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La Franja y la Ruta de China celebra seis años de cooperar con Panamá
- 08/09/2023 00:00
- 08/09/2023 00:00
La Embajada de la República Popular China en Panamá y el Centro de Estudios Estratégicos Asiáticos de Panamá (Ceeap) presentaron la situación actual y las perspectivas de la Franja y la Ruta de China para América Latina ayer en el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino) de Amador.
Roberto Montañez, presidente del Ceeap, presentó el evento enfatizando su importancia para Panamá.
La Franja y la Ruta es un proyecto económico que China implementó, desde septiembre de 2013, y que invoca la antigua Ruta de la Seda, para potenciar los vínculos que tiene con países de Europa, África y América Latina a través de la creación de dos grandes rutas comerciales, una marítima y otra terrestre.
La mayoría de los países a los que China quiere llegar con este proyecto son naciones en vía de desarrollo, aseguró Wei Qiang, embajador de China en Panamá. “Países donde existe una brecha enorme entre las necesidades del desarrollo y la disponibilidad de recursos”.
De acuerdo con los cálculos de instituciones internacionales tales como el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) y el Consejo Económico y Social (Ecosoc) de las Naciones Unidas, dijo Qiang, tan solo en la región de Asia-Pacífico la demanda financiera para las infraestructuras ascendía a $8.300 millones desde 2010 a 2020. Para remediar esa brecha, la Franja y la Ruta se propuso crear una plataforma con la cual movilizar flujos de “capacidades productivas”. Qiang enfatizó que la Franja y la Ruta se alinea con el concepto que arroja China “en esta nueva era” de adoptar una meta diplomática para contribuir a la construcción de una comunidad más equilibrada, a la vez que busca fomentar la interconectividad en el mundo, tanto en el sentido económico, comercial y financiero, como en el sentido humano.
No hay duda de que el Canal de Panamá es un punto estratégico para la Franja y la Ruta.
Qiang recordó que en 2023 se cumplen 46 años desde la firma de los tratados Torrijos-Carter, convenios que dieron la oportunidad a Panamá de –“con el concepto de Pro Mundi Beneficio”– adueñarse de la vía interoceánica y así permitir nuevas alianzas con países que no fueran necesariamente solo Estados Unidos (EE.UU.).
“Aplaudo de todo corazón este encuentro académico e intelectual chino-panameño en la conmemoración del décimo aniversario de la Franja y la Ruta”, dijo Qiang, encuentro que viene celebrándose desde junio de 2017 cuando China decidió estrechar la cooperación y las relaciones con Panamá.
“Son apenas seis años, pero bien intensos y muy interesantes desde un punto de vista del panorama internacional”, dijo Qiang. Esta cooperación es “una dinámica con Panamá para mí inevitable en el contexto internacional actual”.
Qiang, sin mencionar nombre alguno, hizo una alusión muy clara a los comentarios del expresidente Donald Trump del mes pasado, de que China controla a Panamá “y por ende a Panamá entera”, advirtiendo que dichos comentarios son “calumnias” y “ataques absurdos” que buscan poner atrito en las relaciones diplomáticas entre China y Panamá.
“China no controla al Canal de Panamá”, reiteró Qiang, quien llamó dichos comentarios “tácticas de ataque” para inculcar a la gente el concepto de que China quiere controlar el mundo. “Eso, obviamente, como todos lo sabemos, es falso”.
Yuan Dongzhen, subdirector del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales, señaló que desde 2013 y a través de la Franja y la Ruta, China ha firmado acuerdos de cooperación con 152 países y 32 organizaciones internacionales.
Dongzhen enumeró los cinco principios para esa construcción conjunta que mencionó Qiang y que adoptó China con este proyecto económico: adhesión a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, promoción hacia la apertura y la cooperación de los países, promoción hacia la armonía y la inclusión, adaptación de las reglas del mercado para las operaciones económicas y promoción del beneficio mutuo y de la ganancia compartida.
Con esos principios en mente, la comunicación y la coordinación de las políticas de la Franja y la Ruta siguen avanzando viento en popa y se han conseguido nuevos logros en la infraestructura, así como en la integración financiera. La compresión mutua entre los pueblos, dijo Dongzhen, está en constante mejoramiento.
El economista y escritor panameño Eddie Tapiero enfatizó la importancia de que Panamá se convierta en un país exportador. Tapiero recordó que algunas navieras pagan hasta $2 millones para pasar por el Canal de Panamá, y que recientemente una pagó hasta $3 millones y, sin embargo, muchas no vuelven a pasar por el istmo porque no existen suficientes productos que los vincule con Panamá.
Tapiero, quien empezó su presentación con el lema “Entre más hablan los países, hay menos posibilidad de guerra”, expuso cómo la Franja y la Ruta es una gran oportunidad para América Latina y específicamente para Panamá.
“El mundo está cambiando, América Latina está cambiando”, dijo Tapiero. Adoptando un modelo de exportación como el asiático, “que lo viene haciendo desde toda la vida”, es importante impulsar las exportaciones con valor agregado de los productos. Por ejemplo, mencionó Tapiero, “no exportar solo aguacates, sino guacamole. No exportar solo piña, sino pulpa de piña”.
En un mundo cambiante, las decisiones no pueden ser “puntuales” sino “integrales”. En un mundo cambiante también cambian los problemas o, mejor dicho, aumentan los problemas. Tapiero mencionó los problemas de pobreza, salud, desigualdad y cambio climático, siempre en aumento. Para llegar a superar esos problemas se necesita cooperación entre los países, aunque a veces existen potencias que “no quieren que un país se beneficie”.
Tapiero imputa esa dificultad, tanto de Panamá como de países en desarrollo, a la falta de infraestructuras, “por ende la importancia de asegurar el crecimiento sostenible, inclusivo y saludable para sostener la población”.
Las palabras del profesor Julio Yao fueron contundentes y conmemorativas de los tratados Torrijos-Carter de 1977. Yao, quien fue una figura clave, entre otras, para los tratados, y quien fue asesor del general Omar Torrijos Herrera, contó que durante la redacción oficial de los tratados, se encerró por tres días en su finca cerca del lago Alajuela para estudiar los varios convenios entre Panamá y EE.UU. de los años anteriores, y escribió una fatídica frase que luego fue añadida a los tratados en el numeral 8. “Esas palabras crearon toda una revolución en Washington y un problema muy grande para Panamá”. La frase que Yao añadió fue: “Estas previsiones se incorporarán en el nuevo tratado de acuerdo con los conceptos establecidos en el principio dos”; el principio dos eliminaba el concepto de perpetuidad, es decir, la potestad de EE.UU. de quedarse con el Canal de Panamá de manera indefinida.
Yao habló durante media hora acerca de la inteligencia norteamericana y la cubana, mencionando a John Perkins, exagente de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) y autor del libro autobiográfico Confesiones de un gángster económico.