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- 10/12/2012 01:00
- 10/12/2012 01:00
BERLÍN. En su despacho de seis siglos de antigüedad en la Universidad de Wuerzburg, Peter Bofinger analiza el destino de su país bajo el peso de la crisis de la deuda soberana europea.
‘Alemania podría ser el gran perdedor si hubiera una ruptura del euro’, dice. Con su mano derecha, hace un enfático corte con cuchillo en una mesita redonda. ‘Necesitamos salvar esto como sea’.
En este último año, en tanto quienes apoyan a la canciller Angela se han esforzado por elaborar una solución de la crisis del euro que sea aceptable para los votantes alemanes, Bofinger, un profesor de economía de 58 años, ha sido un protagonista destacado de su oposición económica, informa Bloomberg Markets en su número correspondiente a enero.
Donde Merkel predica austeridad, Bofinger reclama estímulo; donde ella exige responsabilidad fiscal de los países deudores, él aboga por la responsabilidad colectiva entre todos los miembros de la moneda única europea.
‘Es uno de los pocos dirigentes dentro de Alemania que realmente defendió la idea de poner en común la deuda europea’, dice Ulrike Guerot, especialista en Alemania en el Consejo Europeo para las Relaciones Exteriores en Berlín.
Las elecciones nacionales alemanas tendrán lugar en el otoño de 2013, y con la perspectiva de más fondos de rescate para Grecia y la amenaza de un posible plan de salvataje para España, la forma en que Merkel maneje las crisis de la deuda soberana de Europa constituirá el frente y el centro de la campaña política.
DEBATE POR LA AUSTERIDAD
¿Por qué —es posible que le pregunten en la campaña electoral— su gobierno rechazó el llamado fondo de redención, la propuesta de deuda compartida que Bofinger ayudó a crear y que según figuras influyentes como el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el inversor multimillonario George Soros podría salvar al euro?
En un debate en torno de crecimiento versus austeridad donde la política y la economía están entrelazadas, Bofinger parece encarnar al economista prototípico. Desgarbado y ratón de biblioteca con el pelo gris cortado al ras y anteojos con montura de metal, es uno de los pocos keynesianos alemanes y favorito de los poderosos sindicatos de Alemania.
Fue, como integrante del Consejo Alemán de Expertos Económicos que forman cinco economistas conocidos como los sabios, uno de los primeros en proponer el fondo de redención en 2011, que luego fue ampliado en julio de 2012. La idea es permitir que los países de la zona de la moneda única canjeen sus viejas deudas por préstamos nuevos respaldados conjuntamente por todos los miembros del euro.