie el proceso discriminatorio de visado o la llamada ‘habilitación' del pasaporte, que es una modalidad de visado también', expresó a Efe Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.

‘La visa es para discriminar a la persona basada en su opinión política', denunció el activista.

Andrés Andrés, un cubano nacido en La Habana y con nacionalidad estadounidense desde hace unos veinte años, es uno de los que no podrá viajar.

Andrés señaló a Efe que los ciudadanos cubanos deben hacer la reserva con 90 días de antelación y se arriesgan a perder su dinero en caso de que les nieguen la visa.

Según la web de la empresa, ‘Fathom obtendrá visas -tarjetas de turista- para todos los viajeros que participen en el programa educacional de Fathom, excepto los ciudadanos estadounidenses nacidos en Cuba'.

‘Rechazo eso, yo ya no soy cubano', dijo Andrés al explicar que según el artículo 32 de la Constitución de la isla, la ciudadanía de Cuba se pierde ‘automáticamente' cuando sus nacionales se hacen ciudadanos de otros países. En el caso de un turista estadounidense, que no haya nacido en Cuba, el trámite es inmediato con el pago de $75 por la visa, que llaman también ‘tarjeta de turista'.

Tras la autorización de los gobiernos de EE.UU. y Cuba para esta primera ruta de Carnival, como parte del deshielo de sus relaciones, la empresa se rehusó en un principio a vender pasajes a los cubanos-estadounidenses en cumplimiento de una ley del Gobierno de la isla que prohibía a los nacionales del país la entrada por vía marítima, aunque la compañía estadounidense después cedió ante las protestas.

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