Capacitan a personas en conflicto con la ley en cría de animales y cultivos

Actualizado
  • 07/11/2023 00:00
Creado
  • 07/11/2023 00:00
El Instituto de Estudios Interdisciplinarios del Mingob lleva adelante diversos programas de autogestión agropecuaria en los centros de custodia para jóvenes y adultos en conflicto con la ley
En la imagen un grupo de jóvenes preparando el pienso de las aves de corral.

Las personas en conflicto con la ley recluidas en las penitenciarias del país, están siendo capacitadas en cría de animales y manejo de diversos rubros del agrícolas.

Estas personas quienes pagan una condena están aprendiendo sobre la cría de cerdo, tilapia y aves de corral, así como del cultivo de diversas hortalizas.

El Ministerio de Gobierno (Mingob) informó que en la Granja El Buen Pastor del Centro de Custodia y Cumplimiento Basilio Lakas (CCCBL), en provincia de Colón, adquirieron dos cerdos de cuatro meses cada uno, que junto a una cerda de un año forman parte de la granja de autogestión.

“Nuestra proyección es lograr la cría de cerdos para la comercialización, iniciando por las comunidades aledañas y con el recurso que se obtiene, continuar fortaleciendo los otros proyectos de autogestión como lo son la cría de gallinas ponedoras y sembradío de legumbres”, manifestó Vielka Tenis Chifundo, trabajadora social del CCCBL.

De igual manera, la granja mantiene un estanque con crías de tilapias, corral de gallinas, siembras de papayas, yuca, piña, cúrcuma, hierba de limón, culantro, aguacates, guaba, guanábana, pepinos, tomillo, naranjas, maíz, ajíes trompitos, pico de perico y aromáticos, plantas medicinales como insulina, albahaca y orégano entre otros rubros.

En el caso de la cría de tilapia, los jóvenes del CCCBL, lograron la producción de 243 tilapias con un peso de 78 libras y media, para la culminación de la tercera fase del programa de acuicultura.

Los jóvenes reciben capacitación en el manejo de siembra, alimentación, crecimiento, cultivo, peso y talla de las tilapias.

Mientras que en el Centro Femenino de Rehabilitación Los Algarrobos, en Dolega, Chiriquí, las privadas cultivan maíz, maní, cebollina, habichuela, plátano, lechuga, recao verde y guandú, además de plantas ornamentales.

Las privadas reciben capacitación del Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano y el Ministerio de Ambiente.

En cambio, el Centro de Custodia y Cumplimiento Residencia Femenina (CCCRF), ubicado en Tocumen, al este de la ciudad de Panamá, las privadas llevan adelante un proyecto de autogestión y transformación de la materia prima, el maíz.

Con el proyecto, las jóvenes cosecharon más de 1,100 mazorcas del “Huerto Don Cata”, materia prima que transforman en bollos, empanadas, torrejas, buñuelos y cremas.

Las privadas recibieron información sobre preparación de tierra, siembra, manejo y cultivo.

La granja juvenil

En los últimos 24 años, cerca de 645 adolescentes en conflicto con la ley han formado parte del proyecto de autogestión sostenible “Granja Avícola”, enmarcado en un convenio de cooperación entre el Mingob a través del Instituto de Estudios Interdisciplinarios (IEI) y la Fundación Manuel E. Melo Villar.

El proyecto insigne para la resocialización genera un ingreso económico del 30% para los jóvenes, inició en el año de 1996 en el antiguo Centro de Resocialización de Tocumen, finalizando en 2012, con 57 proyectos donde 390 internos colaboraron, posteriormente, fue reiniciado en 2015, en el nuevo Centro de Cumplimiento de Las Garzas (CCLG). Actualmente, realizan 31 proyectos en los que trabajan 255 adolescentes privados de libertad.

“El beneficio del adolescente es que adquiere conocimiento en la avicultura, pueden emprender un negocio, ya que aprenden todo de la crianza de pollos, lo que tienen una importancia en la parte psicológica debido a la sensibilización con los animales. La cría de pollos les modifica el carácter y conducta, les exige una disciplina dentro del área, obediencia y respeto”, indicó Antonio Pérez, director del CCLG.

Marino Ibarguen y Dustin Díaz, agrónomos del centro, coincidieron que la actividad aporta cambios significativos en el comportamiento de los adolescentes, facilitando el desenvolvimiento, la integración, el trabajo en equipo y la responsabilidad, mediante el aprendizaje de las técnicas de producción para que al salir a la sociedad puedan desenvolverse mejor.

“Es un proyecto de gran impacto, donde nosotros como fundación nos ponemos a disposición de los internos y en conjunto con el IEI lo llevamos a cabo, cada paso que damos, cada oportunidad hará libre a estos muchachos, estamos seguros de que muchos han sabido aprovechar la oportunidad y otros tantos se seguirán sumando a esta gestión”, manifestó Kathy Castillero, directora ejecutiva de la Fundación Manuel E. Melo Villar.

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