Suntracs, con pretensiones sin límites

Actualizado
  • 25/04/2018 02:00
Creado
  • 25/04/2018 02:00
Las nueve cláusulas restantes por negociar, que tienen que ver exclusivamente con aspectos salariales

La prolongada negociación entre la Cámara Panameña de la Construcción (Capac) y el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) de un nueva convención colectiva que regirá sus relaciones entre el 2018 y el 2021, se ha desarrollado a lo largo de los últimos siete meses porque hubo que desmantelar las expectativas de cada una de las 144 cláusulas suscritas hasta el momento y llevarlas a su estado original.

Las nueve cláusulas restantes por negociar, que tienen que ver exclusivamente con aspectos salariales y sobre las que no hay acuerdos, es lo que ha llevado al Suntracs a la huelga de hecho.

El Suntracs pretendía que la Capac pagara los salarios durante la paralización de las obras y pidió alimentación diaria para sus trabajadores, y que el gremio de la construcción asumiera el costo de las actividades deportivas y culturales. Eso llevó a muchos, como lo hizo el reconocido comentarista Juan Carlos Tapia y reputados economistas, a preguntarse cuál es el destino de los más de $20 millones anuales que reciben los dirigentes del Suntracs como producto del 2% de la cuota sindical.

Las pretensiones del sindicato no conocen límites. Al demandar incrementos salariales del 50% escalonado en cuatro años, están fuera de la realidad. Eso representaría un aumento, por encima del salario actual, de $461 mensuales para los peones o ayudantes generales, de $529 por mes para los principiantes, de $623 mensuales para los calificados y de $698 por mes para los calificados especiales.

En este momento Suntracs está altamente compensado. Los trabajadores de la construcción devengan los salarios más altos del sector productivo. Los 90,000 trabajadores afiliados al Suntracs han recibido en cuatro años $6,000 millones en salarios y un 80% adicional en prestaciones laborales, lo que suma otros $4,800 millones. Eso lleva a un total de $10,800 millones en cuatro años.

Además del salario, los trabajadores de la construcción tienen otros beneficios. Cada trabajador cuenta con una póliza de vida que cubre también a sus familiares, bonificaciones extras por asistencia, incremento de hasta un 20% sobre el salario regular por trabajos en altura, en excavaciones, en asfalto caliente y con martillo neumático, a los capataces se les paga un 11% adicional, lo mismo que a quienes laboran en proyectos especiales.

Lo que el Suntracs saque de mesa de negociación es ganancia. Pero para la Capac es un riesgo para el mercado. No es posible seguir incrementando sin límites los costos de las viviendas. Los compradores no pueden resistir un precio cada vez más alto.

Por otro lado en la huelga todos pierden. Pierden la Capac, el Suntracs y la economía. Pero la construcción pierde más si accede a las pretensiones del sindicato de un aumento salarial incongruente con el estado actual de esa industria.

En este momento lo único seguro es que el gremio de la construcción va a estar negociando, hasta lograr un entendimiento. La sensatez demanda actuar de acuerdo a la realidad de la economía, porque el mercado no aguanta más.

Por otra parte, el gobierno nacional se ha dejado intimidar por el Suntracs y pareciera, por las actuaciones del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, que está tomando partido en favor del sindicato, como ya ocurrió en las negociaciones con Minera Panamá.

Hay que tomar en cuenta, al mismo tiempo, que a lo largo de 10 convenciones colectivas negociadas en más de 40 años, el incremento histórico de los salarios ha sido de alrededor de 2% anual, comparativo con el alza inflacionaria.

Por eso, pretender en las actuales circunstancias lograr un aumento del 50% es completamente irracional. Los voceros de la Capac han reiterado que son conscientes de que deben hacerse ajustes salariales consecuentes con la realidad de la industria.

Las instrucciones de la Asamblea General de la Capac son las de mantener una propuesta muy conservadora y sus negociadores no se moverán de esa posición hasta que el Suntracs haga propuestas atendibles.

El sindicato sabe muy bien que sus pretensiones son su techo, deben bajarse de esa ilusión y plantear un número cónsono con la realidad de la industria que está a la baja.

La huelga ha comenzado y las negociaciones, de acuerdo a la Capac, tienen como meta alcanzar un acuerdo que permita mantener los puestos de trabajo y que sirva a la gente para seguir comprando viviendas. Cuando se resuelva el tema de los salarios, se facilitarán el resto de las cláusulas que están sobre la mesa de negociación.

ECONOMISTA

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