La Orquesta de Cámara del Istmo, integrada por jóvenes músicos formados localmente, ha demostrado que es posible cultivar un proyecto musical con ambición,...

- 11/06/2025 00:00
El Centro Nacional de Competitividad (CNC) advirtió de que Panamá enfrenta una desaceleración económica y aumento del desempleo, reflejo de desafíos estructurales que limitan su desarrollo. Por ejemplo, la desaceleración económica hizo que el crecimiento pasara de 7,4 % en 2023 a 2,9 % en 2024.
Al mismo tiempo, dijo, el desempleo subió de 7,4 % a 9,5 %, especialmente entre jóvenes y mujeres, mientras que la informalidad alcanza cerca del 50 % y el empleo formal de calidad sigue siendo reducido.
“Estos desequilibrios evidencian las barreras profundas y de largo plazo que dificultan un desarrollo sostenible e inclusivo”, dijo el CNC en su último informe denominado “Desarrollo humano en riesgo: el rol de la inteligencia artificial (IA)”.
Como perspectiva, el CNC mencionó que el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD 2025) “Un llamado a decidir”, analiza el estancamiento del Índice de Desarrollo Humano (IDH) global tras la pandemia y muestra cómo la IA puede reavivar el progreso.
Mencionó que países líderes en IDH combinan bienestar integral, alta inversión en I+D y gobernanza transparente. Aunque en Latinoamérica, Chile, Argentina y Uruguay destacan, Panamá mejora, pero retrocede en posición.
En otro estudio del PNUD, Desarrollo Humano de 2025 -“Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de inteligencia artificial”, Panamá ocupó el puesto 59 de Latinoamérica al lograr 0.839 en el IDH.
De acuerdo con el CNC, aunque Panamá ha ido mejorando a través de los años, también ha perdido posiciones en el escalafón global porque al comparar los resultados con otros países, estos reflejan avances superiores en su desarrollo humano.
Al desagregar el IDH se destaca que el país se mantiene en el grupo de desarrollo humano muy alto, mostrando fortalezas en los indicadores de esperanza de vida alta 79,6 años, buenas cifras en educación (13,3 años de escolaridad esperada y 10,8 años promedios) y con un ingreso nacional bruto per cápita relativamente alto con $34.385, indicadores que en la mayoría de los casos están por encima del promedio de la región y del mundo.
No obstante, Panamá muestra desafíos en áreas como brechas de desigualdad, capacidad de innovación (inversión en I+D inferior al 0,5 % del producto interno bruto, brechas digitales y de género en STEM e implementación de IA incipiente (poca política públicas y regulaciones sobre la IA.
Como el CNC y el PNUD, el Banco Mundial (BM) también ha venido advirtiendo que la calidad del trabajo y del capital humano está afectando los avances en la reducción de la pobreza y la desigualdad, evidenciando los desafíos en la productividad y la formación de los jóvenes panameños.
En su informe “Panamá: del Crecimiento a la Prosperidad señaló que si bien Panamá ha avanzado en la expansión del acceso a la educación, aún existen retos en la cobertura educativa entre los hogares de menores recursos, lo que limita el acceso a mejores oportunidades laborales.
Además, resaltó que las perspectivas de que la educación superior sea un camino hacia mejores empleos son limitadas, ya que solo el 20 % de los jóvenes obtienen un título de educación terciaria, y las carreras ofrecidas requieren actualizarse a las demandas del mercado laboral.
Por otro lado, el BM reveló importantes desigualdades en el mercado laboral. Por ejemplo, detalló que en 2023, los trabajadores menos calificados percibieron ingresos hasta 74 % más bajos que aquellos con educación terciaria. Estas desigualdades, dijo, afectan especialmente a las poblaciones indígenas, cuyos ingresos fueron 36 % más bajos que los de las poblaciones no indígenas.
El informe, además, señala que los empleos intensivos en nuevas tecnologías son ocupados mayormente por personas con mayores ingresos, lo que puede dificultar un acceso más equitativo a empleos de calidad. Mientras tanto, los trabajadores con menor calificación continúan principalmente en empleos informales y de baja productividad, lo que limita sus oportunidades de mejorar sus ingresos y acceder a empleos formales.
Para que Panamá logre un crecimiento sostenible e inclusivo que reduzca la pobreza y la desigualdad, el BM recalcó que el país puede priorizar tres áreas clave de política: cerrar las brechas territoriales y étnicas mediante el acceso a infraestructura y servicios básicos en áreas rurales y comarcas; impulsar la acumulación de capital humano y la generación de empleos productivos a través de mejoras en la educación, la salud y programas de capacitación alineados con las demandas del mercado laboral; y fortalecer la resiliencia de los hogares frente a amenazas naturales mediante políticas de protección social adaptativas e infraestructura crítica resiliente, especialmente en las zonas más vulnerables.