• 21/11/2022 00:00

​​Experiencias de un consumidor precavido

No cabe duda que un consumidor precavido no compra a la ligera, verifica que el artículo tenga un mínimo de características y atributos especiales

Como consumidores, a diario experimentamos distintas situaciones que a simple vista parecieran no ser tan importantes en una relación de consumo, pero si las analizamos a fondo, vemos que como resultado de nuestra inacción nos cuesta tiempo y dinero.

Recientemente en su supermercado de la localidad, una persona fue a pagar con monedas, entre ellas había de un balboa y otra de 25 centésimos que por el uso prolongado presentaba una decoloración. La cajera le dijo que no podía aceptarle ese tipo de monedas, porque luego a ella le iba a llamar la atención sus jefes. El consumidor que conoce perfectamente sus derechos le indicó lo que establece la normativa vigente: “los agentes económicos (comercios) están en la obligación de recibir todas las monedas de curso legal en Panamá, sin embargo, están en su derecho de revisar que las mismas sean auténtica”. Al escuchar su planteamiento, no tuvo más remedio que recibir las monedas.

Otra situación, se dio en un local que vende calzados y zapatillas en un centro comercial que mantenía una publicidad con descuento del 25% en mercancía seleccionada. La consumidora pidió unas zapatillas de una talla determinada, pero le informaron que para ese modelo que estaba en oferta no tenían su talla, solo aplicaba para tallas chicas. Ella le notificó que en el cartel publicitario por ningún lado hacía la aclaración de las tallas. Este gancho para atraer al consumidor al local podría considerarse como una publicidad no veraz, pues por ningún lado mantenían la aclaración o restricciones a esa oferta. La consumidora sin ser experta en materia de veracidad de la publicidad, consideró que sus derechos no fueron acatados por el comercio.

Un consumidor denunció una oferta en un supermercado, donde para poder tener el derecho al descuento, tienes que llevar una cantidad mínima del mismo producto. Se dio cuenta cuando fue a la caja y marcaron el precio regular, sin tener derecho a la supuesta oferta. Este desagrado, si bien perjudica al consumidor, también afecta negativamente la imagen de una empresa.

No cabe duda que un consumidor precavido no compra a la ligera, verifica que el artículo tenga un mínimo de características y atributos especiales. Al contar con mayor información, tendrá más posibilidad de éxito en la relación de consumo.

Al acercarse las fiestas de fin de año, los consumidores deberán estar más atentos a las ofertas, promociones y precios de los artículos. Precisamente que los precios estén a la vista y la información sea clara y veraz. Tomar en cuenta el precio regular y el de oferta así como la aplicación del correspondiente porcentaje de descuento. Recordemos que cualquier producto o artículo en rebaja o baratillo goza de la misma garantía que cualquier bien nuevo, de mostrar alguna irregularidad, es obligación del agente económico informarlo al consumidor.

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