América Latina, a las puertas de descarbonizar su sistema energético

  • 09/11/2023 00:00
Aunque el 60% de la energía eléctrica que consume la región es renovable, existe la posibilidad de llegar al 100%, en 2030, revela estudio
La región avanza con los compromisos de 16 de las 33 naciones.

Un estudio de la Agencia Internacional de Energía (AIE) plantea que en 2030 América Latina y el Caribe (ALC) podría satisfacer su demanda energética con energías renovables, de adoptar las medidas políticas adecuadas.

El documento centrado en la región y publicado en noviembre pasado bajo el nombre de 'Perspectivas energéticas de América Latina' sugiere que pese a que la región ya cuenta con uno de los sectores eléctricos más limpios del planeta, al generar el 60% de su energía a base de renovables (el doble del promedio mundial), este puede llegar a ser aún mejor, si se toma el enfoque adecuado.

Eso se debe a que cuenta con algunos de los recursos eólicos y solares más importantes del mundo, gracias a países como Brasil, México, Chile y Argentina, y que 16 de las 33 naciones que la conforman ya adoptaron compromisos ambientales que, de cumplirse, harían que ALC “desempeñe un papel destacado en la nueva economía energética mundial”, considera Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.

En concreto, Antigua y Barbuda, Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Panamá, Perú, Surinam y Uruguay tomaron compromisos para descarbonizarse entre 2030 y 2050.

El problema, según el estudio, es que existe una “brecha” entre esos compromisos y las políticas que estas naciones están implementando. “En el marco de las políticas actuales, se prevé que la región siga utilizando combustibles fósiles para satisfacer una gran parte de sus necesidades energéticas, especialmente para el transporte por carretera, mientras que el progreso en las transiciones a la energía limpia seguirá siendo limitado”, dice la investigación.

Ahora, si se toman las políticas adecuadas y se logra cumplir con satisfacer las demandas energéticas de la región, con energías limpias, el documento apunta a que esto permitiría que la producción de barriles de petróleo, destinados a exportación, se incremente en casi 2 millones diarios para 2030, lo que aumentaría las ganancias y la oferta mundial.

“Los recursos renovables competitivos también impulsarían la producción de hidrógeno de bajo costo y bajas emisiones, lo que puede ayudar a descarbonizar la industria pesada y el transporte de mercancías a nivel nacional e internacional”, indica la AIE. Otro punto que se vería beneficiado es el incremento en la producción de biocombustibles, haciendo que los ingresos de los minerales críticos (uranio, cobre, cobalto, manganeso, cromita, tierras raras, germanio, berilio, bauxita, litio y los elementos del grupo del platino) supere a los de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), llegando a representar cerca de $200.000 millones.

Acciones clave

Para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO²) es necesario: aumentar la adopción de energías renovables, apostar por la electrificación de la industria y el transporte, impulsar medidas de eficiencia energética y facilitar el acceso a soluciones de cocina limpias (eléctrica).

“En particular, la aceleración de las energías renovables representa el 40% de la brecha de emisiones entre lo que se proyecta en función de la configuración de políticas actual y un escenario en el que se cumplen los compromisos anunciados”, analiza la AIE.

Incrementar la inversión

Según el documento, para lograr cumplir los compromisos energéticos es necesario duplicar la inversión en energías renovables, para 2030 ($150.000 millones) y quintuplicarse para 2050. “En este escenario, la relación entre la inversión en fuentes limpias y los combustibles fósiles que no se han reducido aumenta en alrededor de 1:1 en la actualidad a 4:1 en la década de 2030”, puntualiza.

Esta inversión debe ir pensada en facilitar el acceso a la energía, para toda la población, pues 17 millones de personas en ALC no pueden acceder a ella y 74 millones no tienen acceso a suministros de cocina limpios.

No se pueden dejar por fuera las emisiones derivadas del uso de la tierra y la agricultura, pues estas representan el 50% de las menciones totales de gases de efecto invernadero, en la economía de la región, algo que debe cambiar, si las naciones firmantes del Compromiso de Glasgow, dentro de la región, le dan valor a esa firma (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú República Dominicana, Uruguay, y otras).

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