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- 20/07/2011 02:00
COMISIÓN DE TURISMO
La bella Francia, más que un destino, se vende como joie de vivre, un estilo de vida. Aclamando el pasado jueves, por fina invitación del Embajador Hugues Goisbault, el 222° aniversario de la toma de la Bastilla en la Plaza de Francia, rememoramos nuestras inquietudes y pesquisas que datan de cerca de medio siglo, al entonar La Marsellesa, célebre himno que muchos coterráneos aprendimos durante nuestros albores.
En junio de 1968, cursamos estudios de verano en una Francia azotada por una monumental huelga estudiantil que produjo arraigados cambios forzando a la V Republica de De Gaulle. Posteriormente a una abreviada visita a París nos instalamos en Amboise, sede del castillo del mismo nombre y de la afamada mansión Clos Lucé donde vivió y falleció Leonardo da Vinci, poblado en el valle del río Loire, cercano a Tours.
Fue allí durante dos meses donde nos adentramos al intenso estudio de la gramática, vocabulario y pronunciación durante las mañanas, dedicando las tardes a encuestas sociológicas que nos imbuyeron en la cultura y sociedad gala, con visitas a sitios tan variados como viñedos, que nos permitieron un conocimiento profundo del intrínseco carácter nacional francés.
Ocupa Francia el primer sitial mundial en turismo con 85 millones de visitantes anuales. Para instruirnos de su importancia, el parque de diversiones Parc Asterix, mucho más pequeño que Disneyland París, a guisa de ejemplo, acapara más visitantes durante su temporada de seis meses, que nuestro istmo anualmente.
Es importante notar cómo Francia logra diversificar su turismo. Amén que París sigue siendo la urbe más visitada del mundo, se ofrece un variable menú de destinos que permiten al visitante gozar de variadas zonas climáticas en un país, notoriamente agrícola, con abundante cultura e historia. Conocer París es solamente el abrebocas a una nación que tiene un sinnúmero de atractivos bien desarrollados para el visitante más sofisticado.
Asimismo, goza Panamá de un potencial estupendo, si consideramos nuestra rica historia, impresionante patrimonio natural y ubicación como centro logístico mundial. En el desarrollo de la industria del turismo tenemos todo por recorrer. Desarrollando nuestros atractivos nacionales con sagacidad, descentralizando la obtusa concentración capitalina y enfocando, como Francia, los valores regionales como invaluables imanes al visitante, lograremos despertar de nuestro letargo.